128. EN ALGÚN LUGAR… (Pulgacroft)
Las palabras que resuenan por la noche en los sueños de mi cerebro, no tienen ni pies ni cabeza. Son extrañas, y no tienen sentido alguno para mí.
Por la mañana se las repito a los demás, mientras desayunamos tranquilamente, en ese momento relajado que tenemos antes de empezar con la tarea encomendada por si alguien me pudiera dar alguna pista; pero de momento no encuentro nada que me oriente. No dejo de pensar en qué cosas raras pueden designar y de dónde me pueden llegar a mí esas palabras… quizás de algún vestigio ancestral.
Nadie le da importancia, y en su tiempo libre todos siguen enchufados al sistema sin pensar en ello; pero cuando se cierra la tapa de mi cápsula, cierro yo también los ojos e intento imaginar eso que nunca sabré qué significa: “mar”, “bosque”, “río”, “montañas”…
Puede que algún día, «en algún lugar» de este planeta, o a saber en qué galaxia, los seres humanos sobrevivan en frías y asépticas cápsulas, una realidad que será normal entonces. Por muy tecnificado que esté su entorno, por mucho tiempo que haya pasado, esos futuros descendientes han de conservar vestigios de aquello de lo que forman parte aunque ya ni se recuerde, términos obsoletos que nunca perderán del todo el sentido. Los hombres no son eternos, pero han creado un sistema que se acerca mucho a lo perenne y que les hace únicos: el lenguaje, las palabras, esas que tú manejas tan bien.
Un abrazo, Sandra. Suerte
Pues muchísimas gracias Ángel!! Otro abrazo fuerte para ti!
Sandra. 🙂
Triste augurio para muchas de nuestras palabras más preciadas y para los tesoros que representan
Mucha suerte Sandra, un beso grande
Sí, Yoya, yo es que con el ser humano soy un poco (mucho) pesimista ya lo sabéis. Espero que me equivoque.
Otro beso grandote para ti Yoya.
Gracias! 🙂
Espero que cuidemos esas palabras para que no llegue el día de encerrarnos en una cápsula.
Buen micro, Sandra. Que tengas suerte.
Si se hiciera realidad esto que cuento me alegraré de no conocerlo Raquel…
Muchas gracias!!
Sandra 🙂
Sandra, yo la verdad espero que esa aciaga premonición nunca se haga realidad. Besos. Gloria
También yo lo espero Gloria.
Gracias!!
Besos,
Sandra 🙂
Todavía falta hasta llegar a eso, eso espero, pero a lo mejor ya estamos en camino. Tu relato habla de un futuro difícil, en el que (afortunadamente) alguien recuerda, sospecha; mientras esas palabras estén ahí, hay esperanza, pero si no… puf, no voy a pensarlo.
Suerte!!
Sí, vale no pensar en un futuro tan poco apetecible Luisa. Nos animaremos, de momento, pensando que es sólo un relato 😉
Gracias!!
Sandra 🙂
SANDRA, confiemos en no enfrentar a la humanadidad a esa situacion, la esperanza de querer ser mejores nos mantiene. Suerte y saludos
Confiemos pues Calamanda.
Gracias!!
Sandra 🙂
Hola, Pulguilla.
Si se produjera algo así, ¡apaga y vámonos!
Esas palabras y lo que simbolizan hay que protegerlas y mimarlas porque es lo único que tenemos, el resto de cosas no las reemplazarían nunca.
Abrazos, besos y suerte.
Pues no,por mucha tecnología que haya eso nada lo va a reemplazar…
Muchas gracias Towanda!! Besosssss y un abrazo fuerte fuerte para ti también.
Sandra 🙂
Luchemos para que todo lo que nos relatas de forma magistral no ocurra. Sería realmente triste la desaparición de nuestro medio. Apocalíptico. Mucha suerte Sandra.
Ton.
Esperemos que sólo se quede en un relato Ton.
Muchísimas gracias por tus buenos deseos.
Sandra 🙂
Las imágenes que describes, se me han quedado fijas en mi cerebro.
He visto un mundo oscuro sin mar, río, bosque y montañas, y me he estremecido.
Suerte, Sandra
Imágenes duras sí. Muchas gracias María Jesús
Sandra 🙂
Las palabras dan sentido y forma a la vida. Sandra, me ha gustado mucho tu relato, a pesar de la tristeza que se trasluce en él. Brinda una detenida reflexión. ¡Enhorabuena! Un abrazo.
Esa reflexión era mi objetivo María José.
Muchas gracias y otro abrazo para ti de vuelta.
Sandra 🙂