103. El ocaso (Anna López / Relatos de Arena)
Abrió los grifos al máximo y taponó los desagües; selló con silicona puertas y ventanas y, por si acaso, colocó toallas en la rendija de la puerta. Cuando el agua desbordó por las orillas de porcelana, se vistió con su mejor traje, se preparó un gintonic y se sentó a esperar.
Con un caudal aproximado de tres metros cúbicos a la hora, multiplicados por los cinco grifos que había en el piso y estimando nula la filtración… Sus cálculos no eran muy precisos, había demasiadas variables, pero sabía que necesitaría algo más que las tres horas que tardó en hundirse el Titanic. De todos modos el tiempo no le preocupaba; contaba con que el puente de la Purísima mantendría alejados a sus vecinos del segundo y del primero; y para cuando las goteras asomaran en los bajos —donde vivía el conserje —él ya habría hundido el barco.
Al atardecer, un iceberg escapado de la nevera atravesó el salón y fue a estrellarse contra el televisor. El capitán resistía en su puesto de mando.
Me ha gustado muchísimo, Anna. Tiene unas imágenes muy potentes y la historia está perfectamente relatada. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias Belén, era lo que perseguía, que el relato se proyectase como una sucesión de imágenes con un cierto misterio, a caballo entre lo real y lo imaginario.
Muchas gracias. Abrazos
Un naufragio programado, que no viene impuesto desde fuera, por lo que, por definición, no es en modo alguno un accidente, ya que el protagonista lo tiene todo muy medido. No sabemos los motivos por los que quiere irse para siempre, lo que esta claro es que tiene cierto estilo al hacerlo.
Un texto muy original y bien narrado.
Suerte y un saludo
Gracias Ángel, tus comentarios siempre son de lo más motivadores. En efecto, yo había pensado en darle cierto toque de distinción a mi protagonista, pero me quedó tan sutil que no sabía si habría pasado desapercibido. Gracias por estar tan atento.
Abrazos y suerte para ti también
Hola, Anna.
Genial, me encanta tu hundimiento.
Es un micro muy visual y el protagonista es un cerebrito para los cálculos, que eso siempre viene bien.
En fin, felicidades por tu originalidad.
Un beso enorme.
Hola Towanda, en efecto mi personaje es un fiera de los números, un hombre muy racional (gracias por notarlo) que sin embargo se permite poner fin a su existencia con un gesto de locura, aunque también es una locura muy calculada.
Abrazos y mucha suerte a ti también
Anna, que original y visual. Genial.
Espero no tener vecinos que quieran hundirse de esa forma.
Un abrazo.
Esperemos que no, desde luego. Lo más normal es que uno se hunda solo y dejándolo todo atrás, pero este tipo tenía una fantasía: la del capitán de barco hundiéndose con su navío y decidió ponerla en práctica. Tu por si acaso, indaga a ver si a tus vecinos les gusta navegar y luego ya si eso, aumentas el seguro del piso por si acaso.
Muchas gracias por pasarte a comentar. Abrazos y suerte para ti también.
Originalísima venganza de un vecino…. ¿harto de ruidos? Quizás lo copie yo… la venganza, no el micro. Pero eso sí, yo abandonaría el barco.
No había pensado en venganza ninguna, pero sin duda también tiene esa lectura. Gracias M Carmen y si decides aplicar el método ten en cuenta que tendrás una factura de agua de las que ahogan a cualquiera.
Abrazos y suerte a ti también
Por elegida, brindada, planeada y celebrada, el ahorgamiento de este capitán que para nada va a abandonar su barco, su muerte no ha de ser llorada.
Otro gran relato con el que nos haces disfrutar.
Muchas gracias Isabel, me conmueve lo bien que has captado el espíritu del capitán de secano de mi cuento. Muchísimas gracias por tu comentario.
Abrazos y suerte para ti también
Es muy complicado captar perfectamente el mensaje o la intención que alguien pone en las palabras que elige y dispone en un orden, para él, preciso. Para mi es excepcional que se produzca esa conexión y me parece imposible que sea perfecta. Por otro lado también enriquecen todas las versiones a una lectura, el relato no está muerto, crece.
Dotas a tus protagonistas de una elegancia delicada que te caracteriza.
Gracias por tus comentarios y no se acepta ninguna disculpa, no existe motivo que lo justifique.
Besos
Caramba con el vecinito, muy desesperado tenía que estar para organizar así su propio hundimiento. Una idea muy ingeniosa y no exenta de humor. La última frase es redonda. Me ha encantado, Anna. Suerte y saludos.
Gracias Juana. La verdad es que la idea parte de una fantasía infantil: la de inundar una habitación para poder nadar cuando quisiera. Por lo visto este personaje tuvo acceso a algunas de mis ideas más locas y se inspiró en esta para preparar su suicidio.
Abrazos y suerte para ti también.
Muy original este relato Anna. Me ha gustado mucho, que tengas mucha suerte.
Salñudos.
Muchas gracias Yashira. Dime que número es tu relato, me gustaría leerlo y no lo encuentro.
Abrazos
Hundimiento paralelo, original en todos los sentidos, pues la verdad es un tanto rebuscada la manera de ahogarse del protagonista. Por ello nos dejas con la pregunta que se desprende del título, ¿porque llegó a ese ocaso en su vida?
