2. La cabina (Susana Revuelta)
Doris está anudándose la bufanda cuando suena el teléfono.
¡RIINNGGG, RIINNGGG!
«Nunca llego puntual al cole a recoger a Yeremi, carajo; tendré que buscar otro empleo», piensa resignada mientras se restriega la nariz con el puño y se pone de nuevo el auricular.
―Servicio de emergencias, buenas tardes.
Al otro lado del hilo se oye una respiración profunda, como procedente de una caverna.
―¡Por fin! ¿Hay alguien ahí? ¡Hola, hola, aquí! ¡A mí! ¡Socorro!
―Señor, ¿en qué puedo ayudarle?
―Me he quedado atrapado en una cabina y…
―¿Una cabina? ¿De ascensor?
―De teléfono, señorita. Y déjeme terminar, que solo me quedan tres pesetas. Yo pensaba que el 091 era gratis.
«¿Pesetas? ¿091?»
―Escúcheme, joven. Esta mañana fui a telefonear a mi jefe porque llegaba tarde…
―¿Dónde trabaja usted? ―pregunta por curiosidad. «Qué tío más viejuno, ¿no tiene móvil?».
―En Galerías Preciados. Desde su apertura, ¿eh? Entonces se atascó la puerta y unos desalmados me remolcaron hasta este almacén ¡lleno de cadáveres! Pero de camino me he fijado bien: está justo detrás de la fábrica de Mirinda, no tiene pérdida. ¡Envíen ayuda, rápido…!
Cuando se corta la llamada, Doris se abotona el abrigo y estornuda. «Vaya, me he resfriado otra vez».
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Estuve tentada a escoger la cabina como inspiración también, pero, peli más angustiosa no vi en la vida, jamía. Me gusta esa idea de que aún hoy en día sigue allí metido. Bueno, no me gusta, ya me entiendes, pero que refleja perfectamente la esencia de la película. Un abrazo.
La peli es de 1972. De las que mejor recuerdo, la vi muy joven, y la he vuelto a ver hace unos días en youtube para fijarme bien en los detalles (solo dura 35 min) y me ha vuelto a entusiasmar. Es angustioso pensar que este hombre siga ahí ¿que no? Y encima sin monedas.
Beso, Eva.
¿Cómo puede ser que Daisy no reconociera a José Luís López Vázquez? ¿Pero de qué planeta es esta chica?
Gracias Susana, por traernos tan gratos recuerdos.
Besos.
Necesita una teleoperadora del 112 de habla hispana pero no española y que fuera muy joven (por eso Doris/Yeremi, que muchas veces allá se ponen nombres ingleses pero escritos tal cual suenan) que no conociera la peli, las pesetas, etc. Como no se entera de nada, está más a su constipado y a llegar tarde a recoger a su hijo. Una brecha no solo espacio-tiempo, sino también generacional.
Un beso, Rafa.
Tremenda, muy buena
Gracias, M Carmen.
Un abrazo.
Susana, original enfoque de la situacion tan especial que viven los dos protagonistas del relato, y final abierto para elucubrar… Suerte y saludos
El final angustioso para el pobre hombre. La chica, sin embargo, como quien oye llover.
Un abrazo, Calamanda.
¿Mirinda? Ufffff… Yo sí que me siento ‘viejuno’. Muy bien traído, Susana, y con unos diálogos magníficos.
(Por cierto, también yo sigo recordando con desasosiego ‘La cabina`, pero sobre todo el final, esos túneles y pasadizos, esos almacenes y depósitos… ufff, ¡
¿Mirinda? ¡Guau…, yo sí que me siento ‘viejuno’! Muy bien traído, Susana, y con unos diálogos magníficos.
(Por cierto, también yo sigo recordando con desasosiego ‘La cabina`, pero sobre todo el final, esos túneles y pasadizos, esos almacenes y depósitos, esa música de Carl Orff… ¡ufff, que me espeluzno!)
