04. Instancia (Lorenzo Rubio)
Doña Antonia Martínez Cantó, con número 86 en la cola de la pescadería, nacida el 25 de septiembre de 1944 del vientre de su madre, y con domicilio en un piso con desconchones
EXPONE QUE
cada día, puntual a las seis, se ha levantado de la cama de un salto; que ha recorrido cien metros por el pasillo en menos de diez segundos para preparar desayunos y almuerzos; que de tanta práctica maneja el palo de la escoba, y fregona, de tal modo que, con un golpe seco encesta, o en su defecto emboca, las pelusas en el cubo de la basura desde varios metros de distancia; que, en la modalidad de lucha, es capaz de bregar hasta que sus hijos, ahora nietos, hagan los deberes, su marido baje la tapa del váter (aunque sea lo único que haga), e incluso que el carnicero le ofrezca descuentos; por todo lo expuesto, y por mucho que se calla,
SOLICITA QUE
se le designe como la abanderada del equipo nacional en los próximos Juegos Olímpicos y se le otorgue, como mínimo, una medalla de oro honorífica por sus destacados méritos deportivos.
En la Pescadería, 1 de julio de 2016
Firmado:
Antoñita
Me encanta!! Genial, yo voto por que Antoñita sea la abanderada sin duda.
Un relato muy tierno y real sobre la vida de tantas amas de casa que lo dan todo a diario cuidando de su familia.
Felicidades por crear un paralelismo tan original.
Besos
Gracias, Asunción, a ver si en Brasil la vemos encabezando al equipo. Sería una gran iniciativa que la abanderada fuera una señora anónima que se lo merezca más que cualquier deportista famoso.
Yo firmo por Antoñita y por todas las Antoñitas del mundo mundial.
Olé, Paloma, yo también jaja.
Una justa reivindicación en beneficio de un colectivo tan necesario como olvidado, mujeres que lo dan todo sin pedir nada para que otros prosperen. No sólo dominan una técnica, sino muchas a la vez, por lo que dejan el triatlón en muy poca cosa comparado con sus méritos diarios. Una construcción en forma de instancia que añade mayor originalidad si cabe a la que ya derrocha el relato, aderezado con un humor fino, cotidiano y constante.
Un abrazo, Lorenzo. Suerte
Gracias, Ángel, y tan duro, lo mal que lo paso con las tareas domésticas, sudo más que jugando un partido de fútbol. La que menos me gusta es limpiar los utensilios después de una comida que si el tomate frito por aquí, las migas por allá…
La que mejor se me da la de la escoba, supongo que va en los genes. Un abrazo, campeón.
Una mujer que consigue que el marido baje la tapa -record jamás logrado por fémina alguna, que se sepa-bien merece el honor de ser la abanderada. Lo que nos van a envidiar el resto de países cuando sepan el porqué.
Original formato y narración rezumando humor por los cinco aros.
¡Enhorabuena, Lorenzo! Suerte.
Jaja a mí me ha costado mucho acostumbrarme a bajarla, pero de tanto oírlo, ahora también me molesta a mí ver la tapa subida qué cosas. Gracias, sempiterno campeón.
Lorenzo, que historia tan bien contada y tan buena. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, guapa!!
Hola, Loren.
Brutal, yo estoy creando una plataforma tipo change.org para reunir firmas para Antoñita, se lo merece todo.
Enhorabuena, genio de la lámpara.
Un abrazobesoestornudo y muchísima suerte.
A este ritmo de firmas lo conseguimos, otro besoabrazoachuchón jajajaj
Gracias, Ana. Antoñita se habrá liado, le ha preguntado a la número 85 cómo se rellenaba y le ha dicho así; ahora más en serio, como dices, los modelos de instancia de las instituciones suelen ser así, pero no hay norma fija, de hecho tú puedes hacer uno casero en casa, hasta a bolígrafo, y te lo tienen que admitir pongas dos puntos, un que o firmes con la huella dactilar, o eso creo. Besos.
Que menos que otorgarle, a la señora Antoñita, esa merecida ofrenda representativa, como homenaje a todas las madres y abuelas, después de décadas de sufrimientos físicos, suponemos que recompensados con el agradecimiento y los besos de toda su familia. Un saludo, Lorenzo.
Gracias, Jesús, por tu visita y comentario. De acuerdo en todo lo que has dicho.
Jaja qué curiosa tú historia, gracias por compartirla.
Ah en cuanto al nombre he usado literal el de mi madre jeje le quería hacer un homenaje, luchadora de pura cepa.
Veo que continuas con la línea cachonda que trazaste hace dos meses. Se nota que has disfrutado escribiendo el relato, del mismo modo que yo disfruto leyéndolo. Gracias.
