08. Decisión final (towanda)
Era lo que debía hacer. De lo contrario, me habría consumido viéndote crecer, sabiendo que siempre serías la favorita.
Esta mañana tuve que insistir mucho para que me dejaran sacarte de paseo. Y mentir un poco. No podía decirles dónde iba a llevarte porque me lo habrían prohibido y, además, era un secreto de hermanos. Solo nuestro. Quería enseñarte los acantilados y el mar. De cerca. Lo más cerca posible.
Mientras caminábamos, sonreías recogiendo flores y piedras en una cesta, parloteando en tu lengüecilla de trapo. Qué bonita estás cuando se te marcan esos hoyuelos que tienen fascinado a papá… Te confieso que estos últimos años han sido terribles para mí. He dejado de ser hijo único, el ojito derecho de mamá, su niño, para convertirme en el hermano mayor. Me han despertado tus cólicos, me he pringado con tus cacas, has emborronado mis dibujos con tus babas y, lo peor, papá me obligó a regalar mi colección de canicas para evitar que te ahogaras.
No te guardo rencor, hermanita, pero ha llegado el momento de despedirnos para siempre.
Diles a papá y mamá que los quiero muchísimo y, también, que saltar no era mi primera opción.
Esta princesa destronada, carcomida por los celos hacia su hermana menor, a la que siente como usurpadora de un trono que no concibe compartir, decidió que la realidad se había vuelto insufrible.
Nos pasamos el relato temiendo lo peor, que la criatura de corta edad acabe despeñada; en cambio, es la primogénita quien se quita de en medio, porque las buenas historias siempre guardan un buen as en la manga. Tal vez hubo una primera y terrible idea como motor que la puso en marcha en ese último paseo, pero la «decisión final» ha sido otra, seguro que errónea también, pero menos gravosa que terminar con una vida inocente y ajena.
Un relato de celos fraternales en estado puro, con un desenlace sorprendente.
Un abrazo de verano y suerte, Towi
¡Ay! Parece que al final le ha podido la compasión… ¡Suerte!
Uppp, qué final!! Me ha encantado Towanda. Qué buena eres!! Mucha suerte maestra bonita.
Besicos muchos.
Me ha gustado mucho, desde la primera línea hasta ese final donde insinúas la tragedia del suicidio.
Lo has desarrollado con habilidad maestra.
Un besito virtual, María
Un mundo que se desmorona, la inocencia se convierte en locura. Un relato con un final que nos deja entumecida el alma. Muy bueno, Towanda. Un abrazo y suerte.
Hola, Towanda.
Sorprendente giro final. Cuando uno cree que esto va a acabar como la clásica historia bíblica de Caín y Abel, todo da la vuelta.
Suerte. Un refrescante abrazo.