1. NAUFRAGIOS (JAMS)
Desde que murió su esposa, Eugene Warren solo supo resolver su condición de padre recurriendo a la autoridad del reformatorio y la doctrina de sacristía. El mayor de sus hijos, Adam, rompió el cerco y buscó su destino escapándose a Europa como representante de una firma de calzado americano.Tuvo suerte, y levantó su propia empresa hasta codearse con importantes fortunas británicas y holandesas. Su amigo, el empresario Benjamin Guggenheim, le convenció para acompañarle en la primera travesía del RMS Titanic, y Adam consideró que sería un buen momento para una visita sorpresa al hogar paterno. Adquirió un pasaje de 200 libras y ocupó el camarote 115 de primera clase, pero jamás llegó a Nueva York.
Un domingo de mayo de 1912, cuando salía de Santo Tomás en la Quinta Avenida, Eugene Warren distinguió una mesa de postulación que recogía fondos para ofrecer un funeral digno a los desaparecidos en el naufragio. El viejo notó un extraño presentimiento que no supo interpretar, y sin saber bien para qué, se acercó.
-¿Cómo te llamas, muchacho?
-Michael, señor. ¿Quiere usted colaborar?
-No, no. Sólo quiero darte un buen consejo, Michael. Deberías irte a casa a estudiar y no perder el tiempo con estúpidas colectas.
Además de la historia que nos cuentas me gusta el tono que le has dado al relato. El título un acierto pues hace referencia a los dos náufragos, padre e hijo, este se hundió en el agua, aquel en la mísera doctrina de sacristia.
Un acierto de síntesis. A mí me resulta muy fácil imaginarme a los personajes de esta historia. El resultado es un micro que se desborda mucho más allá de las 200 palabras.
Se ha colado una s en la quinta línea. Y es Guggenheim, con dos g.
Abrazo.
Preciosa historia tejida de desencuentros y como dices tú naufragios, que puede ser el inicio de un relato largo. Muy bien evocada y muy visual, casi cinematográfica. Un abrazo. Gloria
¡Jo, JAMS! Luego no te quejes si baja el número de relatos en el mes. Si empiezas poniéndonos un relato en forma de aviso:
POR FAVOR, ABSTÉNGASE QUIEN NO ESTÉ A LA ALTURA
sólo los realmente buenos y los otros, los que no nos damos por aludidos, osamos mandar algo. Los sensatos, lógicamente, se abstienen. Pues eso, que me ha gustado mucho.
Abrazos.
Una historia que merecería ser contada en una novela. El naufragio como eterno desencuentro. Muy bueno.
Después de leer tu relato voy a empezar a creer en esos pescadores de limosnas callejeros que van con una libretita captando firmas y monedas, pues muchas veces he pensado igual que ese Warren.
Personas que se amarran a unas creencias que les impiden mirar más allá. Un texto de alto nivel y perfectamente ambientado, para iniciar el mes con el listón alto.
Saludos, JAMS
El relato va mucho más allá de lo que dice.
Abres el mes poniendo el listón a una buena altura. Faltaba más, ja. Como corresponde. De ahí, para arriba. Jaja. A mi, me ha gustado. Visual, bien llevado, con una buena reflexión final de las que hay que tener en cuenta. Saludos y un abrazo.
Jams, buenísimo relato de naufragios y sentimientos a la deriva. Abrazos.
Precioso relato que pone alto el listón.
Esos naufragios se merecen una novela.
Un abrazo
Jams, muy visual y cinematográfico tu relato. Apetece seguir imaginando lo que puede ocurrir tras la frase final. Abrazos.
Muy bonito Juan. Padre e hijo náufragos de ellos mismos y del otro.
Hola Jams,
Me he permitido la osadía de ponerle música a tu microrrelato. Ya queda poco para que finalice el año y no podía dejar pasar más tiempo para colgarte en Melotemía.
Espero que te guste.
Un beso.
Hola, Jams.
Menuda historia tan bien hilada. Dos naufragios sincronizados.
Eres genial, la verdad.
Abrazos.
Que preciosa historia, Siempre haces que todo parezca sencillo, con lo difícil que a veces resulta crear relatos.
un beso.
Que acierto más grande has tenido con tu relato ya desde el título: naufragios. Lo has contado de una manera que casi ahoga más estar en la piel de ese padre que las profundidades del océano. Estoy con Rafa Olivares..luego no te quejes…jejeje.
Un buen relato que da para mucho.
Abrazos.
Que tu barco no naufrague nunca. Yo no sería capaz de narrar una historia así, y te admiro por ello. Creo que deberías un día liarte la manta a la cabeza y editar un suplemento con todos tus relatos del blog. Sería magnífico. Beso mer-meloso.
Saludos Juan,
Un trabajo sumamente interesante. Te empeñaste en mostrar cierto lado oscuro de la naturaleza humana y lo lograste, gracias.
Un abrazo.
Tengo un dilema.
Si te digo que el relato es tremendamente sugerente y que deja ramificaciones abiertas para una historia mucho más larga, tú pensarás…Jo, normal, ¿Que va a decirme Modes si es mi mejor amigo?.
Pues claro que lo soy, y somos inseparables, y no te pongas cabezota que esta ronda la pago yo…
Precisamente por esta amistad que casi es una locura de amor, sabes que no miento.
Es muy bueno, en serio.
Amigote, piensa en Manolo y Antonio, y sí te toca la lotería de Navidad guardame un décimo.
Un abrazo sincero.
¡Cuántas historias y detalles condensados, y bien armados! Es de esos relatos que dan para varias lecturas, ¡enhorabuena!