05. SERÁS MI AMGA, de Hormiga Roja
Desde mi altura no podía distinguirlo. Solo sabía que pertenecía a los  ejecutores. Yo caminaba deprisa, pero sabía que daba lo mismo, pues  estaba a su merced, haría conmigo lo que quisiese, me pisaría, me  aplastaría con una piedra, jugaría cruelmente conmigo. Pero no está en  el protocolo de conducta de una hormiga rendirse, así que corría,  corría, emitiendo horror al aire para avisar a las demás que el hombre  estaba cerca.
De pronto algo carnoso y fragante se puso frente a mí en mi camino.  Dudé, pero interceptaba mi paso y ¡olía tan bien! Me paré un momento. La  muerte era inminente ¿qué más daba una insensatez? Palpé la superficie  rosada y blanda. No sería una muerte terrible si podía recrearme en  aquel tacto antes de perder la sensibilidad de mis antenas y la  movilidad de mis seis patas.
–  ¡Mamá! ¡He cogido una hormiga!
Era un ser humano. Me asesinaría. Mientras tanto yo iba de uno a otro de  sus tentáculos con dulce aroma, que me producía un éxtasis maravilloso.
–  Me haces cosquillas en la mano… Toma, chocolate… Te llamaré Rogelia porque eres rojita… Serás mi amiga. Yo te cuidaré.
						
						

