182. BESO, de Nube
Me gustaría, te quiero, sí acepto, perdóname, no te suicides… lo siento. Estaba tirada en el sofá cuando te fuiste, por eso te escribo esta carta. Vos me enseñaste que aunque no haya nubes en el cielo, puede ser un día deprimente en el bosque, ahora me veo al espejo y los recuerdos me vuelven…
Pinté las paredes una de cada color, porque me dijiste que cuando murieras te gustaría ser un arcoíris en la otra vida. Sé que eres muda, pero yo aún te veo amor mío… hasta que el amarillo sea lo último que vea te seguiré viendo. También te quería recordar que tengo el vestido blanco todavía guardado en el placar y que pienso en ello todo el tiempo, la monotonía irrepetible.
Yo sé que no quisiste lastimarme, por eso me escribes esta carta… pero no puedo vivir sin ti, así que me despido yo también, me corto la boca hasta morir y caigo en el sofá del bosque.