02. Despedida (Juan Antonio Vázquez)
La tez morena y la dureza de sus manos delatan que fue hombre de campo: lo sé bien; allí pasamos incontables mañanas junto a su inseparable transistor, él dando rastrillo, yo arrinconándolo con mil preguntas que no le dejaban escuchar el radioteatro: «…la noche se lo tragó mientras el Montecristo le recortaba brazas para darles caza. Seis toneladas de hierro y plomo les pisaban la derrota desde Tórtola, y a merced de lo que divisaban de proa, mañana yacerían bajo las aguas…». Ese día, recuerdo, quise saber qué era la muerte: un lobo de mar insaciable –dijo mi padre apagando el receptor–, un pertinaz cazador que siempre encuentra tu barco y toma tu alma por tesoro. Lo escuché maldecir por años desconocer el final de aquella historia. Hoy, a su lado en el hospital, no se me ocurre mejor adiós que susurrarle al acariciar su pelo ralo: «…pero el capitán les arenga a abandonar sus puestos: a reír y a cantar. A burlarse del destino; a presumir del salitre y ahuyentar su temor. Al amanecer, el navío perseguidor no da crédito. Perdido el rastro de su miedo nunca darán con ellos». Y sonríe. Y cantamos los dos.
Qué homenaje tan emotivo a las historias de la radio. Hemos sido los más madrugadores, amigo y esperemos que se cumpla el dicho: «A quién madruga…pero tú no necesitas ayuda, eres grande.
Hola Paloma. Este sitio está lleno de estupendos escritores, como tú misma, así que no hay más remedio que encomendarse a la fortuna. Mientras, a disfrutar de los relatos que irán poblando el mes. Muchas gracias por tus amables palabras y un gran abrazo 🙂
La radio tenía esa magia de llevarnos a la fantasía, pero tu le agregas la emoción, esa historia inconclusa al que le diste «tu» final feliz. me emocionó amigo.
Un gran abrazo y suerte.
Hola El Moli. La emoción sin duda mana de la sensibilidad que atesoras y con la que recibes el relato. Gracias y otro gran abrazo para ti 🙂
Precioso homenaje al radioteatro. Qué historia más bonita y emotiva, gracias por dejárnosla.
Gracias a ti por leerla, por comentarla, y por los relatos que tú también nos dejas para que podamos disfrutarlos. Un abrazo 🙂
Qué bien lo has narrado y cuanta ternura en pocas líneas. Da gusto oírte, bueno a ti y al radio teatro. Has conseguido transmitir bien los sentimientos, y ese final me parece excelente y optimista. Buen viento y buen rumbo. Buena suerte,marinero.
Abrazo.
Antonia, que la singladura sea con vosotros cerca, y que las velas no las empuje el viento, sino vuestras historias y vuestro cariño. Muchas gracias y un abrazo 🙂
Siempre le pones emoción a tus relatos y un sentimiento que, por lo menos a mí, siempre me ha calado muy profundo. Tus relatos van más allá de esa fuerza en la escritura para concentrarse en lo más intimo del ser humano. Un toque de ángel con una gota de lágrima agridulce que siempre nos llega al alma de aquellos que siempre te leemos gustosos.
Un abrazo y un feliz año nuevo para ti, Antonio.
Me has dejado sin palabras Patricia. Sois vosotros los que le dais sentido a mis letras, y créeme que os lo agradezco mucho. Estoy en deuda con todos vosotros por mucha cosas. Un abrazo enorme 🙂
La vida como un guión teatral con su final escrito, el mismo para todos. La existencia cotidiana en la que se cuelan historias en forma de ondas sonoras mientras estamos en otras cosas. Un sentido canto a la vida contado maravillosamente, con una maestría difícil de superar.
Un abrazo, Juan Antonio. Feliz año
Maestría la vuestra Ángel. Además de ser buena gente sois escuela. Agradezco mucho tus comentarios y tus ánimos. Estoy seguro que este año muchos de vosotros conseguiréis grandes cosas. Es un lujo poder leeros. Un abrazo grande 🙂
Sombrerazo al paralelismo entre el mensaje del radioteatro y el que ansía dar el hijo a su padre. Y estupendo colofón. Mis admiraciones
Muchas gracias Alberto. Por tu tiempo, la lectura y el comentario. Un abrazo 🙂
Juan Antonio, genial historia y genial radioteatro. Ya a primeros de año nos has puesto el listón muy alto, necesitaremos una pértiga para ni tan siquiera poder rozarlo. Enhorabuena y un abrazo.
Ni hablar Salvador. Esta casa está llena de grandes escritores y estoy seguro que el relato solo es un punto de partida para vosotros. Aquí me quedo tranquilamente a disfrutaros. Muchas gracias y un abrazo 🙂
Dos historias en tal poco espacio propias de un maestro.
