20.- El Alma
Dicen que cuándo le haces una foto a alguien capturas su alma.
Y eso fue lo que me pasó contigo.
Estabas apoyada en la barandilla del muelle, mirando como el sol se iba ocultando en el horizonte. Era un atardecer precioso. El ángulo era perfecto, y la luz idónea.
Así que te enfoqué con el objetivo y disparé.
Seguiste apoyada en la barandilla mientras yo me marchaba, ensimismada, mientras el sol terminaba por ocultarse. Yo me monté en el coche, dejé la cámara en el asiento del copiloto y me dirigí hacia mi casa… Tratando de hacer oídos sordos a los golpes que oía dentro de la cámara, dónde tu alma trataba de escapar, implorando, mientras golpeabas el objetivo…
Pronto te reunirías con las otras…
Mientras, una lágrima resbalaba por mi mejilla…
Curiosa historia la de este coleccionista de almas que en el fondo se arrepiente de serlo, mucha suerte para ella, Jesús.
Muchas gracias Paloma
Nunca imagine que alguien robara alma y tu relato me pone sobre aviso. Esa alma tratando de huir me pareció genial.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias por tu comentario y tus ánimos.
Es un texto que me ha inspirado imágenes, que en realidad las plasman tus letras. Imagino una película o vídeo. Es muy visual. ¡Todo un acierto!
Un saludo.
Gracias por tu opinión Susi. Un abrazo.