109. Vivir es bailar descalzo (Mel)
Será mi carácter de melón, duro por fuera y blando por dentro, que me hace llorar con música alegre. O será la nostalgia de otros tiempos cuando girábamos las dos al ritmo del vals de los patinadores al llegar a casa, justo antes de la nocilla y los deberes. Quizás sea que la música tiene allegros, andantes y silencios. El que los años pasen y los estribillos se repitan no ayuda. Mirarse y mirarse en el espejo, tampoco. La imagen es solo la partitura y la realidad no cabe en la inmensidad de una sinfonía. Sigue bailando, no importa si duelen los pies ni lo que silben los demás, porque el cisne que veo nunca ha sido ni será un patito feo.
La belleza verdadera es apreciar las pequeñas cosas, darse cuenta de que, en realidad, son muy grandes. Compartir momentos, ver cómo se envejece juntos, eso no tiene precio. Es mejor no comparar con el pasado, porque siempre se sale perdiendo, la degradación física no puede detenerse, lo importante es seguir en compañía, ver ese cisne que siempre lo fue, aunque cada vez pueda parecer más un patito feo. Los ojos deben saber mirar las cosas en un conjunto amplio, porque la realidad no solo es lo tangible.
Un relato que es una declaración de intenciones, que muchos deberíamos leer cada mañana, al levantarnos para apreciar y agradecer lo que tenemos.
Un abrazo, Mel. Suerte
Hola Mel!!!! Te estaba esperando.
Deseo que estés bien. Tengo una sensación extraña con el cisne y el patito feo.
Tu relato, aunque bello, tiene un atisbo de tristeza en el fondo y un tanto de misterio en la forma.
Un abrazo de febrero.
Triste y hermoso, la vida expresada desde una partitura y tu protagonista que, aunque ve la realidad, trata de evitarla mirando hacia atrás, no sé si es la mejor forma, pero es la suya, la tuya. Qué bonito lo has expresado. Espero haberlo interpretado bien.
Un saludo y mucha suerte Mel.