12. SOÑAR TIENE SUS RIESGOS (Edita)
Cada noche, camina ingrávida a unos centímetros del suelo. Podría elevarse cuanto quisiera, pero le dan pavor las alturas; como máximo, realiza pequeñas piruetas que enseguida abandona para reanudar su marcha, casi a ras de tierra. Si alguna mañana, al abrir los ojos, no recuerda el paseo nocturno, intenta volver a dormir. De no conseguirlo, ya sabe que el día se le hará eterno esperando la hora de acostarse. Nada ni nadie le proporciona placer semejante. Tanto que, últimamente, fantasea con la idea de levitar a voluntad, sin la intervención de Morfeo; aunque nunca lo ha intentado. Hasta hoy.
Finge estar indispuesta para quedarse sola en casa. Aparta los muebles que puede, baja las persianas y se concentra. Después de un tiempo indefinido, empieza a elevarse. No tarda en comprobar, horrorizada, como se desplaza veloz hacia arriba, completamente rígida. Ni el techo la detiene. Poco después, ve el tejado de su vivienda allá abajo, cada vez más pequeño. Primero siente un frío atroz; después, calor estelar insoportable.
Cuando los familiares regresan al mediodía, la encuentran desmayada en medio del salón, con piel y cabello chamuscados. De su puño derecho, sobresale un extraño objeto que parece una antena verde.
Tanto tecnología para la carrera espacial, cuando alguien como tu protagonista, a nada que se concentre, es capaz de desplazarse más allá de la atmósfera. Como esto se sepa y esa técnica se generalice, la NASA se va a convertir en una fábrica de desempleados. Siempre se nos dice que hay que perseguir los sueños, aunque también es cierto que también conviene tener los pies en la tierra (o en la Tierra con mayúsculas). Muy simpático el detalle de la antena verde.
Un abrazo, Edita. Suerte
Gracias por tus palabras y tu tiempo, siempre tan generosos.
Me has tenido ahí durante toda la lectura alucinando con esa capacidad casi extracorpórea de tu personaje. Un paseo singular. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias. Y cuidado, que alucinar también tiene sus riesgos. 😀
Ja,ja,ja, muy imaginativo, Edita. Una imagen difícil de olvidar ese puño con la antena verde. Suerte.
Si te hice reír, me doy por satisfecha. Graciñas.
Edita, original fantasia en este viaje tan especial con final abierto. Suerte y saludos
Muchas gracias. Celebro que te haya parecido original.
Vamos a centrarnos.
O le ponemos un ancla a la moza, o un día de estos vamos a tener una desgracia.
De todos modos, vaya familia sosainas que se gasta.
Coño, aprovechad y pedirle un anillo de Saturno, una Venusiana guapetona, agua de Marte mil veces más milagrosa que la de Fátima…
Edita, que tu relato fantástico me ha parecido superchulongo.
No más que tu fantástico comentario. Ninguna novedad, por cierto. 🙂 Muchas gracias.
jajaja, Edita me ha encantado tu relato ya desde el título: soñar tiene sus riesgos…¡y tanto! Por lo menos regresa a casa, que no es poco.
¡Pero qué bien! Muchas gracias.
Edita, me encanta tu relato. ¡El poder del ser humano todavía no está bien calibrado, jajaja! Suerte y un abrazo.
A mí me encanta tu comentario. Muchas gracias.
¿Te das cuenta de que tu texto es energético? Siiii, invita a imitar a la prota, a volar en busca de sueños, en busca del arte, o de esas palabras que merodean por el espacio, como las q tú has logrado colocar en este relato. Enhorabuena!!
Pues no, no me daba cuenta. Hasta hoy: tú me has regalado esa maravillosa visión. 😀 Muchas gracias.
Que tiemble Morfeo.
Ahora que esta chica ha probado lo que es volar, solo tiene que ejercitarse un poco más para no tropezar con ningún marciano. ¿O sí?
Divertido y terapéutico.
