Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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20º Microscopio : Anfibio

Quizás todos recordemos de nuestros tiempos de colegiales esas prácticas en las que teníamos que diseccionar una rana y después mirar su sangre, piel etc por el microscopio. Si el título de esta entrada os ha hecho pensar en ello, bien!!!, sacad el bisturí y enfocad bien el microscopio, que aquí tenemos un nuevo texto.

Ginette nos trae la música de  Béla Bartók, Out of doors- The night’s music.

 

 

ANFIBIO

Cada día entiendo menos a la gente; abren y cierran la boca como peces de acuario, pero no entiendo lo que dicen; es como si hablasen otro idioma. De vez en cuando una palabra conocida alcanza mi cerebro y me sacude como una descarga eléctrica: “anfibio”, y yo miro desconcertado el rostro de quien la ha pronunciado, pero desfallezco cuando observo que me tiende una manzana.

Me siento en un rincón de la sala y no hablo con nadie —¿para qué? si no entienden lo que digo —. Al principio me enfadaba mucho, creía que se trataba de una broma; golpeaba la mesa y gritaba que ya se habían reído bastante de un pobre viejo, pero cuando me llevaron al médico comprendí que iba en serio y me asusté. El doctor me miró, acercó mucho su cara a la mía y pronunció una palabra incomprensible: “demencia”.

Hoy he conocido a Juan. Él comprende  lo  que digo, aunque a veces también se confunde y entonces nos reímos los dos y las enfermeras nos miran con cara de pena. Ha sido una suerte encontrar a Juan. Mi anfibio Juan. Si no fuera por él creo que acabaría volviéndome loco.

 

y la ilustración corre a cargo de Miguel Jímenez Salvador

20_Anfibio

Letra_X

 

El relato en general me ha gustado bastante. En una primera lectura he pensado que el protagonista de la historia se estaba quedando sordo y que eso le estaba llevando a una situación  de aislamiento que a la vista de los demás se traduce como demencia senil; después leyéndolo más veces, he llegado a la conclusión de que lo que ocurría era que el anciano no entendía lo que los demás decían y que los demás tampoco le entendían a él, es decir, parece que ha perdido la habilidad de comprender y hablar su propio lenguaje, que por eso no entiende a los demás, y él ha desarrollado otro tipo de idioma que los demás no comprenden. De ahí que le diagnostiquen demencia.

(+) Creo que la estructura del relato en tres párrafos es un acierto. En el 1º párrafo se nos adentra de forma un poco confusa en una historia en la que no se sabe muy bien que está pasando ni quien la está contando pero que nos invita a querer seguir leyendo para poder desvelarlo.

En el 2º párrafo ya se explica el problema de un anciano que está perdiendo facultades y que finalmente derivan en una demencia o eso es lo que le diagnostica el médico.

En el 3º párrafo se nos muestra el lugar y la forma donde este hombre va a pasar la última parte de su vida, que parece ser una residencia o quizá un hospital psiquiátrico.

(+) Creo que el escritor consigue transmitirnos lo que quiere, una mezcla de confusión porque el viejo no sabe muy bien que está pasando, preocupación porque lo que al principio le parecía un juego deja de serlo con la visita al médico, resignación pues el hombre parece que acepta que los demás le vean como un anfibio, tristeza porque la decadencia de una persona siempre es triste y más si es consciente de ello, ternura porque aunque ahora está aislado de los demás en la residencia , allí ha encontrado también alguien con quien compartir su confusión, y un punto de ironía pues  el anciano cree que en la residencia se volvería loco de no ser por su nuevo amigo cuando precisamente está allí porque  sufre demencia

(+) El título creo que es acertado, porque no nos desvela para nada lo que se va a contar en el relato, y al mismo tiempo engloba las dos ideas principales del mismo, el anfibio en el que se ha convertido el viejo a causa de su demencia, y esa similitud que se hace entre la palabra anfibio y amigo, que se plasma en el hecho de encontrar a otra persona que está sufriendo la misma enfermedad que él, con la cual puede compartir esos momentos de ilucidez en los cuales se siente más cómodo que en los momentos de lucidez en que todo le parece confuso.

(-) El primer párrafo me produce confusión cuando dice: Abren y cierran la boca como peces de acuario. Esta frase que me ha gustado mucho, a la vez me ha hecho dudar de lo que pasaba porque en un acuario se ve a los peces abrir y cerrar la boca pero no dicen nada, de ahí que he pensado al principio que lo que le pasaba al viejo era que se estaba quedando sordo porque no oía nada cuando veía a los demás abrir la boca, pero luego es evidente que no es esto pues lo que ocurre es que no les entiende lo que dicen, por lo tanto sí que oye.