Pues vuelve a ver el final en youtube, Eduardo. Es magnífico, sin duda. Este final junto con el del planeta de los simios (cuando aparece la estatua de la Libertad enterrada) y pocos más los tengo grabados para siempre.
Un abrazo.
Me ha gustado especialmente ese cruce temporal que planteas, que lo convierte en un relato fantástico usando elementos y una situación comunes. Los diálogos del hombre los he escuchado en la voz de López Vázquez palabra por palabra, me parecen muy logrados. Suerte y besos.
Un reto para mí lo del espacio-tiempo. Lo tenía muy bien diseñado en mi mente, pero no estaba segura de si sabría sacarlo adelante. Ha sido muy divertido escribir este cuento con el que fácilmente me podría haber ido a las mil palabras. Me he quedado con las ganas de poner más diálogos, definir mejor a los personajes… Pero era para este concurso y ya está finiquitado.
Y sí, estaba escuchando en mi cabeza la voz de José Luis López Vázquez cuando escribía sus palabras. Tan característica y tan de aquella época…
Beso, Ana.
Por cierto, los planos finales fueron rodados en el embalse de Aldeadavila (Salamanca).
Me ha encantado ese cruce espacio temporal,
Una pena que Gladis pues tuviese puesto, no más,un rico reagetton a todo volumen en su celular, y no reconociera a nuestro inmortal José Luís.
Escogí a una telefonista sudamericana joven precisamente para que no tuviera ni idea de lo que le estaban hablando. ¿Qué habría pasado si hubiese cogido el teléfono alguien que conociera la peli? Pues que… ¡habría sido otro relato! ¿Habrían rescatado a López Vázquez…?
Beso, Modes.
Simplemente genial.Ese cruce de llamada en el tiempo está muy logrado y la película elegida me encantó tanto como me impresionó en su día.
Creo que ya nunca me metí en una cabina a llamar. Suerte !!
Un beso Susana.
A mí la peli me sigue impresionando, aunque el impacto de la primera vez no te lo quita nadie. En cuanto a las cabinas, no estoy segura al cien por cien, pero creo que ya no debe de quedar ninguna. Las quitaron por baja rentabilidad. Normal.
Un abrazo, Mº Belén.
Eso que dices de los pocos recursos, Anita, aplicable totalmente al género microrrelato. Menos es más, lo importante es que lo que se cuenta interese. Y en poco espacio y tiempo, las detalles son esenciales.
La peli es en color, pero si te fijas, el color rojo de la cabina destaca especialmente sobre el resto, más deslavado. Eso sí que es un recurso. Que, por cierto, ha sabido utilizar también con genialidad Mercedes Daza en su ilustración del mes.
Beso.
Me ha despertado interés en esa película que no recuerdo haber visto, por lo que mi opinión va entendiendo el relato fuera de su contexto y así me ha parecido una idea genial el uso del elemento fantástico entre los dos personajes… probablemente mi falta de conocimientos previos me hace no entender la escena de los cadáveres, pero a mí me ha gustado y he aprendido una nueva técnica por lo que estos minutitos que he pasado delante de tu texto me han servido mucho como casi siempre que leo algo tuyo. Un saludo, Susana.
Ah vaya, Lorenzo. Pues uno de los motivos para escoger esta película fue que pensaba que era super conocida. Te la recomiendo y entenderás la desesperación del hombre. Y lo de los cadáveres.
Un abrazo.
Qué gran elección has hecho, Susana. El cine español le debe mucho a Mercero y a José Luis López Vázquez (nuestro Jack Lemmon). Y tu historia es fantástica, con esos iconos del pasado: Galerías, la peseta…
Un saludo
JM
Cuando vi la propuesta del mes, me vinieron a la cabeza todas esas cosas desaparecidas y decidí incluirlas en mi relato para darle ese ambiente.
López Vázquez, genial, claro que sí.
Un abrazo.
Susana, es que, verdaderamente, José Luis López Vázquez es inmortal. Cuando vi el corto me pareció angustioso, y tú has añadido tintes de angustia eterna. Muy bueno. Abrazos.
