107. El infierno
Desde hace horas, anda desorientado. El GPS del demonio tiene la culpa. Siguiendo sus indicaciones, se ha perdido. Ya no reconoce la carretera secundaria que le ha de conducir al lugar de la entrega y, para colmo, se ha quedado sin batería en su móvil y el depósito de gasolina ha entrado en reserva. Necesita ayuda. Por eso se le iluminan los ojos cuando divisa, a lo lejos, un oasis en el desierto de asfalto donde se encuentra. Es un motel. Parará.
Cuando detiene el coche, la voz que lo ha guiado hacia la nada parece reírse de él. «Final del trayecto», le indica. «Hijo de puta», le replica él.
El establecimiento es dantesco, con sus ventanas rotas, su inmundicia. Alrededor se desperdigan cuervos muertos, el esqueleto de coches oxidados. Se diría que el lugar está abandonado de la mano de Dios. Pero la necesidad obliga a seguir adelante, y accede con tiento al motel. En el vestíbulo, lo recibe un aire glaciar, un hedor asfixiante. Desconcertado, se atreve a dar varios pasos, cuando la puerta, a su espalda, se cierra con violencia. Aterrado, trata de huir, golpeando la salida, berreando, mientras un suelo ardiente lo va engullendo lentaaaa menteee.
Nicolás, cum laude. Divertido, sorprendente, con dobles sentidos… Buenísimo, en definitiva.
Nicolás, quien juega con fuego termina quemandose. Original, bien contado, y divertido cuento. Suerte y saludos
Me ha encantado esa relación amor-odio con el gps. Todavía me ando riendo. El relato es muy bueno y está muy bien contado. Mucha suerte 🙂
Muy bien contado, amigo Jarque!!!
Lo del Gps del demonio es brutal!! 😉
Siempre escribes cuentos atractivos y eso es difícil!! Enhorabuena!!
Un saludo microlunático!!
Es que el demonio se actualiza y ya no carga solo pistolas!! Con tu humor, ese tan tuyo, y tu facilidad hacer que empaticemos con tus personajes has vuelto a crear un micro estupendo.
Un abrazo
Esa relación con el GPS veo que no terminado bien, pienso que es una venganza del dichoso aparatito después de tanto insulto y este ha decidido terminar su relación (de una forma radical, eso sí) con él.
Buen relato. un abrazo Nicolas.
El gran logro de tu historia es que enseguida empatizamos con tu personaje, quién no ha mandado a la mierda al GPS alguna que otra vez. Después los dobles sentidos, el escenario macabro, toda la ambientación, hacen de tu cuento una pieza única. Genial. Felicidades.
Abrazos
Tú lo has dicho literalmente, Nicolás: «el GPS del demonio tiene la culpa». Yo soy un desastre para orientarme pero cuando alguna vez he utilizado ese dispositivo que se supone que tiene mi móvil casi ha sido peor.
Me pregunto por la naturaleza de esa «entrega» que se disponía a hacer el protagonista, quizá droga, armas o joyas robadas, de ahí que el pasaje directo que ha tenido al infierno haya sido la justa consecuencia de sus malas acciones.
Como no podía ser de otra forma, un buen relato, Nicolás.
Suerte y un abrazo
Lo del GPS tiene gracia. Con lo mal que me oriento yo, seguro que me pasaría algo parecido.
El final me ha dado miedo. Parece que llegó a una Casa del Terror muy terrorífica.
Suerte.
Un lugar abandonado de Dios!
Un original hotel de carretera animado y con hambre.
Muy original.
Original relato con dobles sentidos que lo hace interesante.
Un saludo
juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, juaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, juaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!
Impresionante!!
Abrazo.
¡Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!
El GPS del demonio ¡claro! ja,ja,ja, Yo el infierno me lo imagino de otro modo, pero su puerta puede estar en cualquier parte. Me ha resultado muy imaginativo, Nicolás.¡suerte!