04 MAGIA (Puri Rodríguez)
¿Cual sería el resultado escrito en la papeleta que contenía el sobre que llevaba en mi mano?
Caminaba, de vuelta a casa, sin atreverme a abrir mi “cofre del tesoro”, pero me sentía eufórica y, durante el trayecto en Metro, me puse a evocar mi pasado, sin nostalgia alguna.
No pude estudiar Medicina, mi primera vocación, porque ví morir a mi padre con sólo quince años, y tuve que ponerme a trabajar mientras seguía estudiando por las tardes.
Dos décadas después decidí probar con mi segunda vocación, Bellas Artes, y me empeñé en devorar libros por mi cuenta, durante todo un año, mientras trabajaba de lunes a sábados.
Me presenté a los exámenes de Acceso a la Universidad para mayores de 25 años y, aunque no fueron fáciles, salí contenta.
Ya en casa, abrí por fin aquel sobre. Era feliz porque confiaba en que el destino me sonreiría ese día.
Saqué la papeleta y leí: “APTA”.
Entré en Bellas Artes y, tras los cinco años de carrera, me licencié.
Hoy sé que hay muy pocas cosas imposibles, pero eso lo aprendí leyendo aquella palabra mágica, escrita en una papeleta gris, escondida dentro de un sobre blanco.
Cierto, nunca es tarde para aprender cosas nuevas, sobre todo si se tienen las ganas suficientes como para esforzarse en conseguirlo.
En este caso es la universidad, pero pueden ser tantas cosas…
Gracias por este relato esperanzado.
Un abrazo y suerte.
Gracias a tí, guapa, y es bien cierto lo que dices. Incluso cuando apenas se confía en lograr algo, hay que intentarlo, y si no se consigue, pues a seguir adelante. Un besazo, Rosalía.
Parece mentira todo lo que puede reunir una simple palabra de cuatro letras, todo un cúmulo de emociones, resultado del trabajo previo, junto a las expectativas que se abren.
¿Quién dijo que hay algo imposible? La mayor parte de las veces nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, que nos cerramos el camino por comodidad o cobardía.
Un relato en primera persona, que resume una filosofía de vida valiente: siempre adelante y a por todas.
Un abrazo grande y suerte, Puri
Graaaacias, Ángel, por tu siempre acertada reflexión, y te confieso que, una vez más en el presente año, esta pequeña historia de algunos recuerdos imborrables, tampoco es ficción. Abrazo enorme, querido amigo.
La magia la hizo ella con su desempeño. Nunca desvió su objetivo pese a las dificultades de la vida. Valoro mucho el esfuerzo personal, Allí está la Magia.
Muchos abandonan antes de intentarlo, otros, empiezan y lo dejan. La tenacidad está poco valoradaen nuestra época. Y por desgracia en muchos jóvenes.
Muy aleccionador.
Esa «ella» era yo, querida Rosa, y esta pequeña historia fue una parte de mi propia vida. Este año decidí contar realidades en lugar de ficciones…Para variar. Muchas gracias por leerme y comentar mi cuentito. Un besazo, guapa.
Ejemplo perfecto de todo lo que una palabra mágica puede desencadenar, sobre todo cuando esa palabra se marina con ilusión y constancia.
Tienes razón, Edita, porque yo también creo que sólo con ganas, esfuerzo y pasión puede conseguirse aquello que, en un principio, parecía imposible. Muchas gracias por comentar mi pequeña historia y…Un abrazo, guapa.