Qué bueno, Salvador. Me temo que sí, que el relato respeta la línea de angustia en que nos dejó esta obra cinematográfica. Fidelidad a la trama original, jeje.
Un abrazo.
Me ha encantado esta historia en dos tiempos. El recuerdo de Galerías Preciados, la rica Mirinda, las pesetas y, sobre todo, las cabinas!!!
Muy chulo.
¡Qué tiempos, eh! Ya no quedan cabinas de aquellas, las de ahora son a la intemperie y no se ven colas para llamar. Ahora es todo muy inmediato. Antes una simple llamada significaba mucho. Creo que estoy mayora.
Un abrazo, Isabel.
Susana, muy buen relato.
Qué angustia pensar en el pobre hombre atrapado aún en la cabina!
En el imaginario ahí sigue. Los actores que alguna vez nos conmovieron siguen vivos; en este caso, en una cabina. Mi pequeño homenaje a este gran actor de mi infancia.
Un abrazo, Blanca.
Susana a tu prota le pasa lo que le pasa por ir a la competencia, ja ja. «Quien calcula compra en SEPU».
Siempre deseé saber lo que fue del pobre José Luis, pobrecillo, sigue por ahí.
Muy bueno tu relato, pero lo peor es saber que hay por aquí gente muy joven, mucho, que no conocían la peli. Ahora ya se con quien nos jugamos los cuartos, tendrán masters y todo.
Un beso
Y dentro de nada habrá por aquí gente que no sepa lo que eran las pesetas. Somos unos viejunos, Epi.
Un beso, salao.
Que bueno Susana! Me ha encantado acordarme de Galerías Preciados y de esta peli que realmente se me quedó grabada. Muy chulo aderezarlo con el cruce en el tiempo y espacio,
Reyes
Ese era el reto una vez que se me ocurrió poner a José Luis a hablar con una operadora de hoy en día. Si te soy sincera, no me resultó tan difícil como creía.
Un abrazo, Reyes,
Entrañable el personaje y muy acertado el homenaje. Relato y película podrían ir de la mano. Mucha suerte 🙂
Sí, pero de una mano muy larga y elástica ¡que se ha pasado 42 años en la puñetera cabina!
Abrazo, Juan Antonio.
Muy bueno, Susana. Nada como el humor y la ironía para calar en el lector.
Lo has conseguido: volver a ponerme la carne de gallina con esta peli, con tu relato.
ME GUSTA, aunque el pobre señor se pudra.
Situación esperpéntica perfectamente llevada.
Un abrazooo
Graaacias, Petra. A mí también me espeluznó aquella peli, mucho.
Un beso.
Que buena idea ese bucle temporal.
Aunque reconozco que en la remota posibilidad de que se me hubiera ocurrido a mi, no lo habría contado tan bien.
La peli, por cierto, de las más angustiosas que recuerdo.
Un bucle y una segunda oportunidad, pero sin ninguna posibilidad para el pobre. Te agradezco un montón tu comentario y te digo que tú (o cualquier otro) lo habrías contado diferente, con tu propio estilo.
Un abrazo, Reve.
He notado hasta la fobia dentro de la cabina,`¡madre mía! buen relato Susana.
Saludos
Rosa
Lo bueno de este relato es que nos ubica a todos en ese espacio claustrofóbico del almacén de la peli, lo que me facilitó seguir con el diálogo sin necesitar más palabras para describirlo.
Gracias, Rosa, un abrazo.
Estupendo relato Susana. aunque tengo que reconocer que al principio me hice un poco de lío pues pensé que López Vázquez estaba telefoneando a los EEUU y no fue hasta leer los comentarios que caí en la cuenta de que Doris era sudamericana. Por lo demás es magnífico el trabajo que has hecho, se respira la angustia del encerrado y la indiferencia de la joven telefonista, sin referentes para entender el drama. Me gusta especialmente lo bien que funciona el dialogo. Felicidades y suerte.
Abrazos