Como siempre quisiera que los micros no fueran tan cortos…
Un abrazo.
Gracias Asun. La gracia está en que cada cual complete la historia a su gusto, ¿no crees?. Puede ser un viejo lobo de mar, despojado ya de su barco, que decide hundirse en su propio piso. Puede ser un hombre rico y extravagante que siempre quiso tener un yate, la crisis le llevó a la ruina y decidió irse dando la campanada. Puede….
Abrazos Asun y mucha suerte a ti también.
Anna, si el piso mide unos cien metros cuadrados yo he calculado unas dieciséis horas, jajaja, tiene tiempo para arrepentirse. Original e irónica forma de acabar por hundir su vida. Muy bueno. Abrazos.
Lo tiene muy claro Salvador, no creo que se arrepienta, pero es halagador que hayas hecho los cálculos (jajaja)
Abrazos
Todo el relato rebosa originalidad y humor sutil. Pero el último párrafo solo ya sería suficiente para que me encantara.
El iceberg tenía que aparecer en mi relato, era un toque onírico que me parecía que indicaba el momento en el que el capitán traspasaba al otro lado, donde las cosas se ven de otro modo. Celebro que te haya gustado.
Abrazos
Tanto preparativo y tanto cálculo para quitarse de en medio… No sé si lo he entendido bien. Pero está muy bien escrito. Es muy visual, te imaginas todo el proceso paso a paso.
Saludos y Suerte.
Es que es un hombre muy metódico, Esperanza. Tal como yo lo imagino ha hecho balance y ha decidido que ya es hora de marchar. Su casa es su palacio, su dominio, y se siente capitán de su vida, así que… lo mejor que se le ocurre es hundirse con su barco (literalmente). Me halaga que lo hayas visto paso a paso porque esa era la idea, que el lector entrara en situación rápidamente.
Muchas gracias. Abrazos
¡Fantástico Anna! Tras esos datos tan precisos y la estudiada logística del hundimiento me nace una pregunta: ¿porqué lo desea? Y entonces tu relato se me vuelve turbador. Lo has narrado maravillosamente, no te digo más. Sigo pensando en ese hombre y me da la sensación que por mi cerebro empieza a escurrir el agua que se le escapa.
El motivo es secundario Reve, puedes imaginar el que quieras: ruina, enfermedad, vejez… Mi idea era la de un hombre que decide poner punto y final, el modo en que lo hace le define.
Muchas gracias por tu lectura, me halaga que te haya calado tanto 😉
Abrazos
Jaja aunque trate de un suicidio a mí me ha hecho gracia; es un relato de los difíciles de conseguir trágico por el tema y cómico por la forma. Y supongo que con un ingrediente de realismo mágico. Suerte, Anna.
Gracias Lorenzo. Esa era la idea: el método elegido para el suicidio, el iceberg que cruza el salón, todo es un poco surrealista.
Abrazos y suerte para ti también.
Enhorabuena, Anna. Me gusta mucho el contraste que has conseguido entre la forma y el fondo. Presencia de ánimo hasta el final, claro que sí.
Besicos.
Muchísimas gracias Patricia, elegí el tema de un naufragio personal pero no quería hacer nada trágico, así que opté por un suicidio muy peculiar y poco realista, con la esperanza de que los lectores lo tomaran por el lado cómico. Me alegra que te haya gustado.
Besos
Calculador hasta la muerte este personaje que lleva hasta su últimas consecuencias el dicho ese de «Antes muerto que sencillo.»Tremenda historia y entretenida a la vez.
Felicidades.
Muchas gracias Mª José. Celebro que te haya divertido.
Abrazos
Muchas gracias J u a n, esa era la idea: un personaje con mucha personalidad que decide irse de este mundo de un modo peculiar. Me conmueve que hayas visto tan al fondo de mi personaje como para captar su estado de ánimo (tal cómo yo lo imaginé): el punto último de una vida, cuando él sabe que ya no hará nada más en este mundo y decide que es un buen momento para morir.
Reitero mi agradecimiento por esa lectura tan atenta. Abrazos.
Curiosa propuesta has planteado, el hundimiento de titanic personal, las ganas de vivir. Muy visual la escena y el final. La televisión como metáfora del buque, en el que viajamos todos y nos ahoga. Suerte.
Gracias Javier. celebro que te haya gustado.
Abrazos
Anna, no consiguio tantas similitudes con el cálculo, pero parece que con el resultado final estuvo mas certero. Simpatica y bien contada tu historia. Suerte y saludos
Los cálculos le fallaron un poco, sí. Pero como tenía todo el puente por delante, al final todo salió según lo previsto.
Muchas gracias por tu comentario, Calamanda. Abrazos
Genial historia y calculo de tu capitán para programar su suicidio de manera meticulosa, sin fugas, ni filtraciones.
la escena última de la nevera cierra un relato que desborda imaginación y buen hacer.
Un beso Anna.
Me alegra que te haya gustado lo de la nevera. No se me ocurrió otra manera de que apareciera el iceberg en escena. Jajaja
Muchas gracias por comentar.
Abrazos
Buen relato. Todo dicho.
Felicidades.
Muchas gracias, María.
Saludos y suerte para ti también.