Muchas gracias por tu comentario y el enlace, Mariángeles. No sé a Guillermo Samperio, pero a mí me pudo mi vaguería natural sumada a la que provoca un calor asfixiante en nuestro hemisferio norte.
Otro abrazo de vuelta para ti.
Hola, Tocayo.
No está mal que podamos enfrentarnos a nuestros miedos de esta forma. Tiene la ventaja de que los leemos en un suspiro.
Un abrazo para ti.
Rafa, perdona, pero no lo he podido evitar, ja, ja, ja.
El título es principio, nudo y desenlace, y luego una blanca planicie de desolación y miedo.
¡Genial! Un abrazo.
Como se dice en la invitación a escribir en la cabecera de ENTC, hay que tratar de no poner palabras de más. Bueno, eso y como le cuento a Mariángeles, mis circunstancias, ja, ja
Un abrazo, Salvador, y muchas gracias por tus comentarios.
Dos cosas están claras: en ENTC siempre se aprenden cosas nuevas, incluso sorprendentes, en este caso, el nombre de una fobia que algunos no sabíamos ni que existiera, ni que tuviese una denominación específica. -Otra cosa es que no se puede decir más con menos. Qué ahorro de tinta si llegase al libro. Lo más importante: que no falten la originalidad ni el buen humor.
Un abrazo y suerte, Rafa
Tampoco tenía ni idea, pero descubrí los términos «grafofobia» y «escriptofobia», que aunque no están reconocidos por la RAE, sí son utilizados en los medios clínicos. Así que aproveché la propuesta enteciana y me lancé al «vacío».
Muchas gracias por tu comentario, Ángel, y otro abrazo de vuelta para ti.
Bueno, estoy convencido de que hay más grafófobos por ahí haciendo sus pinitos, que también tienen derecho a participar en concursos de micros; seguro que más de un terapeuta incluso lo recomienda.
Muchas gracias por comentar y te mando un abrazo.
Jajaja, me costó convencerme de que no se te había olvidado pegar el texto, hasta que empecé a leer los comentarios.
Original a más no poder.
Un abrazo, Rafa.
Pues yo pensaba que lo habías borrado (juraría que había visto un texto de pasada), hasta que leí los comentarios.
Y, bueno, ya te lo han dicho todo, pero yo me quedo con ese punto, marcando el final. Soberbio.
Un abrazo y suerte.
No lo descartes, Rosalía. Al principio estaba escrito con zumo de limón, pero me pareció un engorro que tuvierais que poner un mechero detrás del móvil o del ordenador… Quizá lo viste al trasluz o algo así, ja, ja.
Muchas gracias por el comentario, y un abrazo para ti.
( ).
Lo que quiere decir en grafófobo, según Google Translate, para que no tengas que buscarlo, es «Muchas gracias por tu comentario, y un abrazo, María».
Yo le doy mucha importancia al título y el final de los microrrelatos. Me encantan, te has esmerado. Pero en este caso, me quito el sombrero ante el texto. Se mire por donde se mire, no hay ni un fallo. ¡Perfecto!
Aunque en general soy un poco trazas, bueno, poco, poco, ejem…, me apetecía dar mayor visibilidad a este relato, y lo pasé por el filtro de los protocolos ortotipográficos, gramaticales e incluso de estilo que me proporcionó la IA para corregir cualquier defecto. Y, oye, parece que me han ayudado a no cometer ningún error.
Permíteme responderte con una reverencia a ese saludo tuyo con el sombrero, Edita, muchas gracias por tu comentario y un abrazo para ti.
Vaya combinación más letal la de estas dos fobias: no sabría cómo solucionar lo del miedo a escribir con la de enfrentarse al folio en blanco, buff. Bueno, te confieso que yo ya no padezco leucoselofobia. Cuando intuyo que la voy a padecer, ¡pinto los folios de colores!
Muchas gracias por tu comentario, Victoria Muriel, y un abrazo.
Voy deprisa. Antes de que empiece yo a sufrir otro ataque, te escribo rápido: muchas gracias por el intento de comentar, Gema; ya sé que la «grafofobia» puede atacar a cualquiera y en cualquier momento.
