09. Preliminares
Casi nada de lo que proponía la revista para preparar una velada romántica convencía a Flori. Las velas las descartó; si a Mauricio le olía a cera se ponía muy pesado preguntando que dónde era el funeral. Los pétalos de rosa sobre la colcha, ni hablar; bastante tenía ella con barrer los pelos de Bola. El champagne, tampoco; a Mauricio no le sacabas del vino con casera. Y lo de las ostras, el foie y los dips con salsa de yogur, vaya moderneces más tontas; unos huevos con chorizo y era el hombre más feliz del mundo. Al final se volvió de los recados con el carrito medio vacío.
Pero cenaron muy a gusto. En la cocina, para no sacar la vajilla buena. Y mientras estaba todo entretenido pasando la lengua por el plato, Flori se levantó a por las fresas, encendió la música y comenzó a sonar el «Despacito» al tiempo que dejaba caer al suelo la bata de franela. Debajo llevaba únicamente un delantal rojo diminuto, tan apretado que se le salían las tetas fuera.
—Mogisss —susurró con aquel acento francés que tan cachondo le ponía, contoneándose y untándose de nata los pezones— el postre aquí, mmmon chéri…
Los preliminares son importantes, qué duda cabe, eso sí, cada pareja tiene los suyos, todos muy respetables. Hay que alabar el esfuerzo de esta mujer por buscar nuevas ideas, en un intento de romper la rutina, en la creencia de que si lo dice una revista igual es cierto, pero a veces, en esos hábitos que creemos desfasados y repetitivos, como en los detalles cotidianos, es donde reside el bienestar, ese pequeño universo que nos es propio.
Un relato divertidísimo, con ese contraste tronchante entre el básico Mauricio y su nombre dicho en francés refinado. Qué difícil le va a resultar resistirse.
Un abrazo y suerte, Susana
ja,ja,ja. Al final Mauricio no era tan primario. Sabía valorar el francés.
Muy bueno.
¡Oh là là! ¿Una cena de picoteo? Los preliminares son importantes, tanto como no generar tensiones innecesarias a ninguno de los dos. Mauricio es Mauricio y ella tampoco quiere barrer. De momento, van sobre seguro. Clásicos y divertidos. Un relato genial. Abrazos y suerte.
Hasta el más primitivo se dejan seducir por el glamour. Muy divertido y muy bien escrito. Mucha suerte.