Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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101. Todo va a salir bien

La abuela tenía la mirada perdida en el horizonte que acababa en la pared de su dormitorio. Hacía varias semanas que había dejado de hablar y unos pocos días que ya no comía. No sabíamos hasta qué punto dormía con los ojos abiertos o simplemente no estaba. Me eché a su lado, cogí su mano,  la obligué a abrazarme y juntas miramos la pared. En ella imaginé su vida: los primeros años de su infancia, el duro trabajo en el campo, subir a un tren sin destino claro y bajar con paso torcido. Todo va a salir bien, se dijo a sí misma sin convencimiento, pero cuando su marido la miró, ella sonrió y asintió con la cabeza. Vamos, ya no podemos volver, y se perdieron por la ciudad. Cuando desperté, la abuela ya no estaba. Yo seguía acurrucada en la misma posición y mamá me abrazaba y acariciaba el pelo. Quise hablar, pero ella me dijo que todo iba a salir bien y entonces supe que no hay mayor mentira en la vida que te mantenga con esperanza.  Y la abuela, desde la pared, me sonrió y asintió con la cabeza.

6 Responses

      1. Muy buen texto, Bea. Me gusta cómo le has sacado jugo a esa frase que se usa tantas veces como muletilla; pensándolo un poco vemos que, al final, hasta la abuela acaba asintiendo, y es que todo es muy relativo.

        Un placer leerte.

        Un abrazo.

  1. Ángel Saiz Mora

    Esa pared en la que todos terminaremos, acaben bien las cosas o no. Es lo que intentamos, aunque no siempre se consiga,siempre hacia adelante.
    Elegante, tierno, triste y espera zador relato, Bea.
    Un abrazo y suerte

  2. Rosa Gómez Gómez

    Eso es lo que creo, las personas necesitamos agarrarnos a algo cuando nos vienen mal dadas. Tú relato destila ternura y sinceridad, magia y realidad. Me ha gustado.

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