198. CUENTO DE LLUVIA, de Enebro
Una gotita de agua viajaba en el seno de una gran nube negra junto a otras innumerables gotas y gotitas. Ella aún era muy pequeña, pero ya soñaba con caer pronto y si era posible, sobre un majestuoso bosque, rodeado de impresionantes montañas, igual que hizo antaño una vieja gota que conoció en la charca en la que nació.
Un relámpago seco y un trueno fueron el pistoletazo de salida y millones de gotas comenzaron a precipitarse desde la nube.
La pequeña gota, ufana, sentía una emoción muy grande y ansiaba ver cumplido su sueño de ser parte de un hermoso bosque…
Antes de finalizar su existencia como gota y poder integrarse en el ciclo de la vida de un espacio arbolado, una traicionera ráfaga de aire empujó a la gotita sobre la cara de un niño. Y coincidió allí con otra hermana gota, parida por un ojo del infante. Ambas resbalaron juntas hasta que un pañuelo las convirtió en simple humedad.
La gotita nunca imaginó que su desgracia y la alegría de un niño por haber llegado a su lugar de vacaciones se unirían de esa manera.
Bonita historia con final original. Felicidades.