Un saludo, Edita.
«divertido y terapéutico», ¿qué más puedo pedir? Muchas gracias.
Vaya poder más fantástico tiene tu protagonista. levitar hasta alcanzar los planetas, ser capaz de vencer su miedo a las alturas por conseguir su sueño.
Todo un relato de altura que te hace soñar con que quizás tú también podrías hacerlo real.
Me encanta. Buena imagen final le da un punto que lo enriquece
Un abrazo Edita.
Tu comentario me hace soñar. Igual corro peligro… 😀 Muchas gracias.
Hola, Edita.
Soñar tiene sus riesgos, pero no hacerlo te mata.
Me gusta mucho el aire de tu protagonista y me dan hasta envida sus poderes.
Besotes y suerte.
Me encanta lo que dices. Muchas gracias.
Pues, la hemos liado parda, Edita! Tu protagonista acaba de extirparle la antena a ETlix, emperador de Andrómeda; la guerra galáctica es inevitable, jajaja. Original, divertido y catastrófico. Abrazos y mucha suerte.
Jajaja. Divertido sí que es tu comentario. Muchas gracias.
Menos mal que tu protagonista tiene pavor a las alturas. Casi es preferible viajar segura en los brazos de Morfeo, aunque al despertar, sus puños estén vacíos. Un relato muy original, Edita. Un aludo.
Desde hoy, mi palabra favorita: original. Muchas gracias.
Otro original… A mí me da que tu protagonista es un poco alinígena. Suerte!!!
🙂 😀 😀 Será, será… Muchas gracias.
Aunque me ha gustado tu cuento me deja un poco desconcertado el final, esa antena verde. Suerte.
😀 Perfecto, esa era la intención. Me gustan tus comentarios. Muchas gracias.
Jajaja qué bue final Edita, me ha gustado esa vuelta de tuerca!! Suerte.
Besicos muchos.
Por ese jajaja ya ha valido la pena. Muchas gracias.
La verdad estárá ahí fuera, pero dentro de ti hay buenos y divertidos relatos.
Saludos cordiales, Edita.
La verdad es que ando con la cabeza en otra parte (por las nubes y más allá) y se me coló sin contestar este comentario tuyo. Muchas gracias por tus lindas palabras.
Voy a contarte un secreto Edita. Pero solo si queda entre nosotros. Como gallegos, ya sabes.
Yo de pequeño soñaba con que podía levitar. Lo hacía mientras dormía. Eran tan reales aquellos sueños, que tras despertar no comprendía nada, e intentaba, a todas horas, encontrar un momento para probarlo despierto.
Y ya sé que no me creerás, ni nadie al que se lo cuentes (no lo intentes), pero un día lo conseguí. No te miento Edita, nunca lo haría. Me concentré, cerré los ojos y, despierto, noté cómo mis pies se separaban algunos centímetros del suelo. Al instante tuve miedo y jamás volví a intentarlo. Solo lo recuerdo como algo muy especial, tanto como este micro magnífico que nos regalas.
Un beso y mucha suerte.
Ton.
¡Dios, como se me escapó este fantástico comentrio sin leer durante tantos días! ¡Lo que me estaba perdiendo! Claro que te creo, y no se lo diré a nadie. 😀 Muchas gracias por confesarme tu secreto, paisano.
Me ha gustado esa mezcla tan bien llevada de fantasía con su toque de humor inesperado, con la prueba irrefutable de que no son imaginaciones de la protagonista, de que soñar tiene sus riesgos, y de que esa antena tiene detrás la historia que nosotros queramos imaginar.
Suerte y saludos.
Asuntos personales de enjundia me han tenido apartada de aquí unos días demasiado largos y al regreso me encuentro con esta preciosa recompensa. Mil gracias.
Es entretenido el relato, Edita. He pasado un momento divertido al leerlo. Bien redactado, ingeniosos y deja espacio para la imaginación. Saludos.
No puedo pedir más. Muchas gracias.