100. Complejos (Joel González)
“Los designios del amor” me respondió mi padre cuando le pregunté por qué yo no tenía piernas. Años más tarde, en su lecho de muerte me contó que se había enamorado de una hipocampo al poco de casarse con mamá y como resultado nací yo. Como ya sabrás, no soy la única híbrida a la que han dado a luz en la ciudad, pero sí la única a la que han dejado vivir, supongo que es una de las ventajas de que mi madre sea la condesa de Villatoro. La condición que el monarca le puso a mi padre para no matarme era mantener mi parte animal en el más absoluto silencio, así que crecí ocultando mi identidad entre enaguas, carrozas, celosías y carnavales. Recuerdo que la primera vez que fui a ésta pensé que mientras todos se enfundaban en un disfraz, yo me quitaba el mío para enseñar mi verdadera identidad. Me costó entender que, al final, todos usamos la festividad con el mismo objetivo. Desde entonces salgo cada mañana a saludar al balcón con una alfombra que me dibuja tal y como soy, tal y como todos debemos vivir. Sin ocultarnos.
Joel, original planteamiento y fenomenal moraleja. Suerte y saludos