Un abrazo para ti.
Rafa, viendo la cantidad de letras que se acumulan en los comentarios a tu relato, creo que al “ grafofobico” le ha debido de dar un ataque de nervios, por lo menos 😂
No, ja, ja, mientras escriban otros… Y como no tengo bibliofobia, ese miedo a leer, ni mucho menos ablibliofobia, el miedo a quedarme sin nada que leer (¡eso es impensable con la pila de libros pendientes y los que se van acumulando!)… Bueno, si lo padeciera me leería otra vez los comentarios.
Un abrazo y gracias por el comentario, Pilar.
Hola, Rafa.
Pues no sé si te has dado cuenta, pero puede que hayas establecido un nuevo récord al microrrelato más corto. Yo que tú lo envíaría al Guinness. Y punto…
Un cálido saludo.
Me entran sudores solo de pensar que tendría que escribir a los responsables. Será mejor que lo «vean» ellos mismos, y si eso, que llaman por teléfono, por favor.
Un abrazo también cálido para ti, Ángel, y gracias por comentar.
Bº Birruezas 41
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Muy original.
Felicitaciones.
Muchas gracias por pasarte a leer (bueno, es un decir) y comentar, Raúl.
Un abrazo para ti.
Hola, Rafa. Definitivamente, esta es de las peores fobias que podría llegar a tener un escritor…
(Nota al pie: me recordó al micro «Fantasma» del escritor Guillermo Samperio, cuya extensión se reduce a esa sola palabra: https://youtu.be/NsO5w7D_WZQ?si=TrhbT3Gdd8k4vpee)
Muy bueno, y muy original.
Un abrazo grande,
Mariángeles
Genialidad.
Originalidad.
Inesperado.
Enhorabuena, Rafael.
Mucha suerte.
Casi, casi, tu comentario me deja sin palabras, Miguel Ángel.
Muchas gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario y el enlace, Mariángeles. No sé a Guillermo Samperio, pero a mí me pudo mi vaguería natural sumada a la que provoca un calor asfixiante en nuestro hemisferio norte.
Otro abrazo de vuelta para ti.
Genial explicación escrita y exacta de los miedos propios.
Enhorabuena, tocayo.
Hola, Tocayo.
No está mal que podamos enfrentarnos a nuestros miedos de esta forma. Tiene la ventaja de que los leemos en un suspiro.
Un abrazo para ti.
.
Síííí, ja, ja. El micro me pedía el punto final para darle cuerpo al «texto», y para empezar a superar la fobia. Y ahí vamos avanzando.
Genial, Salvador.
Es de Justicia
Rafa, perdona, pero no lo he podido evitar, ja, ja, ja.
El título es principio, nudo y desenlace, y luego una blanca planicie de desolación y miedo.
¡Genial! Un abrazo.
Como se dice en la invitación a escribir en la cabecera de ENTC, hay que tratar de no poner palabras de más. Bueno, eso y como le cuento a Mariángeles, mis circunstancias, ja, ja
Un abrazo, Salvador, y muchas gracias por tus comentarios.
Dos cosas están claras: en ENTC siempre se aprenden cosas nuevas, incluso sorprendentes, en este caso, el nombre de una fobia que algunos no sabíamos ni que existiera, ni que tuviese una denominación específica. -Otra cosa es que no se puede decir más con menos. Qué ahorro de tinta si llegase al libro. Lo más importante: que no falten la originalidad ni el buen humor.
Un abrazo y suerte, Rafa
Tampoco tenía ni idea, pero descubrí los términos «grafofobia» y «escriptofobia», que aunque no están reconocidos por la RAE, sí son utilizados en los medios clínicos. Así que aproveché la propuesta enteciana y me lancé al «vacío».
Muchas gracias por tu comentario, Ángel, y otro abrazo de vuelta para ti.
Certero como un dardo malayo. Lo tuyo es concisión, y lo demás…Es cuento.
Un abrazo, guapo.
Ese dardo malayo tenía que apuntar a una diana en blanco, me atrevería a decir.
Un abrazo para ti, Puri, y muchas gracias por tu comentario.
Este gana el concurso internacional de brevedad!
