05. INSÓLITA INSTANTÁNEA
Comencé en este quehacer como la mayoría de los fotógrafos de acción, participando en incontables deportes antes de atreverme a pausar el tiempo con mi primera cámara. Después, sin darme cuenta, aprendí los trucos de la Leica.
Recuerdo la gesta de un famoso piloto americano saltando con su moto de nieve desde un sexto piso. No fue fácil captar la instantánea, puesto que se necesitaron tres años para adecuar el espacio al grosor de tan gélido colchón, que requería semejante caída libre.
Para que pudiese realizar la foto, el especialista de semejante vehículo tenía que saltar de un edificio a otro, por lo que resultaba obvio el peligro al que se exponía. Más, cuando la montaña de nieve fue idónea, no dudé en «hacer clic» y respirar aliviado sin que se produjese ninguna desgracia.
Al revelar la instantánea me asombró descubrir la presencia del rostro de una persona debajo de la moto que me fue difícil identificar.
Poco después, en el edificio donde yo residía, asistí estupefacto al hallazgo del cadáver de una joven con el mismo semblante.
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Las fotografías nacen para retener un momento concreto. La realidad no solo se compone de lo más obvio, aquello que acapara la atención de los sentidos, allá donde se nos van los ojos. Hay múltiples detalles, no por ello menos importantes, que pueden analizarse en cualquier escena y que igualmente suministran información.
En el caso de tu relato, la espectacularidad del motorista eclipsa todo, pero con una visualización más detenida hay algo más (más bien alguien más) que también estaba ahí y que, antes o después, había de aparecer, como la superficie de una montaña tras el deshielo.
Un relato muy dinámico, con un punto de misterio y, tal vez, una reflexión acerca de la importancia que tienen y, a veces no le damos, a los detalles.
Un abrazo, Milagros. Suerte.
Siempre me admiro de tu gran atención lectora, ya que eres capaz de indagar más allá de las palabras.
Efectivamente, la realidad no solo se compone de lo más obvio, sino también de los detalles, que son imprescindibles en muchos casos para tener un conocimiento más profundo de las cosas.
Intenté crear esa espectacularidad de la que me hablas, justo para que después quedase eclipsada por el inesperado hallazgo, o la sorpresa de lo impensable pero real.
Muchas gracias, Ángel por ser tan generoso y atento con lo que escribo.
Un abrazo grande.
La magia de la fotografía reside en estar en el momento adecuado, en el sitio preciso, y hacer click justo a tiempo. Estos tres ingredientes se dan en el caso de tu protagonista, es la foto imposible que el azar convierte en realidad, con todo lo que eso entraña en este caso, con final tan inesperado.
Mucha suerte, Milagros.
Discúlpame, Paloma, el retraso en contestarte y especialmente en agradecerte la atención de comentar.
Un buen fotógrafo debe tener muy en cuenta esos tres ingredientes a los que aludes, con lo que me satisface que los hayas visto reflejados en mi protagonista.
Me alegro haber podido sorprenderte con el giro final un tanto enigmático.
Un abrazo y suerte para ti también.