04. Una amnesia, por favor
Acababa de llegar a la última pantalla del juego y me fijé en que sólo quedaban otras dos participantes. Se habían desbloqueado varias rutas de acceso a la torre. Concentrada elegí una y la ejecuté tan diestramente que mi avatar fue el primero en coronar la preciada cima. Había ganado el prestigioso premio internacional de gamers. El dinero se transfirió a mi cuenta en el acto.
Años atrás lo habría gastado en viajar, pero ya no quedaba ningún destino visitable. Recordé con nostalgia la pandemia de mi infancia, cuando pasé unas pocas semanas sin poder salir. Esta vez llevaba más de un año recluida en mi agobiante apartamento y no parecía que aquello fuera a acabar pronto. Miré por la ventana. Un denso aire irrespirable y gris se adhería a los cristales, opacándolos. Agradecí no poder ver la calle, arrasada y desierta.
Entré de nuevo en el metaverso. Con el dinero del premio por fin podía comprar el remedio a la tristeza que me enfermaba. Tras esperar durante horas en una larguísima cola virtual, accedí aliviada al Centro de Borrado Integral de Todos los Recuerdos.
¡¡UALAAAA, ME SUPER ENCANTA!!! No se leen por aquí muchos micros distópicos y de ciencia ficción, por eso el tuyo es una grata sorpresa. Empieza como algo tan cotidiano como el juego online, y ya ahí me fijo en ese «otras dos participantes»: tres mujeres en un mundo muy masculinizado. Después nos sitúa en un mundo postapocalíptico varias décadas después de 2020. Y qué decir de ese final, perfecto para cerrar el micro y también en el mensaje que trasmite. Porque si a veces desearíamos borrar recuerdos tristes para ser felices, el caso de tu protagonista (y del resto de personas que hacen cola) es diferentes: borrar todos los recuerdos, incluidos los felices, para no poder comparara la vida que llevan con lo ya vivido.
Absolutamente fantástico.
Un abrazo y si por mí fuera, de cabeza al recopilatorio.
Rosalía, no tengo palabras para agradecerte tu alentador comentario, lo recibo como el mejor de los premios. Muchísimas gracias de verdad, me hace mucha ilusión que te haya gustado tanto. ¡Solo espero que mi relato no sea premonitorio! Un abrazo enorme para ti y mil gracias de nuevo
Un mundo en el que ya no queda nada por visitar, en el que se recuerda con nostalgia, como si hubiese sido algo ppsitivo, el confinamiento por una pandemia, se trata de un mundo que, si no ha llegado a su fin, debe de estar bien cerca. La alternativa virtual puede ayudar durante un tiempo, pero nunca sustituir la verdadera realidad, menos aún la de antes de que todo se degradase, cuando el planeta aún era vivible. Tu protagonista, consciente de aquello de «cuanto sufre el que sabe», prefiere no recordar que, en su caso (seguimos con los refranes) «cualquier tiempo pasado fue mejor».
Un relato bien armado y posible, esperemos que no prenonitorio.
Hace poco coincidí con dos nuevas participantes en ENTC, no estoy seguro si tú eras una de ellas. De una forma o de otra te envío un abrazo y te deseo suerte, Sara
Ángel, justo se lo decía a Rosalía unas líneas más arriba, ¡espero que mi relato no sea premonitorio! Muchísimas gracias por tu amable comentario, y sí, yo era una de las dos personas que nos acercamos a saludarte. Fue un placer ponerte cara y ojalá sigamos coincidiendo en ese y otros muchos eventos donde se festeje la escritura. Un abrazo muy grande para ti y gracias de nuevo.
Hola Sara, nos narras con destreza la victoria en un juego virtual, destacando la soledad y desesperanza del personaje frente a un mundo postapocalíptico. La metáfora de la ventana opaca simboliza la realidad desoladora fuera del juego qye cautiva y esa decisión de buscar consuelo en el «Centro de Borrado Integral de Todos los Recuerdos» revela una búsqueda desesperada de escapey la conexión entre la pandemia de la infancia y la situación actual agrega profundidad y da al relato una emotividad que llega. Suerte!
Muchas gracias Manuel por tu lectura y tu detallado comentario. Me alegra mucho que el relato haya despertado en ti alguna emoción. Esperemos no llegar a ese futuro, pero lo cierto es que no suena tan lejano, ¡qué miedo!… Un abrazo y gracias de nuevo
Sara, que terrible es ese futuro que asoma, postapocalíptico, en el que se llega a añorar el momento de la pandemia. El hecho de que ya no haya a dónde ir en un mundo irrespirable le lleva a querer borrar hasta sus mejores recuerdos. Esperemos que no se convierta en realidad. Un abrazo
Sí, terrible, aunque como decía más arriba no me parece tan imposible, ¿verdad? Esperemos que no se convierta en realidad. Muchas gracias Gloria por la lectura y el comentario, ¡un abrazo!
Madre mía, que bien retratado ese futuro tan tremendo. Y cómo duele el borrado de memoria. Me pregunto qué le quedará a la protagonista si esos recuerdos…
Consigues el efecto deseado al leer el relato: desasosiego y desesperanza.
Un abrazo.
Carme.
Muchísimas gracias M.Carme, confío en que este micro se quede en pura ficción aunque a veces parezca que vamos directos a ese futuro gris… ¡Crucemos los dedos! ¡Un abrazo!