(-) En el último párrafo se repite el nombre de Juan tres veces. Es un personaje importante en el relato, claro está, pero quizás yo eliminaría el segundo de los Juanes y uniría las dos frases en una: Ha sido una suerte encontrar a mi anfibio Juan.

Y por lo demás no tengo más que decir. Muchas gracias al autor por dejarnos analizar su relato.

 

Letra_Y

 

El relato está estructurado  en tres párrafos (introducción, conflicto y desenlace) que narran, con ternura y humor, el manifiesto deterioro cognitivo del personaje.

Desde el primer párrafo podemos adivinar  cuál es el conflicto del protagonista que es, además, el narrador de la historia y que  nos cuenta lo que le  pasa y lo que  siente. También aparece  el sustantivo que da título al texto  y que, en mi opinión, resulta innecesario ya que    se puede leer el párrafo eliminando la palabra anfibio y, además de no perder sentido, se  puede conseguir algo más de expectación.

En el segundo párrafo se nos amplía información al situar en la escena la palabra demencia que viene a corroborar lo que sospechábamos. El personaje—un pobre viejo, según sus palabras— muestra síntomas  claros de demencia senil:   desconcierto, intranquilidad, enfado, problemas de comprensión lingüística… Y se siente solo e  incomunicado.

El párrafo final está lleno de humor y ternura. El personaje, a pesar de sufrir confusión y trastorno del lenguaje, mantiene intacto su código de valores y aún reconoce que, en cualquier situación, tener un amigo es tener un tesoro.

Tanto la frase inicial del relato (“Cada día entiendo menos a la gente…”) como la final (“…Si no fuera por él  creo que acabaría volviéndome loco”)  son frases muy sencillas, coloquiales, que te colocan en la situación con facilidad.

Respecto al título (Anfibio) se me escapa la razón por la que el autor ha elegido esta palabra para destacar el cambio de código  semántico del protagonista-narrador y que parece significar amigo (Mi anfibio Juan).  Quizá  quiera hacer referencia a  la metamorfosis que experimentan los anfibios  y que  puede asociarse a la mudanza que hace también  el personaje al pasar de la cordura a la demencia. No se me ocurre otra cosa.

Respecto a la puntuación ya sé que, aparte de las normas,  está la subjetividad de cada uno, pero hay varias oraciones que yo las puntuaría de forma diferente:

-En el primer párrafo, después de la palabra anfibio, yo pondría punto y seguido.

-En el segundo párrafo, pondría entre comas la frase cuando me llevaron al médico. También en el segundo  párrafo pondría coma antes de: …  y me asusté. Además de entre comillas, pondría con  mayúsculas la palabra demencia porque es una cita textual, es lo que diagnostica el médico. También en este párrafo  segundo, después del interrogativo ¿para qué? Yo pondría mayúscula (… ¿para qué? Si no me entienden…)

En el tercer párrafo, pondría coma antes de: “…y las enfermeras nos miran con cara de pena”. Y en la frase final, después de Si no fuera por él pondría coma porque es una oración condicional

Finalmente, siguiendo con la  a la puntuación, he observado que al autor le gusta el punto y coma. Nada tengo en contra, pero me encajaría más que el personaje, por su edad y por sus circunstancias, hiciese pausas más largas. En este caso yo prefiero el punto. Repito que es subjetivo.

(+) Lo que más me gusta  del relato es la sencillez con la que está escrito porque facilita mucho la lectura.

(+) El vocabulario es muy cotidiano y se entiende a la primera.

(-) Y, aunque repite mucho la conjunción  copulativa “y” como expresión sucesiva de enunciados,

(+) la historia me parece convincente y  nos dibuja con naturalidad el cuadro de confusión del protagonista.

(+) Además, es importante destacar que  está contada con cierto humor y  transmite mucha ternura, especialmente, en el  último párrafo del que destaco la frase: “Mi anfibio Juan”.

 

Letra_Z

Título:

(-) No me gusta. Insulso, sin fuerza ni pegada. No atrae. Y, además, destroza sin necesidad una parte importante de la historia

Lenguaje

(+) Relato con un lenguaje sencillo,  sin alardes,  adecuado a la narración en primera persona.

(-) Dentro del relato en sí, creo que la primera frase tiene un error de bulto al unir «gente» ( singular)  con » abren y cierran»( plural). Quizá un simple cambio de » gente» por «personas»…

(-) Hoy he conocido a Juan. Ha sido una suerte encontrar a Juan. Mi anfibio Juan.  Sí.  Quizá hay un exceso de Juanes en tan breve espacio.

(+) Pero a mí me gusta el machacón y persistente efecto resultante.

(-) Respecto al argumento… Pues otra historia más de locos, desde un planteamiento pretendidamente original,  y un final un tanto previsible ( todos están locos, menos yo).

