110. AL OTRO LADO DEL AZUL (Paloma Hidalgo)
Podrá encontrar trabajo, incluso de camarero. Tener varias novias hasta el día en que aparezca esa chica que con una sonrisa, le llenará el estómago de colibríes y los ojos de deseo. Alquilar una habitación, pequeña y barata, muy barata. Cada día está más convencido de que dentro de esas palabras extrañas, que le cuesta tanto aprender y pronunciar, está esperándole una nueva vida al otro lado del azul del Mediterráneo. Y la moto. Y un móvil nuevo, mejor que el que se ha comprado su amigo Ahmed. Un coche de ¿cuarta? mano, cuando se saque el carné de conducir, y una tienda de campaña de segunda, para poder ir a ver la nieve. Una nieve tan blanca como la espuma de las olas que morirán a sus pies, descalzos, negros, e inertes, tres meses y medio de lecciones más tarde.
Hola Paloma.
Preciosa esta nómina de ilusiones, proyectos, metas por cumplir. Ojalá que tu protagonista, esos protagonistas, las lleguen a ver hechas realidad algún día.
Enhorabuena por la historia y mucha suerte.
Ton
Gracias Ton,
Es un placer leer tu comentario.
Frente a un mundo hostil, un corazón lleno de esperanza, un muro de agua sin compasión hacia quien menos tiene, la siega diaria de quienes buscan, merecen y no encuentran una mínima posibilidad. Una realidad inaceptable, aunque sea cotidiana.
Un abrazo, Paloma. Suerte
Y que lo digas Ángel, y que lo digas.
Gracias por comentar.
Un abrazo
Jope, Paloma, que duele!!!
Si, y también es bueno, sino no dolería, claro!
Jope, Luisa, que te lo agradezco!!
Sí, y también coincido contigo, claro!
Paloma. Me siento feliz de volver a leerte después de tanto tiempo. La historia que hoy nos ofreces ¡Chapeau!. sencilla y bien contada con toques poéticos, que enriquecen el «micro».
Besito y abrazo virtual.
María Jesús, muchas gracias por compartir tu comentario y tu alegría.
Besos y abrazos
Qué bien contada esta triste realidad que vivimos a diario. Ojalá pudieran todos hacerla realidad y dejen de quedarse en el camino, ¡qué ya duele tanta pasividad de nuestros dirigentes, de aquí y de allí!!
Suerte.
Besicos muchos.
Hola, Paloma.
El bulevar de los sueños rotos del emigrante y, por extensión de los que tratamos de sustraernos a la injusticia, aunque no acabemos tan mal como ese pobre soñador. La intocable felicidad ahí, viéndola al otro lado y convirtiéndose en un imposible.
Un texto inmejorable como la inmensa mayoría de los tuyos.
Un beso. Eduardo.
Dibujaste en prosa el dolor de sueños rotos. Una realidad que le duele a vuestro continente.
Excelente.
Un abrazo y suerte.
Gracias Paloma, por recordar la tragedia que persiste en convertir cada día más, ese Mar Mediterráneo de mis añoranzas, en un enorme cementerio de saladas aguas… Tu relato es genial. En tan poquitas palabras hemos visto el cuadro entero. ¡Muchas Felicidades, como siempe!
Ya creo haber dicho alguna vez por aquí que tengo ciertas prevenciones frente a los relatos que traen temas de actualidad y que los tratan desde una perspectiva humanitario. Pero eso no cuenta para cuando en un relato lo que prima es la calidad, como en este. Excelente. Enhorabuena, Paloma.
Un saludo.
Gracias Ana.
Abrazos par ti
Qué alegría leerte y qué maravillosos relatos nos regalas. Un beso, guapa.