20. INTERCAMBIO DE PAPELES (Sara Lew)
En una esquina cualquiera de una calle poco transitada un joven espera con las manos en los bolsillos y una mochila con el logo de la NASA. El viento le hace volar la capucha con la que se afana en ocultar sus desgreñados cabellos. A los pocos minutos, otro chaval llega en una Vespa. Se saludan. Charlan un poco mientras intercambian papeles, seguramente apuntes de la Facultad.
Desde la ventana de un segundo piso una anciana los observa. Todos los días, a la misma hora, descorre la cortina y los ve. Aquella escena que tanto la atormenta se reproduce ante sus ojos, inmutable. Hoy, sin embargo, algo cambia. Se ha atrevido a mirar distinto, aunque luego se odie por ello. El de la Vespa, en vez de marcharse, se baja de la moto y le entrega las llaves al de la capucha. Este se acomoda las greñas bajo el casco, arranca y se aleja raudo de allí. Entonces gira el autobús descontrolado porque su conductor ha sufrido un desmayo, se sube sobre la acera y atropella al joven que está en la esquina con los apuntes bajo el brazo. Solo que esta vez no es su nieto.
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Una historia sobrecogedora y misteriosa. Esa anciana puede que tenga poderes y, sin palabras, haya propiciado, con su fuerza mental, un cambio de papeles para que uno de los dos muchachos a los que observa desaparezca. Puede que ella desapruebe la relación que pueda unirlos, aunque ha salvado a su nieto, claro está, quizá con ánimo de que se enmiende.
Espero no haberme equivocado mucho en mi interpretación
Aprovecho para felicitarte por tus creativas ilustraciones.
Un abrazo y suerte, Sara.
Esa mujer no es una abuelita cualquiera, es una parca! Me he quedado con la duda de “porqué la atormentaba tanto esa escena”
El destino tiene muchas caras, todas las que nuestra imaginación nos da.
Hola Sara, un relato inquietante y misterioso, deduzco que algo ha pasado con su nieto, ¿quizás murió en la misma esquina? ¿O quizás es el que se salva del accidente? En cualquier caso, lo que está claro es que la abuela tiene una mirada más que poderosa… Un abrazo y felicidades por este micro
Veo que no funciona bien mi cuento, no he logrado que se entienda.
El joven de la capucha es el nieto. La abuela ve desde su ventana el momento en que el autobús lo atropella, después de que su amigo se vaya con la moto. Por eso cada día vuelve a rememorar la misma escena, no se la quita de la cabeza. La última vez, aunque luego se odie por ello, se imagina «un intercambio de papeles»: su nieto se va con la moto y es el amigo el que se queda en la esquina y al que atropella el autobús.
Gracias por vuestros comentarios.
Sara, yo sí lo había entendido así, ella imagina un desenlace menos doloroso para esa escena. Por desgracia, no se puede cambiar el pasado, solo imaginarlo.
Un abrazo y suerte.
A veces la locura es un refugio contra el dolor. Esa pobre abuela ha necesitado repetir muchas veces la realidad hasta adaptarla a su propio filtro para poder sobrellevarlo.
Enhorabuena y suerte, Sara