No te hará falta suerte.
Un abrazo.
Hola Yolanda. Muchas gracias por tu generosa valoración. Un abrazo muy muy grande 🙂
Juan antonio bonito relato y bonita la escena con la que nos nutres. Abrazos
Maestro Montesinos. Como me alegra leerte y saber de ti. A ver si este año podemos vernos en alguna… la que sea. Que hay ganas de darte un abrazo. 🙂
Coincido contigo, en que la radio es un regalo de valor incalculable y espero que eterno. Le tengo especial cariño a este medio que llena muchísimas horas de mis soledades. Gruñón o no, aquí siempre eres bienvenido, y si no estás se te echa de menos. Muchas gracias y un gran abrazo 🙂
Conmovedor. Buen trabajo, como siempre.
Muchas gracias Edita. Un abrazo grande 🙂
Al menos desistí de mi idea al leerte, porque no hubiera conseguido llegar a tu nivel. Felicicdades Juan Antonio.
Ni hablar Eva. Tú llegas donde te lo propongas, y ahí están tus letras para ratificarlo (y para disfrutarlas). Gracias por tus palabras y por esa valoración nivelística que sin duda no merezco y que me atribuyes empujada por tu cariño. Un abrazo 🙂
Bien elegidas esas últimas palabras, me ha enternecido su forma de despedirse.
Buen trabajo, Juan Antonio.
Un fuerte abrazo.
Hola Rosy. Muchas gracias por tu lectura y tu comentario. Otro fuerte abrazo para ti también 🙂
Precioso y poético relato que rompe sus propias costuras para ir más allá.
Muchísimo más allá.
El argumento es una simple excusa para hacer un inmenso homenaje a la figura paterna.
Juan Antonio, él, desde su nube, desde su mar, se sentirá feliz y orgulloso de ti.
Un abrazo sincero, amigo (y otro más gordo en Santander)
Muchas gracias Modes. Le has dado una lectura perfecta a la intención del relato, y a muchas más cosas que sabía que no se te pasarían por alto. Agradezco mucho tus palabras y tu apoyo. Me ha reconfortado mucho y me llegan muy hondo. Nos vemos pronto, espero. No me pierdo ni esa cita ni ese abrazo.
¿Cómo le haces, Antonio? Cada uno de tus relatos es mejor que el otro. Qué historia tan linda, tan llena de ternura, bravura, esperanza…! Me encanta empezar el año leyendo joyitas como esta. ¡Gracias! ¡Que el 2016 llegue lleno de bendiciones para ti y tu familia! Un abrazo.
Cómo lo hacéis vosotros María, que me hacéis sentir siempre tan bien y tan arropado cuando intento escribir cosas que os gusten. Los mejores deseos para tu andadura por este 2016 que espero que traiga mucho y bueno. Un abrazo 🙂
Que grande eres. Una despedida que emociona. Ese sonido de la radio que acompañaba en cada quehacer, en cada ocasión. Una manos trabajadas que aún tenían tiempo de escuchar.
Una forma de narrar que encandila y hace sentir todo aquello que quieres decir más allá de las palabras.
Precioso homenaje a los padres que sin decir nada lo dicen todo.
Buen trabajo como siempre digno de admirar.
Un beso enorme Juan Antonio.
No Mª Belén. Grandes sois vosotros, y grande eres tú. Que siempre estás, animando y por supuesto mostrándonos el camino con la exquisita sensibilidad con la que impregnas todos tus relatos. Muchas gracias y un abrazo 🙂
Has sabido captar escrupulosamente la magia de la radio, en la historia que hoy nos presentas.
Mucha suerte en «Esta noche» y en 2016
Muchas gracias María Jesús. Igualmente para ti. Que la suerte te sonría en cualquier cosa que emprendas 🙂
Encantador relato, que placidez deja su lectura.
Feliz Año.
Muchas gracias María. Feliz año para ti también 🙂
Tierno y sincero este relato. Y además, poético, como se merecen los padres y la radio. Enhorabuena Juan Antonio. Un abrazo,
Muchas gracias Esther. Por tu tiempo y por tu comentario. Un abrazo enorme 🙂
quise saber qué era la muerte: un lobo de mar insaciable –dijo mi padre apagando el receptor–, un pertinaz cazador que siempre encuentra tu barco y toma tu alma por tesoro.
Esa parte ya vale un libro, un vídeo, una mermelada, y mi admiración.
Y encima el relato sigue, enhorabuena, huele a papel y no de fumar.
