08. LA PARTIDA (Sara Lew)
Azul y arena en su mirada, ahora desvanecida bajo una nube de sedantes y medicamentos. De sus labios entreabiertos se escapa un aliento leve y rítmico, como el murmullo de las olas rompiendo sobre la playa. Yo intento mecerme en ese vaivén mientras sujeto su mano pero no logro retenerlo, sus dedos laxos se me escurren. Se oye el pitido intermitente y fatalista de la máquina y entonces es él, en un último afán, el que tira de mí con fuerza. Me indica con apremio que su barca ya ha llegado a buscarlo, y que no quiere hacer ese último viaje solo.
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Hola Sara,
Tu micro me parece muy bueno. Me encanta como describes esos momentos finales de una forma casi poetica con ese final tan grafico expresando su miedo a la soledad eterna. Enhorabuena y suerte. Nos seguimos leyendo.
La incógnita de lo que viene después unido al hecho de separarnos de lo que amamos… Soledad y ausencia a ambos lados de esa fina línea que separa la vida de la muerte.
Gracias por tu comentario. Un saludo.
Los últimos momentos de una persona son muy difíciles de describir, se trata de algo que podemos suponer o imaginar, pero solo quien lo sufre ha de saber realmente lo que se siente. Tú te has puesto en la piel de un o una testigo en primera línea de ese paso. Que levante la mano quien no lo teme. Puede que todo sea más sencillo de lo que pensamos, pero el pánico final que tan bien has descrito es tan humano como lógico y comprensible.
Un abrazo y suerte, Sara
Quizás la fe ayude a enfrentarse a la soledad del último instante. Ese pánico, como dices, es humano, y más cuando hay un fuerte apego a la vida y a los que quedan aquí para recordarnos.
Gracias por comentar. Un saludo.
Hola Sara, me ha gustado tu relato porque describes de una forma bella un triste momento al que todos llegaremos algún día. Un relato corto pero con mucho significado. Tal vez tu protagonista fuera en vida un solitario, pero… ay! cuando le llega la muerte, ante lo desconocido demanda compañía.
Saludos
Por circunstancias que no vienen al caso, he compartido las últimas horas de vida de personas queridas, familiares y también desconocidos solitarios, no por propia voluntad sino más bien por abandono y, leyendo tu micro, he pensado otra vez en todas estas muertes y todas han sido distintas en su final; una persona joven se agarraba a mi mano pidiendo ayuda en esa lucha, otros seres queridos y ancianos se despedían acompañados, tranquilamente buscando el descanso; también he visto un moribundo que no se marchó hasta que no llegó su hija más querida a acariciarlo; también he visto alguna enfermedad y muerte en soledad. En fin, en este momento del final definitivo, la soledad no es la misma para todos. Enhorabuena por este relato que nos invita a pensar.
Nos leemos
Sara, para mi es un relato con un personaje cruel que cuando ve llegar la barca de Caronte no tiene valor de enfrentarse solo a la muerte y exige compañía, aunque por otro laso puede ser que el miedo le haya ganado la batalla, pero aún así debía soltar la mano de quien le acompaña y dejarla en su vida. La muerte es algo muy íntimo difícil de compartir. Suerte, buen micro.
Exacto. El final puede leerse como una reacción de miedo a la soledad eterna, pero si lo leemos de manera literal y no metafórica, no deja de ser una reacción profundamente egoísta, el de querer llevarse consigo a aquel que tanto lo ama y que merece seguir en el mundo de los vivos.
Gracias por comentar. Un saludo.
Sara, ese miedo a la soledad, a saber que estará completamente solo en un más allá que todos desconocemos, ha hecho que entre en pánico y que intente llevarse consigo al únuco que le brinda compañía en sus momentos finales. Ninguno sabemos como reaccionaremos cuando llegue ese final. Yo espero que sea con agradecimiento hacia aquellos que me han acompañado en la vida y con una gran paz para por fin poder descansar del sufrimiento no buscado. Un texto que hace reflexionar sobre un paso que nos espera a todos. Un abrazo, Sara