Resumen: Se lee fácilmente y fácilmente se olvida.  Aunque…Tiene algo. Algo que no alcanzo a identificar,  pero que consigue  dejar poso.

 

11 Responses

  1. TITULO
    (¿?) Es un título curioso, en ese sentido me parece que capta la atención del lector, no da ninguna pista, bien podría ser algo bélico, de terror (como los pájaros de Hitchcock, o una historia de superación personal (alguien que se adapta al agua y a la tierra), en fin es muy abierto, sugerente.
    (*) Pero leída la historia, creo que darle una pincelada de calidez le vendría muy bien. Quizás “mi anfibio Juan” le iría mejor, intriga más aún al lector y cierra bien la historia.

    ESTRUCTURA
    (=+) Tres párrafos acordes a planteamiento, que nos intriga y engancha; nudo, donde entendemos de qué va la historia, y desenlace, donde enlaza con el título y la cierra con un toque de ternura.
    Primer párrafo
    (+) Me gusta, es una idea común esa de si los peces hablan o no, cuando boquean y de que no les entendemos, y darle la vuelta y que sean el resto de humanos los incomprensibles me parece un acierto para comenzar la historia, se muestran los pensamientos del protagonista y ello nos describe que es alguien con algún tipo de problema, ya sea mental, insociable o algo, es decir invita a seguir leyendo.
    (-) pero no me acaba de convencer el final “…y yo miro desconcertado el rostro de quien la ha pronunciado, pero desfallezco cuando observo que me tiende una manzana. “ Creo que simplemente dejándolo “me sacude como una descarga eléctrica: “anfibio”,” lo deja más intrigante, cuando entiende algo, son palabras que conoce pero que no encajan en el contexto, y ya con eso creo que el lector tiene las suficientes piezas para armar su puzle mental. El tema de que alguien le tiende una manzana despista y no aporta nada.
    Segundo párrafo,
    (+) me gusta el tránsito de datos objetivos del 1º párrafo al subjetivo/vivencial del 2º. Sus miedos y enfados, la pincelada de la edad y de la enfermedad mencionando al médico.
    (-¿?) no sé si es bueno o no el que la palabra “demencia” aparezca tal cual, hace que el lector comprenda bien la historia pero al mismo tiempo, por qué esa la entiende bien y anfibio (que luego descubriremos que es “ámigo”, por tanto un vocablo mucho más habitual, no?
    (*) quizás sugeriría “herencia” y marcaría más un tránsito entre que el hombre viva en familia y pase a la residencia, que en el texto no está claro si es así o todo el tiempo está en la resi y se va deteriorando. Bastaría decir que su hija rompió a llorar al oír la palabra “herencia” de labios del doctor por ejemplo.
    (-) además tampoco entiendo por qué el médico le dice a él la palabra demencia, tiene más sentido, creo yo, si se la dice a los familiares.
    Tercer párrafo:
    (+) Tiene un toque tierno, por fin encuentra a alguien que le entiende, y se ríen, y así como quien no quiere la cosa menciona a las enfermeras, dándonos la idea de que están cuidados.
    (-) La repetición de “Juan” me parece excesiva, sugeriría cambiarlo un poquito y dejarlo así:
    Hoy he conocido a Juan. Ha sido una suerte encontrarle. Él comprende lo que digo, aunque a veces también se confunde y entonces nos reímos los dos y las enfermeras nos miran con cara de pena. Mi anfibio Juan. Si no fuera por él creo que acabaría volviéndome loco.

    (*) o quizás cargaría las tintas con “anfibio” y alguna frase hecha del estilo “qué bueno es tener un anfibio”, o “quien tiene un anfibio tiene un centollo” y ya así se comprendería bien el juego de palabras y la historia.
    (=) Frase final. Demasiado explícita a mi entender, el lector ya comprende lo que ocurre, además con la palabra “demencia” estaba ya dicho. Quizás esté bien como toque condescendiente y amargo del lector hacia el prota, pobre, ni siquiera se da cuenta de que ya se está volviendo loco.

    LENGUAJE
    (+) Es un lenguaje natural y cercano al lector, acorde al personaje además.
    (-) veo varias repeticiones seguidas. En el 1º párrafo “Cada día entiendo menos a la gente … pero no entiendo lo que dicen” sugeriría cambiar el 2º por “comprendo”
    (-) idem con Juan al final.

    RESUMEN:
    Es un texto que me ha gustado por lo qué cuenta y por la forma en qué lo cuenta (con el juego de palabras). Un poco de trabajo en afinarlo y tenemos un buen texto, a mi entender.