Admiración la mía, sincera, por tu amistad, por tu relatos, de los que solo cabe aprender, y por esas exageraciones con las colmas los comentarios en cuanto tienes ocasión XD. Un abrazo 🙂
Muchas gracias Ana. Agradezco tus palabras y tu amable comentario por lo que respecta al escrito, y especialmente tu última sentencia, a la cual me aferro. Un abrazo 🙂
Jo!!! Juan Antonio, esa despedida casi me salta las lágrimas. Cuánto amor. Colocarse a la altura de alguien para que te entienda, para llegar a su alma, para arropar sus miedos, para acompañarlo en su adios.
Me gusta la atmósfera, el tono, el ritmo… O sea, me gusta el relato 🙂
Un abrazoooo
Muchas gracias Amparo. Nada más lejos de mi intención que ser yo el culpable que tú derrames lágrima alguna. Me alegra que te haya gustado el relato y le hayas visto tantas cosas buenas. Un abrazo 🙂
Juan Antonio, evocadora historia de sentimientos y sensaciones. Bien contada. Suerte y saludos
Mucha suerte Calamanda. Suerte para ti también. Un abrazo 🙂
Una despedida llena de emoción y agradeciemiento por todo lo recibido y por todo lo aprendido. La radio nos acercó a la literatura y estimuló nuestra creatividad y, por suerte, nos sigue haciendo compañía.
Bellísima composición, Juan Antonio.Sabes proyectar tu sensibilidad. Un abrazo.
Hola María. Agradezco mucho tus palabras y esa referencia a mi manera de sentir, y que tu ves reflejado en mis letras. Muchas gracias. Un gran abrazo 🙂
Dejando de lado el tema del relato y su estilo nostálgico más que triste, me ha parecido muy interesante el triple escenario que plantea.
Se inicia en el campo y finaliza en el hospital, tras una singladura marinera a través de las ondas hertzianas.
Pero, además, ese triple escenario tiene su reflejo emocional, y nos encontramos con una multiplicidad de sentimientos muy rara de encontrar en un microrrelato. Veamos: Tenemos nostalgia, incertidumbre, miedo, resignación y también su contrario, ternura y amor incondicional.
En definitiva, un relato completo.
Saludos cordiales, Juan Antonio.
Hola Carles. Muchas gracias por este pormenorizado análisis y por esa lectura en positivo que haces de él. Gracias por comentarlo y por tu tiempo. Un abrazo grande 🙂
‘ Un lobo de mar insaciable…’; resulta paradójico que un asunto tan feo como la muerte, luzca una definición tan hermosa como la que tú le (nos) has dado.
¿No es estupendo que algunas historias se queden a medias y que nosotros podamos rematarlas?
Buen relato, Juan Antonio.
Abrazo y suerte.
Me alegra mucho que te haya gustado Cristina. Muchas gracias por tu amabilidad constante y tu generosa predisposición a comentarme. Os envío un abrazo grande 🙂
Tierno, entrañable, de maestro. Con ese toque «J.A.V.» que te traslada, a medida que lo vas leyendo, hasta la historia misma. Mientras percibes cómo tu piel y tu vello siguen vivos.
Suerte,
Ton
Muchas gracias Ton. Un comentario precioso de esos que aunque sabes que vienen lanzados por la cuesta abajo del cariño, le dan aún más sentido a esta locura de escribir algo y conseguir que os guste. Muchas gracias y un abrazo enorme 🙂
¡Qué bonito! Reir y cantar para ahuyentar su temor… Aunque esta vez no le servirá para escapar de la muerte, sí que es una preciosa despedida, con las emociones a flor de piel: hijo, padre y nosotros los lectores.
Que bien contada esta tierna historia.
Un abrazo Juan Antonio.
Hola M.Carme. Muchas gracias por tu lectura y tu comentario. Nadie escapa, como bien dices. Me alegra que te haya gustado esta despedida. Otro abrazo enorme para ti 🙂
Excelente relato. Lo que despierta una radio…
Saludos.
Muchas gracias Miguel. Un abrazo 🙂
Lo siento de verás, Juan Antonio.
No necesito añadir más.
Gracias Modes. Ojalá en todos los traspiés me llegaran tantas tiritas de cariño. Un abrazo.
Juan Antonio, preciosa historia.
Un abrazo
Muchas gracias Blanca. Me alegra que te haya gustado 🙂
Alguien dijo que la radio es el teatro de la mente y que reúne personajes, situaciones y la palabra…. Con tu magistral relato has conseguido que yo escuche sus voces.Suerte. Un saludo.
Pues en ese caso María, ya he conseguido mucho, y me alegro. Muchas gracias por pasarte y comentar. Un abrazo 🙂
Un relato que llega a lo más hondo por lo tierno y emotivo. Me encanta ese lazo afectivo, con la complicidad de la radio, que ha mantenido unidos hasta el final a ese padre y ese hijo. Precioso, la verdad. ¡Enhorabuena y suerte! Un abrazo.
