11. CITA EN EL MUSEO, de Aurora Royo
Nunca espabilaré. Cuando mi amiga me dijo que había quedado con ese chico de internet, ya me pareció mala idea. Lo de internet me da yuyu.
Tenía que haberle mandado a la porra cuando me pidió el coche. Pues si quiere ir a Bilbao, encima al Gujenjein, o como se diga, que ha quedado allí, mira que es peliculera, que pille el bus. Total, desde el pueblo, una hora. Tampoco tiene que madrugar, ha quedado a la una. Puede hasta trasnochar el viernes. Y con un poco de suerte, pilla con uno del barrio y se olvida del bilbaino, que llevará la txapela a rosca, fijo, como los del pueblo. Pero como es de capital… esta tía…
Ahora va y me llama, la muy torpe. Que en realidad no era un chico sino varios, resulta que se ha metido a “escritora” y ha quedado con unos de un blog para comer y ha pillado un pedo del quince. Mira como escribe, la tía, con tintorro. Ahora me toca coger el bus e irme hasta allí, si quiero recuperar mi coche.
He quedado con ella en el Museo, el de Bellas Artes. Por lo menos, se cómo se escribe. Menudo planazo.
Una vez leídos, me resultan muy salados y con gracejo; voy aventurarme con este que me produce connotaciones sabidas: ¿Quizás la microrrelatista autora sea Dª A . Royo?
Cazada!!
No tiene mérito por mi parte, el desenfado y la viveza son tu festiva «marca de agua» ¡Requetebravo…»naturaca»! J u a n .