09. Secuestros (Eva García)
La maquinaria de la nave era aún más aterradora por las noches: el ruido de aquel gigante respirando eclipsaba el suave ronquido de los abducidos. Aunque, cuando el burbujeo del oxígeno disfrazaba de submarino la estancia, era posible bucear hasta el océano de la Tierra y que las estrellas marinas iluminaran el sueño.
Pero por la mañana volvían los extraterrestres con sus máscaras, dispuestos a extraer todo tipo de muestras, clavar agujas y hacer mil preguntas. A veces trasladaban a la gente hacia salas tenebrosas, llenas de aparatos con cámaras y rayos. Y, a todas horas, hacían circular bandejas repletas de alimentos y vasitos con píldoras de colores.
Jaime ya estaba harto de aquella aventura espacial. Había presenciado cómo teletransportaban a Felipe para siempre al planeta más lejano: cerraron las cortinillas de improviso y al abrirlas había desaparecido, sin despedirse.
Así que esa tarde prometió vehementemente que nunca más volvería a creerse un astronauta, ni a intentar volar sin cohete y suplicó a su madre volver a casa cuando fue a verle.
Ella miró con tristeza la cama vacía de al lado y eso le asustó porque, esta vez, no parecía tener el poder para lograr que el juego terminara.
(A Marina y, sobre todo, a Marité)
Bufffff…todo lo que no dices pero queda claro en tus descripciones duele.
Has llenado de imaginación y poesía eso tan duro en lo que estoy pensando. Muy buena resolución para una propuesta diferente.
Un abrazo.
El espacio y yo no nos llevamos muy bien, no hubiera sabido abordarlo de otro modo. Gracias Reve. Otro a ti.
Qué doloroso ese juego entre madre e hijo para distraer la enfermedad y la muerte. Un buen cuento que deja mal cuerpo.
Tendré que plantearme seriamente pasarme al humor, tengo la sensación de provocaros demasiados malestares al acercaros a mis relatos. Un beso, Pa.
Un buen intento para alzar el vuelo cuando apenas te quedan alas.
Un saludo, Eva.
¿Y qué nos queda sino la imaginación para huir de la fealdad del mundo?
Gracias Margarita.
Los pelos de punta con ese terrible paralelismo que prerende edulcorar una historia terrible. Muy duro Eva, pero muy bien buscado y mejor conseguido. Felicidades y suerte 🙂
Te aseguro que no lo busqué, Toni. Hay cosas con las que tropiezas, sin más. Gracias y beso.
Qué buen relato, Eva. La historia, con fuerza y muy bien narrada, me ha puesto la piel de gallina.
Suerte y un abrazo.
Gracias Cristina.
Otro.
La imaginación infantil trata de explicar o sobrellevar una realidad demasiado dura y difícil de entender, también para un adulto. Un viaje sobrecogedor y necesario a un espacio virtual con los pies en un escenario terrestre, real y triste. Con imágenes o con letras, siempre hay mucha calidad en lo que transmites.
Un abrazo y suerte
A ver si empiezo a transmitor cosas más alegres. Gracias Ángel
Ainsssssssssssssssssssssss, maldita meiga. Me voy a llorar un ratito, sniffffffffffffffffffffffff
Toma mi pañuelo, hermosa. Muacs.
La habitación de un hospital infantil convertida en nave espacial en la imaginación del narrador. Ficción y realidad contrapuestas con crudeza y buenas letras. Magnífico.
Suerte, Eva.
Gracias Rafa. En realidad, hay muchas similitudes…Beso.
Me has engañado hasta cerca del final. Preferiría seguir inocente.
De inocentes va la cosa. Lamento que lo hayas leído, pues.
El argumento de tu historia es cualquier cosa menos chulongo.
Eso sí, la narración y el relato son, sencillamente, soberbios.
No sé si ganarás o no, ese ya es otro tema, pero tengo muy claro que es de lo mejorcito que he leído por aquí.
Enhorabuena, Eva.
Si lo sabes. De sobra. Pero agradezco y valoro mucho tu opinión. Gracias.
Una realidad entre análisis, mascarillas, rayos X y pruebas. Una fantasía que va más allá de todo dolor. Una madre afligida incapaz a veces de contar una historia que haga soñar su imaginación para volar sobre todo ello.
Maravillosa manera de afrontar el tema propuesto.
Un beso reguapa y suerte Eva.
Única manera que se me ocurría. Aunque ahora que recuerdo, tenía por ahí en algún mes muy pasado el relato de mi Burbunio de cresta efervescente que habría valido también, aunque dudo que me dejara Jams reciclarlo :P. Gracias guapa.
Hola, Eva.
La vida no siempre es bella y creo que hay que dejar constancia de ello.
La historia es triste, dura, pero tan real que pone los pelos de punta.
El final me ha hecho un hoyuelo en la tripa: «Ella miró con tristeza la cama vacía de al lado y eso le asustó porque, esta vez, no parecía tener el poder para lograr que el juego terminara».
Uf, qué grande!!
Un besazo requetehermosa.
Uy, se me olvidó pedirte que me enseñaras el hoyuelo de la tripa. Gracias guapetona. Un besote a ti.
¡Qué bonito¡ ¡Muy bien contado¡ Lo único «malo» es que me dejas con el cuerpo sobrecogido y un poco (mucho) triste. Me ha encantado.
Suerte¡
Muchas gracias Rebeca. Dessobrecógete ipso facto.
Duro,duro, triste, triste, duele…maravilloso y demoledor relato, enhorabuena!!!
Gracias fichaje de oro. Un saludo!
Luchar con la imaginación. Pero ¿luchar es fácil? Está claro que no, si no no se llamaría luchar. Creo que hay belleza, fuerza, e incluso, en cierto modo, alegría, detrás de este relato. Enhorabuena!!
