125. El intercambiador (Mel)
Lo siento, no puede quedarse aquí, vamos a cerrar. Sí, ya veo, nadie ha venido a buscarle, pero usted no está perdido y no es un objeto, así que váyase. Pues, no sé, pruebe en «Personas desaparecidas». Ya, técnicamente tampoco… Pues ¡asúmalo hombre, está usted muerto! Anímese, sin hipoteca ni madrugones, que no es ninguna tontería, muchos le envidiarían. ¡Y yo que sé qué hacen los muertos! vaya al cementerio y arrastre alguna cadena o intégrese en el calavera futbol club. No me llore, venga, aproveche para hacer cosas que nunca pudo, viajar por ejemplo. Además ¿qué le va a pasar si le descubren? ¿qué le echen del avión en pleno vuelo? ¿qué le detengan? bah, se hace usted el muerto pero de verdad, sin hablar y quietecito, le entierran, usted escarba y sale, y vuelta a empezar. Bueno se da una ducha o se mete un ambientador en el bolsillo, porque permítame decirle, ya que hay confianza, que empieza usted a oler, así que, hala, ya que no ha podido irse con el Imserso, esta es su oportunidad. Claro que puede ir donde quiera, hombre, al pasado no. Pero quitando eso, el mundo es suyo. ¿En serio? Acepto encantado.