02. Disoluciones
Nací con una ciénaga en las entrañas. Cuando cumplí un año, mi padre se marchó de casa avergonzado. Dicen que no pudo soportar ni un día más que el fango de mi llanto le embadurnara la camisa. Mi madre siempre trató de quitarle importancia y me aseguraba que yo era hijo del Rey Tritón.
Los médicos analizaban desconcertados el limo lleno de gusarapos que corría por mis venas y mi orina color café. Como nadie sabía decirme por qué el barro ensuciaba todo en mi vida, lo de ser mitad anfibio me pareció lo único verosímil. Andaba buscando algún pantano recóndito al que huir en soledad, cuando te conocí.
Eras luminosa y transparente. Y no sé cómo lo hiciste, pero tu naturaleza cristalina y sin manchas contrarrestó mi existencia lodosa. Poco a poco, con la efervescencia de tu saliva, mis fluidos se tornaron claros y llevaderos. A su vez, tu carne incolora comenzó a broncearse y perder fragilidad, y abandonaste tu forro de algodones.
Encantados con la extraña simbiosis de nuestras rarezas, intentamos vivir como personas vulgares. Y un día, paseando por el parque de la mano, nos dimos cuenta de que, por fin, la gente había dejado de mirarnos.
¡Qué bonito, Eva!
Qué difíciles son algunas vidas, pero qué bien cuando encuentran alguien con quien vivir a gusto. Vamos, lo que queremos todos, pero para estar «a gusto» a algunos la vida se lo pone más complicado.
Me encantan tus historias y como las cuentas 🙂
Un beso.
Carme.
Gracias Carme. Encontrar tu complemento perfecto no es sencillo, no. Un beso grande.
Eva, fenomenal historia, muy bien contada, suerte y saludos.
Gracias Calamanda, me alegra que te guste. Un saludo.
Que bonita historia de lodos y de anfibios… más Salamandra que nunca!!!!!
Bsossss!!!!
Bueno, a ti te sale bien apostar por los reptiles ¿no?. Gracias lagarto, ¡¡besos!!!
Muy buena historia. Mucha suerte
Muchas gracias Jesús.Un abrazo.
Si te fijas un poco en las personas, las observas más de cerca luego y al final, las intentas comprender, hay más de una pareja que se parece a la que describes, que, por cierto, lo has hecho muy poéticamente y mira que el color marrón no es muy de poesía que se diga.
Felicidades y suerte. Un beso Mediterráneo.
Gracias Mercedes, todos tenemos pantanos propios que superar. Un beso Atlantocantábrico.
Me encantó, suerte.
Gracias Analía,un saludo.
Ooooooooooooooooooooh…
Me ha en-can-ta-do. 🙂
Besossssssssss
(Microcomentario)
Oyoyoyoy (microrespuesta encantada que bien comprendes)
Muchas gracias Nuria. Bessooss.
Un relato precioso. Enhorabuena.
Qué buen relato! Me encanta :-)))
Hola compi. Un honor que te guste. ¡Gracias y besos!
Me alegra que te haya gustado Dolores, muchas gracias
Aquello de que «siempre hay un roto para un descosido» podría decirse que, en su esencia, late en este relato, pero sería una manera inapropiada de etiquetar un texto tan bien narrado, con una sensibilidad envidiable, la historia de dos almas complementarias que se ajustan en perfecta simbiosis, convirtiéndose en un solo ser, al tiempo que ambas partes superan sus pequeñas o grandes miserias de serie hasta lograr un ensamblaje perfecto.
Congeniar es un pequeño milagro que eleva a las personas más allá de sus limitaciones, disolviéndose uno en otro, física y espiritualmente.
Uno de esos relatos que me hubiera gustado escribir a mí.
Un abrazo y suerte, Eva
Ángel, creo que con lo que tu escribes es suficiente para demostrar tu buen hacer. Congeniar y encajar con alguien así, como dices, da fuerzas para superar lo que sea. Un beso grande y muchas gracias.