Muchas gracias Juana. Unidos hasta el final, y de alguna manera o de otra, seguro que para siempre. Muchas gracias y un abrazo 🙂
Difícil comentar un relato como este, que por una parte te admira por su construcción más que acertada, por otra te narra una doble historia, por otra te pinta ambas con palabras que son pura poesía, y al final se te aferra a la garganta y te humedece los ojos. Un abrazo, luz y suerte.
Muchas gracias Ana. De corazón y por todo. Ya lo sabes. Un abrazo 🙂
Preciosa historia que tiene aroma a imprenta. Emotiva y cálida. Firme candidata para la edición.
Mucha suerte, aunque no creo que la vayas a necesitar.
Un abrazo
LuisCar
Muchas gracias LuisCar. Que os guste ya es un premio. Con la de buenos escritores que hay en esta casa, salir en el libro es poco menos que complicado. Un abrazo 🙂
¡Qué relatazo te has marcado, Juan Antonio! Me ha encantado y emocionado a partes iguales. Precioso.
Besotes
Muchas gracias Izaskun. Eres muy generosa. Me alegra mucho que el relato te haya calado tanto. Un abrazo enorme 🙂
Juan Antonio: gran historia, con esa narrativa épica, me ha recordado a la Canción del Pirata… y muy emotiva, una preciosa relación padre hijo.
Muy bien escrita y muy bien enfocado el tema de la radio!
Enhorabuena y que tengas mucha suerte!
Saludos y un abrazo!
Marta
Muchas gracias Marta. Me alegra que te haya gustado. Igualmente para tu relato. Un abrazo 🙂
Precioso Juan Antonio. Precioso el montaje de las dos historias, la forma de intercalarlas y llevarlas paralelamente tan bien con tonos tan distintos, y precioso el nudo final que me atas en la garganta.
Felicidades.
Muchas gracias Reve. Me alegra mucho que te haya gustado. Una abrazo 🙂
Muy emotivo y tierno. Me ha instalado un nudo en la garganta. Pero un nudo de esos que se ponen allí cuando una historia te toca en un sitio que creías a recaudo.
Enhorabuena y suerte!!
Mil gracias por pasarte y comentar Patricia. Aún me queda mucho por aprender, y vuestros comentarios animan a seguir adelante. Un abrazo 🙂
Juan Antonio, vaya relato, vaya historia. Se me han paralizado los dedos a dos centímetros del teclado. Todo lo que se pueda decir es poco. Enhorabuena y gracias por compartir esta maravillosa delicia.
Qué te voy a paralizar yo, mujer. Gracias a ti por estar siempre ahí animando y dando cariño. Un abrazo 🙂
Hola, Juan Antonio. ¿A ver que puedo añadir que no te hayan dicho ya? Mmm…Relato muy compacto, sin extravagancias, con una historia clara, sencilla, emotiva, y con pinceladas de realidad, que llega rápido y se queda fácil. La combinación de textos, aunque resta continuidad, ayuda a resolver con solvencia la historia (me queda la curiosidad de si los textos intercalados del radioteatro son tuyos? ¿Si?). Saludos y abrazos, para ti y la compañía… (bueno, ¿no es hora de cambiar el disfraz por otro de Carnaval?, jaja) Abrazos, abrazos…
Hola José Ignacio. Muchas gracias por tu pormenorizado comentario. Respecto a la pregunta que me haces el relato íntegro para bien o para mal está sacado de mi cabeza (incluido el radioteatro). Respecto a la foto del avatar no descarto que la siguiente sea peor XD. Muchas gracias por tu lectura y por tu tiempo. Un abrazo 🙂
Hola, Juan Antonio.
Nunca es tarde para felicitar a alguien que lo hace tan bien.
Qué delicia de historia. Me recuerda a las que me contaba mi abuelo…
Me gusta mucho la explicación que se dan los protagonistas: «Ese día, recuerdo, quise saber qué era la muerte: un lobo de mar insaciable».
Así creo yo que es la muerte también.
Felicidades ENORMES.
Hola Towanda. Da igual cuando llegues. Sabes que las puertas siempre están abiertas, y más para ti. Muchas gracias por tus palabras y por todo ese cariño que siempre tienes para todos y que tanto me llega. Un abrazo enorme 🙂
¡Qué digna despedida! Es un tributo a la radio, que aún cuenta con muchos adeptos en todo el mundo. Muchos se valen de ella hasta para transitar por caminos más despejados. No cabe duda del sensacional invento que es la radio. Mucho éxito.
Hola Óscar. Totalmente de acuerdo contigo. Inventos buenos hay muchos, pero el de la radio es de los que aún estamos celebrando, y que a mí se me antoja atemporal. Muchas gracias y un abrazo 🙂