100. Fuera de plano
Quizá lo que más me impresionó de la película fue la excelente calidad de la imagen, que incluso podía llegar a aturdir; alcanzaba una perfección como nunca antes había visto en ninguna sala de cine equipada con los mejores sistemas digitales. El sonido, además, parecía emplear un método en grabación de audio tan real que logró envolverme con su nitidez durante toda la proyección. En cuanto al montaje tengo que destacar sus aciertos, no solo para resolver la dificultad técnica que supone condensar este tipo de guiones sin perder detalle, sino también por no haber recurrido a una de esas rarezas artísticas con diferentes acciones temporales o flashbacks creativos. Las escenas estaban expuestas con la sencillez de un clásico. Planteamiento. Nudo. Desenlace. Sin necesidad de más explicaciones.
Lástima que ese virtuosismo técnico quedase malogrado por la narración. Contaba una historia vacía, insulsa, sin alicientes, en la que lo verdaderamente interesante quedaba siempre fuera de plano. Por eso agradecí que no durase mucho. Apenas tres segundos. Lo que tardé en precipitarme desde el quinto piso.
Rafa, qué giro a ultima hora en tu cuento y que final tan abierto. Suerte y saludos
Muchas gracias por tu comentario y tus deseos, Calamanda.
Un abrazo.
Sencillamente magistral. ¡Enhorabuena!
Es muy agradable pensar que algún relato de los que escribimos procura emociones como la de tu comentario, Patricia. Te anima además a seguir intentándolo.
Muchas gracias, y un abrazo.
Sorpresa y de las gordas, y yo que estaba tan contenta porque hablabas del séptimo arte y… ahora… pues tan contenta también.
Bueno, Luisa, lo importante es que hayas disfrutado de la película, sea la sea.
Un abrazo, y muchas gracias por tu comentario.