15. La vie est belle (Susana Revuelta)
Había logrado encandilar a los duques d´Artagnac aquella primavera, cuando limpiaba su piscina de hojarasca y bichos. Siempre a escondidas del uno o la otra, Olivier o estaba engarzando una flor en el bikini de ella o manoseando bajo el agua al anciano mientras le enseñaba a bucear. Así, consiguió ese verano el puesto de patrón en su yate.
Esa tarde de agosto, mientras el duque sesteaba en una tumbona, Olivier se acuclilló junto a la esposa para masajear con bronceador el interior de sus muslos. «¡¡¡Ooohh, merci, merci!!!», jadeaba la mujer, sin apartar la mirada del ceñidísimo bañador del haitiano.
Para aplacar el calentón, la duquesa se quitó su collar de diamantes y saltó al mar, agarrada a un salvavidas. Olivier aprovechó el momento para hurgarle la entrepierna al duque. Subyugado por el patrón haitiano, al hombre se le nubló la mente, estiró un brazo y desató la cuerda que sujetaba el flotador de la duquesa. Una ola repentina la hizo desaparecer en cuestión de segundos.
«C´est la vieee, mon chériii…», canturreaba el mulato con una mano al timón, alzando victorioso con la otra el collar, mientras el duque exhalaba su último aliento atragantado con su miembro viril.
Altamar es un territorio difuso, será por aquello de estar flotando, donde parece posible todo tipo de acciones que en tierra podrían ser perseguidas y aquí se prestan más a quedar impunes. Eso lo sabe bien ese haitiano, que ha cruzado todas las fronteras en un momento, después de ganarse a esa pareja de ancianos adinerados. No sólo se ha hecho criminal y delincuente, además, al tío no le importa nada. Tiene un yate y fortuna. Piensa que la vida le sonríe. Seguro que la noticia dará que hablar, más que si desaparecen en el mar un grupo nutrido de refugiados. Un relato sin tapujos, con el mar de por medio.
Un abrazo y suerte, Susana
Un aprovechado el Olivier de las bajas pasiones, y un interesado en las altas gamas. Todo al alcance de un tipo hábil. A ver si no le pillan los guardacostas, cosa que no sé no sé…
Susana, un relato valiente. Cuenta con una ambientacion estupenda y unas imagenes muy claras. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Esta vez con las 200 me llegó para escenificar todo el jaleo, jeje.
Un abrazo.
¡Qué bueno, Susana! Buena historia, muy bien contada y divertida. Ese haitiano es ya mi héroe.
Suerte y abrazo.
Pues no hay más que hablar, Rafa.
Un día quedamos en el puerto y te le presento.
Ah, que se pague el las rabas, eh.
Un abrazo.
¡Vaya!, Susana, que relato más fuerte te ha salido y que bien contado. Solo he tenido una duda con el mienbro viril, creo que al principio he visto el que no era, pero no estoy seguro, creo que valen los dos.
Besetes
A ver a veeeer, centrémonos. Yo solo veo un miembro viril con el que poder atragantarse, lo del anciano era un pingajo. Si no ¿para qué iba la dama a andar detrás de emociones fuertes, querido Javier?
Ainsss
Un abrazo.
Joooee, Su…
Epi se volverá loco con tu relato.
Y yo.
Eso es manejar el tempo, eso es rozar el erotismo y el morbo, para soltar, al final una bomba de relojería.
Muy, muy bueno.
8,5. Notable altísimo.
Con lectores como tú, chavalote, da gusto.
Lo de dar nota es otra vie… en rose…
Pero me quedé tan a gusto con el micro, eso sí.
Beso, Modes.
Quizás no haya mucho recorrido para el el humor por estos rincones, pero a mí me ha encantado, Susana. Manejas el ritmo como nadie.
Gracias, Luis SJ. Un piropo de tu parte que, como te conozco, considero nada gratuito.
Un fuerte abrazo.
Enhorabuena, Susana. Me encanta el tono de humor irónico que he visto en algunos de tus relatos. Es una mirada muy tuya y que te diferencia. Un beso.
Pues es un comentario que aprecio mucho, Belén. El humor que no falte nunca. Aunque muchas veces me pongo en modo drama, es sin duda más divertido cuando me sale el tono gamberro.
Un beso.
Pues no se porqué me parece que este relato podría ser real, parece una noticia un poco truculenta del apartado de sociedad. Claro que la maquillarían un poquito.
Me ha encantado, no todo van a ser tragedias, el humor es imprescindible, gracias Susana por traérnoslo.
Besos
Sí, hija, sí. Noticias más increíbles salen en la tele a diario. Me interesa sobre todos haber sabido crear unas escenas creíbles, por muy rocambolescas que parezcan.
Un beso, Asun.
Magnífico Susana. Te ha quedado redonda la historia del «haitiano empalmado».
Ya lo estoy viendo sobre en papel. El micro, claro.
Magníficamente contado, ocurrente y sin tapujos.
Te pongo una «equis» de favorita. Suerte.
Ton.
¡Ya me gustaría a mí, Ton, lo del papel! Me guardo tu equis como un regalo y desde luego seguiré intentándolo hasta diciembre.
Y siempre sin tapujos. Eso fijo.
Un abrazo.
Susana, divertida y original historia.
Un abrazo
Gracias, Blanca.
Otro monstruo de 40 cm. ¡Al libro, al libro!!! ??????
Ay, mon chériii, qué majo eres. No sé por qué no estás en el jurado..
Un beso grande, Lorenzo.
Menudo tiburón, el tal Olivier.
Despampanante historia, Susana.
Saludos cordiales.
Alevoso el muchacho, sí.
Es que está de moda.
Un abrazo, Carles.
¡De cabeza los llevaba el mulato!
Yo lo he visto como un corto, con palomitas y todo 🙂
Un beso Susana.
Carme.
¡Genial, M. Carme! El micro no es de mucha reflexión ni profundidad. Ni lo pretende. Pero tiene su mérito y es ese que comentas tú: que se ve bien.
Lo de las palomitas me ha encantado.
Un beso.
Una buena peli de sexo, ambición y sol.
Abrazos de verano, la suerte la tienes.
Un saludo desde esta playa de arena blanca bajo mis pies, con mar turquesa y ruido de gaviotas de fondo donde, por ahora, no estoy.
Beso, María.