28. RALF (PURIFICACIÓN RODRÍGUEZ)
Más que un perro creo que soy algo así como un gentleman. No soy de raza como esos que se venden por un pastón, sino regalo de una camada sorpresiva de unos amigos del padre de Tom, mi dueño.
Yo era muy chico cuando ví su cara por primera vez, al salir de mi caja con lazo de cumpleaños, y nunca olvidaré su inmensa alegría al cogerme en brazos y saludarme con un ¡¡Bienvenido, Ralf!!
¡Ralf!…Sonaba a nombre de perro importante y yo sacaba pecho cuando me llamaba en el par-
que. A veces, me alejaba un poco sólo para oírle decir mi nombre ante los demás chuchos, que se
volvían al verme aparecer corriendo hacia él.
Y siempre fui obediente y educado pero, sobre todo, limpio. Llevo incluso las bolsitas higiénicas yo
mismo atadas a mi correa, procuro no manchar al comer ni suelto pelos subiéndome al sofá.
¡Cuántos recuerdos en estos dos años! Mejor me tumbo mientras salen de esta tienda de la gaso-
linera junto a la que me han atado. Aunque están tardando más que otras veces y….No veo su
coche donde la manguera. Claro que como está oscureciendo…..Bueno, seguro que un rato más
y saldrán.
Eso es lo que, en demasiadas ocasiones, ocurre cuando consideramos como un juguete lo que es un ser vivo y que, además, estaría dispuesto a dar su vida por la nuestra. Cuando ese juguete crece, o nos estorba, o nos impide marcharnos de vacaciones… sucede lo que nos cuentas y que, tristemente, no parece tener fin. Suerte y saludos, Purificación.
Hola, Purificación.
El abandono perruno. Ese tema lacerante que nos sacude las tripas de nuevo al leer tu texto. Qué flaqueza la de la memoria humana, que olvida pronto los servicios prestados en forma de cariño. Al menor estorbo, zas, a desprenderse del Ralf tan virtuoso que se aparentaba querer. Con los animales no se debe jugar, son seres vivos. Compararles con nosotros es hacerles un menguado homenaje, son mucho mejores en general. Me gusta tu propuesta. Un beso.
Me dan ganas de salir corriendo hacia esa gasolinera. No soporto el abandono, y me pregunto qué pasará por la mente de esas personas.
Un abrazo, Purificación
Has contado desde primera persona otra de las lacras que a veces golpea a estos animales. Hace reflexionar. Suerte !!
Purificación, esa visión del abandono descoloca dramaticamente. Bien contado. suerte y saludos. Feliz 2017¡¡¡
Dicen que vivir en el pasado produce depresión y pensar siempre en el futuro, ansiedad.
Veo que Ralf va a entrar en breve en un episodio de ansiedad porque intuyo que de un momento a otro se va a dar cuenta de que su futuro se presenta un poco negro.
Qué lástima y qué inconsciencia la de aquellos que se encaprichan con todo y luego… a la primera de cambio, si te he visto no me acuerdo.
Galgos, podencos y otros perros, corretean por las calles famélicos y con alguna herida incurable, por ejemplo una pata menos o cosas así, trivialidades para algunas personas que ven en los animales un objeto al servicio de sus necesidades.
Bueno, pues te deseo mucha suerte en tu vida de escritora y también deseo que Ralf encuentre una casa acogedora y calentita.
Muchas gracias de nuevo por leerme y por comentar mis divertidas historias o mis cuentos tristes. Este es un cuento más que triste. Es terrorífico.
El abandono, visto desde la perspectiva del perro. Terrible e indignante que sucedan estas cosas. ¡Qué pronto se pasa de la alegría del regalo en caja con lazos al deseo de deshacerse del pobre animal!
Un abrazo.
Desgraciadamente así es, María José. Esos seres oscuros…..Gracias y un abrazo.