06. ENREDADERAS, de Musgo
La música del aire me transporta
a mi bosque y a mi río,
a los cauces entre cielos
que son nubes,
en meandros imposibles retornados cauce arriba…
Son nublados que despiertan los encuentros
de la vida inflamada en el centro de los bosques,
allí está oscuro y en silencio…
Es mi alma…,
la acompaña ese río de sonido palpitante,
del amor y sus riveras,
de los juncos que bailaron como vellos erizados,
cual melenas incitadas por el viento
a caricias inmortales.
Lo busco entre troncos abrazados por las yedras,
como venas,
columpiadas por el viento en las hayas centenarias
que destruyen a la reina de los bosques,
a otros robles…
Y yo busco en la entretela de las cuevas,
en las simas abismales,
en la ciénaga y en el canto de las ranas,
en los vuelos de murciélagos nocturnos;
yo lo busco entre fríos y corrientes,
en las telas transparentes
que se llenan de rocíos
donde reinan las arañas.
Y lo busco entre las rocas,
en los suaves roquedales,
en lo oscuro de las almas,
en lugares muy profundos,
hoy tan lejos que no alcanza mi mirada,
en silencios que ensordecen,
entre ramas que conozco…
Busco el bosque…