Gracias Alberto. Creo que sí, que la imaginación facilita mucho las cosas. A veces.
Demoledor como solo la vida misma sabe serlo. Bien llevada la voz narradora.
Abrazo de osa (mayor) y suerte.
Esa voz está modulada por otra más dulce aún ;). La vida es como una bola de demolición a veces. Pero también tiene sus colchones de plumas y sus helados de chocolate.
Beso de galaxia infinita.
El placebo de la imaginación, aunque me temo que la triste realidad siempre se impondrá. Genial. Enhorabuena, Eva. Abrazos.
Bueno, os veo a todos muy pesismistas. Siempre hay que dejar espacio a la esperanza. Gracias Salvador. Un abrazo.
Tremendo. Los niños son verdaderos genios a la hora de esquivar los zarpazos de la vida. Pese a ser muy duro, no deja de haber mucha ternura en tu relato. Muy bueno, Eva. Un saludo.
Muchas gracias Inma. Los niños son más fuertes de lo que nosotros pensamos. Un abrazo.
El micro es crudo, tremendo, Eva. Y tus letras efectivas y certeras. Un buen texto para un tema duro.
Suerte, reguapa.
Besotes
Gracias bonita, a mi si que me estais haciendo volar por el espacio. Un requetebeso.
Creo que solo puedo traer a colación el título de una película La vida es bella, o eso dicen. A mí desde las bandejas… hasta el final me has abducido.
Es que se come mucho, a todas horas, en los hospitales… Gracias y un beso, campeón.
Buena apuesta, Eva. Cómo la madre trata de hacerle creer que era una experiencia espacial. Triste. Me ha gustado. Suerte.
Gracias Javier. A ver si me sacudo los horrores y las tristezas de una vez. Un beso.
Muy bueno Eva. Doloroso como a veces pasa en la vida, pero muy bueno.
Besicos muchos.
Gracias Nani preciosa. La vida, ¿y de qué vamos a escribir si no es de la vida? Besotes miles.
Querida amiga invisible: por alguna extraña conexión preexistente o en velocísima formación, la luna nos ha llevado a terrenos similares.
Juro que no había leído tu texto (no leo ninguno antes de escribir el mío)… por eso me sobrecoge aún más la coincidencia. ¡Y me encanta! La coincidencia y tu texto.
Mucha suerte, amiga visible paralela…
Besos
El destino juguetón parece emparejarnos ,algún hilo invisible nos conecta, pero después tú despegarás alto y yo hundiré una vez más mis pies en la tierra. Yo tampoco leo nunca antes de mandar el mío, tengo por costumbre mandarlos el primer día o el segundo. Mucha suerte y muchas gracias por pasarte por aqui.
Cuando la locura es la única escapatoria, malo, pero si el loco es un niño, peor todavía.
Este relato es de los que pincha el corazón, Eva. Y duele.
Besos.
Bueno, es otro modo de verlo, aunque yo creo que lo de los locos bajitos llega en este caso. Un besote y gracias.
Apuesta de premio. Ojalá que triunfe.
Me encanta cómo lo has relatado Eva. Todo en su conjunto. Es triste, pero es la vida.
MUCHA SUERTE.
Ton
Gracias por tus deseos, Ton. Yo ya no me hago ilusiones con nada, peor como tú dices, es la vida. Muchas gracias.
Nunca una mentira piadosa ha sido tan bien escrita. Me ha conmovido y me ha encantado leerlo. Un beso para tu astronauta y muchos para ti.
Gracias guapa, acabo de estar en tu caramelito. Besos a ti también, muchos.
Aunque a veces sea necesario, mala cosa es engañar a un niño, pero lo peor es descubrir que ya no puedes engañarle ni jugando…
Excelente micro, Eva. Muy buena la forma de llevarte lo espacial a tu terreno.
Un abrazo.
Gracias Rosy, engañar a los niños no suena nada bien. Pero , como Mary Poppins, con un poco de azúcar, la píldora…
Un abrazo a ti también.
Jugar, imaginar… Teletransportarse. Quizás el objetivo lunar de todos los relatos sea ese. Pero el tuyo además es encantador, embaucador, magistral. Mi más rendida admiración.
Muchas gracias Alberto. Un abrazo.
Eva, menudo relato que nos plantas. estupenda narración, que en un principio nos engaña pero que narra una historia muy dura y triste.
Suerte.
Gracias Blanca, en realidad narra una historia mucho más dura y triste aún , pero esa se queda en el tintero de los recuerdos. Un abrazo.
Un relato durísimo y precioso. Me parece muy lograda la mirada del niño a través del juego de la abducción, pero más terrible es su regreso a la realidad, cuando empieza a asustarse de verdad.
Suerte y saludos.
Gracias Rafa. Quizá la voz no sea muy infantil, pero tampoco lo pretendía del todo. Un beso grande, como tú.
Una madre que trata de «embellecer», «transformar», «colorear»… la enfermedad de su hijo, haciéndole vivir otra realidad, un cuento. Y tú nos lo cuentas así de bien. He disfrutado leyendo y releyendo tu relato, Eva, buceando en esa atmósfera que creas.
Un relato creativo, redondo, emocionante…
Un abrazooo grande,
No sabemos quien inició el juego, sí quién lo alimentó y quién no puede ponerle fin. Un abrazo terrible, Amparo.
Muy buen día, Eva. Ha sido grato leer tu obra, he quedado sorprendido por lo divertida que es y los giros que le das hasta llegar a un final que no esperaba. También me gusta tu blog y veo que lo trabajas bastante. Felicitaciones.
Un relato hermosamente triste.
Felicidades, Eva.