Exacto. Disfrutar es la palabra. Y de eso tú y yo sabemos mucho. Jajaja. Gracias, campeón.
Original enfoque del tema para hacer un homenaje lleno de humor a esas mujeres que posibilitan que el mundo siga girando y que no suelen recibir reconocimiento. Claro que sí, necesitamos una abanderada, que abanderado era una marca de calzoncillos, muy poco glamour para representar a todo un país. Beso de domingo por la mañana a 35º a la sombra.
Muchas gracias, Ana. Se lo merecen!!!
Dignísima abanderada y, por supuesto, merecida medalla para esa mujer que se bate con el esfuerzo y el tiempo sin reconocimiento alguno y además, muchas veces, con un público indiferente. Divertido, original y reivindicativo relato, Lorenzo. Abrazos y mucha suerte.
Muchas gracias, Salvador, tus ánimos nunca fallan.
Una de las cosas que te hace grande es la singularidad con la que filtras la triste realidad y la pasas por esa mirada de escritor con la que ves el mundo para dejarnos relatos como este. Mucha suerte !!!
Muchas gracias, compañero de fatigas.
Una Antoñita muy grande. Un relato que salta las vallas y hace una carrera de la vida cotidiana.
Sencillez hecho relato y meta conseguida. Una solicitud que merece podium, medalla honorífica y bandera que abandere toda una vida de sacrificio. Que triste es pensar que este oficio no entre en las olimpiadas.
Me encanta Lorenzo.
Suerte y un beso como una pista de atletismo.
Tu comentario me viene como una botella de agua a ese atleta que está agotado. Gracias, guapa.
Genial homenaje a todas esas mujeres como Antoñita, que viven para los demás y sólo tienen tiempo para pensar en sí mismas en sitios como la pescadería…
(¿LLegará el día en que haya varios posibles «Antoñitos» que podrían firmar esa instancia…?)
Lo dicho, Lorenzo, muy bueno y mucha suerte.
Esperemos que sí. Muchas gracias por comentar.
Solo a una de tus protagonistas se le puede ocurrir llevar papel y lápiz a la cola de la pescadería 😉
Sí, es cierto yo lo llevo hasta al aseo ja ja. Gracias, experta en relojes.
Lorenzo, ¡qué instancia o relato tan original nos dejas hoy, eres un fenómeno! Por mi parte se le otorga no solo una medalla a Antonita, sino un montón. Muchas felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani, siempre son bienvenidos tus comentarios tan alegres. Se nota que rebosas vida por todos los costados. Besazo.
Enhorabuena Lorenzo por la frescura de tu instancia. Ya le gustaría a más de un juez leer cosas tan divertidas. ¡Mucha suerte!
Muchas gracias, Enrique.
Si Antoñita es tu madre está de más poder decir algo. Bien ganado lo tiene al puesto y va mi voto por ello.
Un gran abrazo y suerte. Gracias por compartir este relato que disfruté a pleno.
Ahora llego, compañeros, siento el retraso en responder. Pues sí he cogido el perfil de mi mamá y lo he deformado un poco caricaturizándola, pero no mucho eh, rezuma mucha verdad el texto, quizá lo más falso está en lo referente a su marido que sería mi padre, cerrador de tapas siempre y trabajador incansable cuando estuvo en vida. Un abrazo y gracias por tus palabras.
Lorenzo, menuda lección de trabajo cotidiano (que tantas veces pasa desapercibido o infravalorado) en un formato original, irónico, creativo, cercano, que llega al lector por la mejor vía (la del humor) para quedarse, obligando a reflexionar…
Buen relato olímpico!!!
Un abrazo.
Muchas gracias, Amparo, el humor no sé si será el género que mejor se me da, pero sí el que más me gusta junto con el fantástico. Un abrazo.
Lorenzo, todo dicho. Ahora digo yo que me encanta este relato social.
Abrazos de verano.
Muchas gracias, María.
Un relato sobre un deporte olímpico en una instancia, y además con reivindicación social… Original sobre original (sería original al cuadrado?)
Muy bien esa valoración del trabajo normalmente poco tenido en cuenta de madres y abuelas.
Ah, y Antoñita de abanderada!
Un abrazo.
Carme.
Jaja gracias, a ver si en vez de cuadrado es redondo y toca medala. Qué mejor homenaje a mi madre sería.
¡Qué bien! Espero, Lorenzo, que —salvo me quites medalla— tu relato esté en podio. Me gusta el humor y se premia poco. Felicidades
Muchas gracias, Ximens, pues a ver si nos vemos ahí subidos al cajón, muy difícil eso sí. Ah y totalmente de acuerdo en lo del humor. Una lástima.
Divertido, original, fresco. Y un merecido reconocimiento a todas las Antoñitas que merecen medallas honoríficas y mucho más.
Enhorabuena y suerte!