Dos vidas que se ensamblan en una fusión de emociones y sentimientos. Uno hace más especial al otro. Me ha encantado, Eva. Un abrazo y suerte.
Gracias Salvador. Jugué con la idea de meter la palabra normalidad en alguna parte del relato o el título pero…¿qué es lo normal? Un abrazo.
Qué bien escribes, muchacha.
Con escritos como este me niego a desearte suerte…¡encima! El azar déjalo para quien lo necesite…
Un besote grande, escritora.
Hola mi Rosy. Gracias por los piropos, ¿no te estarás pasando? Es el cariño que te ciega, lo sé. Beso enorme preciosa.
Una criatura preciosa la que has sacado a la luz. Es como el sentimiento que despierta una pequeña llama en un oscuro camino: hermoso y esperanzador. Me ha gustado cómo lo has construido y el mensaje que encierra. Un saludo, Eva.
Muchas gracias Bea. Creo que todas las criaturas tienen algo hermoso. Un saludo.
Una historia muy bien estructurada y con un mensaje esperanzador.
Nacer en una ciénaga y arrastrar el lastre a sus espaldas, no es nada fácil. Sin embargo, viéndolo desde otra perspectiva y siendo conscientes de su belleza interior, dicha protagonista logró ser correspondida al reconocerse, como en un espejo, en su cómplice sentimental y de esta forma producirse en esa mágica marmita de la vida llena de amor, aquello tan asombroso, que permitió la simbiosis de sus rarezas.
Cariñosos saludos, Eva y te deseo esa suerte que te mereces. 🙂
Gracias Milagros. Celebro que te haya gustado el cuento del cenagoso y la cristalina. Dos medias naranjas no tienen por qué ser iguales, no. Un saludo.
Cada vez lo haces mejor, que ya es difícil. Este será también seleccionado, seguro. Enhorabuena.
Hala que exagerá. Gracias y bicos
Pero qué historias tan maravillosas salen de esa cabecita morena. Bravo por ti y muchos besos.
Hola rubia. Gracias, pero a veces ni yo misma sé de dónde salen. Muchos besos.
Me ha gustado mucho Eva. Genial. Suerte y un abrazo
Gracias Pablo, me alegra que te haya gustado. Un abrazo a ti también
Qué maravilloso relato, qué hermosa historia de amor complementario nacida del color marrón…
Decir que me ha encantado es poco, EVA; te felicito 🙂
Cariños,
Mariángeles
Gecias Mariángeles, si te ha gustado, objetivo cumplido. Besos trasatlánticos.
Precioso, sin más. Mientras leía tu relato no ha existido nada más, y lo he acabado con una sonrisa en los labios. Enhorabuena y mucha suerte. Bea.
Gracias Bea. Tengo pendiente ver esa sonrisa nen directo… Un beso grandote.
Hola, Eva! Se me había pasado tu relato (se me pasan muchos) y al salir los resultados me he lanzado a devorarlo, como devoro todo lo que escribes. Creo que poca gente escribe con tu delicadeza, tu capacidad descriptiva y tu imaginación. Este micro es deliciosamente visual y has conseguido elevar a ese color feote y tristón que es el marrón.
¡¡Brutal relato!!
Merece estar ahí.
Felicidades!!!??????
¡Gracias Salva! Y enhorabuena por esa merecida mención a ti. Un beso!!
Ufff… ¡qué buen relato, Eva!
Gracias Dominique. Feliz de que os haya gustado. Un beso grande.
Guau, qué pedazo de historia la de estas dos almas que se fusionan o diluyen hasta el resultado final. Qué bonito llegar a ser feliz lejos de las miradas dañinas de los demás. Enhorabuena, queridísima.
Un abrazo inmenso.
Hola Towi. No te digo na y te lo digo tó. Cuántas veces es mejor no sobresalir en el campo de trigo para que no te cercenen… Un requeteabracísimo guapa. Gracias.