105. E.N.REDOS
La tía Engracia nos odia. Siempre prohibiéndonos cosas… No nos deja jugar a nada cuando vamos a ver a la abuela. En el jardín nos gusta enredar entre esas sábanas que tiende con las dos letras del principio de su nombre. Dice mi hermana que eran de su ajuar (qué palabra más rara) pero que seguro que, con lo bruja que es, la dejaron plantada. A veces vemos que llora cuando las recoge, y yo creo que igual a su novio lo mataron en la guerra. Me da un poco de pena… y eso que la tía Engracia me riñe porque, según ella, soy como mi padre, y a él también le tiene mucha manía. A mí, mi padre me parece muy bueno, pero a la tía que nadie le hable del “sinvergüenza de Néstor”, como ella le llama, y por eso creo que mi madre y ella no se hablan. La abuela dice que son cosas de mayores. Me da lástima de la tía Engracia, y a mí padre, yo creo, que también un poco; cuando vamos a su casa me da manzanas para ella, pero yo siempre le digo que son para la abuela. Así no las tira.
Sandra, cuanta observación de la realidad en esa niña, bien contado, suerte y saludos
Muchas gracias calamanda. 🙂
Bss.