01. LA CÁPSULA DEL TIEMPO
La expectación era máxima. Ni las amenazas del nuevo conflicto fronterizo con los ambiciosos países del norte, ni la sorprendente victoria electoral de los partidos radicales en los condados más moderados de la costa, ni tan siquiera el estrepitoso fracaso televisivo del excéntrico científico que decía haber vuelto a aquel mítico Festival de la Isla de Wight para ver a Bob Dylan y The Band en directo, pudieron competir con la expectación creada alrededor de la cápsula del tiempo encontrada bajo los cimientos del Palacio de la Gobernación durante las polémicas obras de su nuevo refugio antiaéreo.
Todos los medios de la ciudad estaban allí. El mismísimo Gobernador se personó para su apertura. Sorprendió a todo el mundo que aquel cilindro metálico supuestamente enterrado siglos atrás, mantuviera un cierre mecánico de muelle axial. El dirigente giró la tapa que se abrió sin esfuerzo. Solo contenía un diario de prensa fechado 74 años, 3 meses y 5 días después de aquel día de la apertura con la noticia en portada de otro episodio de una interminable guerra, y sobre la que alguien había trazado en letras gruesas la palabra SALVADNOS.
Juna, describes muy bien lo que hemos sido y parece que seremos los seres humanos, guerra tras guerra y algunos supervivientes que siguen luchando en todos los conflictos. Esa vuelta al pasado es descorazonadora, pero durará lo que dura un telediario y vuelta a empezar. Abrazos
La célebre frase que dice que hay que conocer la historia para no volver a repetirla no se puede rebatir, carece de discusión. Sin embargo, si algo enseña el tiempo es que todo se repite porque no tenemos remedio. Es menos vistoso de decir, pero triste y preocupantemente cierto. Otra cosa es que no queramos pensarlo y vivamos con la mayor evasión posible de esta realidad. La literatura ayuda a olvidar mientras se piensa en otra cosa, pero también a recordar lo inestables que somos, como sucede con tu relato.
Un abrazo, Juan
Sí, JAMS, por desgracia los hombres no aprendemos de los errores que hemos cometido en el pasado. Y una, otra y otra vez volvemos atrás, a volver a acometer atrocidades como está ocurriendo en la actualidad: Ucrania, Israel, conflictos en el África subsahariana…Y ahí nos cosificamos, transformamos al enemigo en un animal a erradicar, olvidándonos que al final todos pretendemos lo mismo: tener una vida digna y proteger a los nuestros. ¿ Cuándo aprenderemos por fin?
Hola JAMS,
Parece que la guerra es lo único que viaja en el tiempo y en cualquier época que miremos siempre esta presente, tristemente. Impactante, como acostumbran a ser tus relatos.
Un abrazo y nos seguimos leyendo.
Vaya, has conseguido engañarme del todo: pensaba que la cápsula era del pasado, pero no, venia del futuro con ese mensaje de socorro espeluznante: SALVADNOS.
Ojalá estemos a tiempo.
Un abrazo.
Estamos condenados a repetirnos en lo malo, como bien cuenta tu micro. Si uno coge los diarios de hace equis años puede comprobarlo; y entre esos motivos, la guerra como escenario permanente, la eterna lucha por prevalecer sobre los otros. Y el futuro no pinta mejor. Bien hilada la historia, JAMS, con un final circular que despierta la conciencia de los lectores. Abrazos largos.
Qué historia tan bien hilada, como dice Raúl. Tal vez, lo mismo que ocurre con la guerra, JAMS, podrías contárnoslo, usando el mismo juego temporal, sobre la salvación de nuestra biodiversidad, ecosistema marino o volver a congelar los polos…
Todo está relacionado con el poder de los grades lobbies y el dinero.
Deberíamos ir escribiendo micros pidiendo ayuda y socorro para lanzarlos al pasado.
Nos leemos.
Una guerra tras otra, o mejor dicho, además de las otras, y así vamos…
Todo porque los que mueven los hilos lo hacen mirando el beneficio propio, y se cuidan bien que no les salpique la sangre.
Si pudiéramos salir de esa dinámica…
Buen relato, Juan, que nos haces leer con la expectación de la primera frase.
Un beso,
Carme.