16. EL REFUGIO (Ginette Gilart)
Antes de entrar en la tasca, Arlette suspiró: « ¡Ay, qué larga es esta vida! ». Detrás del mostrador un hombre corpulento con un gesto hosco le señaló una puerta tapada por una cortina. Después del angosto pasillo llegó a una estancia en penumbra. Un muchacho la acompañó a un sitio libre, se tumbó en una vieja alfombra en medio de otras gentes, hombres y mujeres que como ella se refugiaban Au rat noir. En una bandeja le trajeron una lamparita de aceite junto a una pipa y una bolita de opio. A la primera calada Arlette sintió como su cuerpo se relajaba totalmente. En ese instante olvidaba su triste existencia: desde niña recién escapada del orfanato, mendigando por las calles de París, rebuscando en la basura algo de comida. Ahora gracias a un físico no desagradable se ganaba la vida posando en los estudios de pintores bohemios. Pero qué sería de ella cuando se hicieran más visibles los signos de la edad. Mientras inhalaba otro poco miraba a su alrededor. Algunas personas hablaban en voz baja, otras con la boca entreabierta y los ojos entornados viajaban lejos de aquel lugar. Entonces todo le parecía hermoso y no deseaba despertar de aquel sueño.
Si pudiera… pensaba… ¿Por qué no muero?
La droga como refugio que solapa una realidad que no se desea; instantes que pretenden ser eternos, que cuando terminen harán que todo en contraste se vuelva áspero, cada día un poco más; una protagonista que irá sumando arrugas dentro de una vida sin sustancia ni esperanza, que por ello le parece larga, que se degrada y galopa hacia un futuro incierto.
Suerte y un abrazo, Ginette
Acompañada por otras personas para enajenarse y cada uno de ellos en un mundo aparte; sucede muchas veces, aun sin el opio. El vacío y la soledad del personaje me provocan ternura y comprensión.Suerte!
Cruda realidad para muchos, esa soledad del alma que lo externo no hace desaparecer.
Buen relato.
Suerte!
Ginette, muy triste y bellamente contada esta historia. Suerte y saludos
Pone el vello de punta, la historia tan triste y ese refugio que se ha buscado.
Debe ser muy triste la realidad de Arlette para necesitar ese refugio tan sombrío. Sigue escapando, pero la soledad y la tristeza la perseguiran por muy lejos que viaje tumbada en esa alfombra.
Suerte y un beso .
Gracias a tod@s por leer mi relato y dejar comentarios. Siempre hace ilusión.
Abrazos.
Me parece un relato muy trabajado y con una capacidad de ponerte en situación muy grande gracias a como lo has escrito. El redactado es impecable y la historia de trasfondo da que pensar. Excelente ambientación. Mucha suerte 🙂
Muy bonito el texto con estilo, transparente nos mete dentro de esa nube de opio, a punto de sentir una levitación del personaje. Un duro y oscuro mundo para la pobre protagonista, pero con su toque de romanticismo como tienen todas las fases de la autodestrucción.
Abrazos y suerte
Triste refugio el de tu protagonista, aunque contado de bonita forma. Buen relato.
Abrazos