Bueno, estoy convencido de que hay más grafófobos por ahí haciendo sus pinitos, que también tienen derecho a participar en concursos de micros; seguro que más de un terapeuta incluso lo recomienda.
Muchas gracias por comentar y te mando un abrazo.
Jajaja, me costó convencerme de que no se te había olvidado pegar el texto, hasta que empecé a leer los comentarios.
Original a más no poder.
Un abrazo, Rafa.
Pues no andas muy desencaminada porque a veces me quedo en blanco, ja, ja.
Muchas gracias por pasarte por aquí, Ana María, y un abrazo de vuelta.
Pues yo pensaba que lo habías borrado (juraría que había visto un texto de pasada), hasta que leí los comentarios.
Y, bueno, ya te lo han dicho todo, pero yo me quedo con ese punto, marcando el final. Soberbio.
Un abrazo y suerte.
No lo descartes, Rosalía. Al principio estaba escrito con zumo de limón, pero me pareció un engorro que tuvierais que poner un mechero detrás del móvil o del ordenador… Quizá lo viste al trasluz o algo así, ja, ja.
Muchas gracias por el comentario, y un abrazo para ti.
Maravilloso.
( ).
Lo que quiere decir en grafófobo, según Google Translate, para que no tengas que buscarlo, es «Muchas gracias por tu comentario, y un abrazo, María».
Yo le doy mucha importancia al título y el final de los microrrelatos. Me encantan, te has esmerado. Pero en este caso, me quito el sombrero ante el texto. Se mire por donde se mire, no hay ni un fallo. ¡Perfecto!
Aunque en general soy un poco trazas, bueno, poco, poco, ejem…, me apetecía dar mayor visibilidad a este relato, y lo pasé por el filtro de los protocolos ortotipográficos, gramaticales e incluso de estilo que me proporcionó la IA para corregir cualquier defecto. Y, oye, parece que me han ayudado a no cometer ningún error.
Permíteme responderte con una reverencia a ese saludo tuyo con el sombrero, Edita, muchas gracias por tu comentario y un abrazo para ti.
¡Qué susto, Rafa! Nos has dejado temblando a todos los que tenemos leucoselofobia.¡Ja, ja!
¡Muy bueno!
Vaya combinación más letal la de estas dos fobias: no sabría cómo solucionar lo del miedo a escribir con la de enfrentarse al folio en blanco, buff. Bueno, te confieso que yo ya no padezco leucoselofobia. Cuando intuyo que la voy a padecer, ¡pinto los folios de colores!
Muchas gracias por tu comentario, Victoria Muriel, y un abrazo.
Quisiera comentar pero creo que empiezo a sufrir grrrr…..
Voy deprisa. Antes de que empiece yo a sufrir otro ataque, te escribo rápido: muchas gracias por el intento de comentar, Gema; ya sé que la «grafofobia» puede atacar a cualquiera y en cualquier momento.
Un abrazo para ti.
Eres grande, Rafa. Cuando escribes y cuando no lo haces… Un abrazo enorme como tú
Me vas a hacer sonrojar, Eva. Ahora querría volverme invisible.
Un abrazo bien grande de vuelta para ti.
Rafa, viendo la cantidad de letras que se acumulan en los comentarios a tu relato, creo que al “ grafofobico” le ha debido de dar un ataque de nervios, por lo menos 😂
No, ja, ja, mientras escriban otros… Y como no tengo bibliofobia, ese miedo a leer, ni mucho menos ablibliofobia, el miedo a quedarme sin nada que leer (¡eso es impensable con la pila de libros pendientes y los que se van acumulando!)… Bueno, si lo padeciera me leería otra vez los comentarios.
Un abrazo y gracias por el comentario, Pilar.
Hola, Rafa.
Pues no sé si te has dado cuenta, pero puede que hayas establecido un nuevo récord al microrrelato más corto. Yo que tú lo envíaría al Guinness. Y punto…
Un cálido saludo.
Me entran sudores solo de pensar que tendría que escribir a los responsables. Será mejor que lo «vean» ellos mismos, y si eso, que llaman por teléfono, por favor.
Un abrazo también cálido para ti, Ángel, y gracias por comentar.