  2. No le encuentro ninguna pega a nivel escritura. Buena presentación, desarrollo y organización de la trama. El asunto de las comas que comentan es bastante subjetivo y salvo las obligatorias, queda a gusto del escritor. No las veo mal puestas (o elididas). Por otra parte, supongo también que el hecho de que se repitan en los tres párrafos «entiendo lo que dicen…», «entienden lo que digo…», «comprende lo que digo…» sea un recurso rítmico para dar a entender el caos interior del personaje. O sea que todo esto correcto.
    Pero esta primera persona (voz narradora que presupone impregnar al relato de mucha intensidad), e intencionadamente escrito para sacar al lector una sonrisa sobre un tema tan triste como es perder la memoria, tiene para mí un fallo que no lo hace creíble: el lenguaje elegido. O el lenguaje descartado.
    Me explico. Sé que la intención del autor era que su personaje se expresara con un lenguaje básico, infantil, para hacer ver que se le ha ido la olla. Esto lo consigue. Pero SOLO con esto el anciano queda desdibujado.
    Nuestros personajes tienen que tener un pasado. Para que nos encariñemos con ellos. O los odiemos. Pero tienen que tenerlo. A este viejín y a su entorno (eso de que le ofrezcan una manzana, si quieres, me lo explicas) les falta algo. Quiero saber algo más de los hijos que le recluyen en un asilo (¿vivían en un piso pequeño?), un poquito de su pasado (¿seguía poniéndose corbata después de afeitarse?), y algún rasgo de Juan, aunque solo sea que cuando se ríe se le cae la baba.
    Con el mismo número de palabras que has usado para contar esto, si recortas las que sobran y metes alguna imagen más morbosa, creo que el relato habría quedado más redondo.
    Un abrazo y mi agradecimiento por tu generosidad al prestarte al microscopio.

  3. Me ha parecido un relato bien escrito, sobre una historia que despierta ternura y nos arranca una sonrisa de empatía. Solo señalaría que no encuentro la razón por la que al escuchar la palabra «anfibio» sentía como una descarga eléctrica. Luego nos descubre que confundía «anfibio» con «amigo», pero es de suponer que también confundía otras palabras y no parece que su escucha le produjera las mismas sensaciones. Creo que es un párrafo inncesario cuya supresión no modificaría el sentido del relato.
    Gratitud al autor por someterse al microscopio y a los opinadores por sus acertados análisis. Impactante la ilustración de Miguel Jiménez y muy relajante la música elegida por Ginette.

  4. Paloma Casado Marco

    En una primera lectura me ha parecido un hallazgo que se trate el tema de la demencia senil desde la subjetividad de quien la padece. También ese final tierno que nos deja buen cuerpo, cuando el protagonista encuentra a una amigo con su mismo mal y puede entenderse con él. Desgraciadamente, me da la sensación de que en la vida real estos casos no pasan, pero bueno, en la ficción todo vale.
    Sin embargo, al leerlo más detenidamente, entiendo que el anciano nos está contando sus vivencias con palabras que todos entendemos y una redacción impecable. Entonces lo que sucede es que él es capaz de razonar pero incapaz de comunicar y de entender las palabras que le dicen otros. Si esto es así ¿por qué adopta la palabra «anfibio» para definir al amigo? ¿es una palabra que ha oído mal o la ha interpretado mal? ¿por qué desfallece (una palabra exagerada en el contexto) cuando le ofrecen una manzana que puede ser un gesto de amistad? ¿es que la palabra anfibio significa manzana?
    Tengo muchos interrogantes, seguramente debido a mi propio empanamiento, que me gustaría que el autor/a u otra persona más perspicaz que yo, me aclarara.
    En otro orden de cosas, me parece que se repite mucho en los primeros párrafos la palabra «entender» que debería cambiarse por un sinónimo por un tema de estilo. Sin embargo, me gusta mucho la imagen de los peces boqueando para describir la incomunicación y también los raptos de mal humor del protagonista, muy reales en estos casos de demencia.

  5. Beto Monte Ros

    Partiendo del tópico de las historias de demencias (Alzheimer, decrepitud por vejez, etc.) el autor(a) escribe un relato desde el punto de vista del enfermo, la idea me parece buena; pero al ser contada en primera persona, en un tono de introspección, pierde algo de credibilidad: El protagonista no sabe lo que significa la palabra “demencia”, pero nos cuenta, de manera racional, lo que sucede a su alrededor y al final nos dice: “…creo que acabaría volviéndome loco.”
    El primer párrafo también me hizo pensar que se trataba de una persona sorda pero luego la historia toma otro giro, este es un buen recurso si se utiliza de manera tal que el lector quede sorprendido. Creo que hay que tener cuidado con los cambios bruscos en la narración, desincentivan la lectura.
    En términos generales, me parece un relato con posibilidades, la idea global es buena. En mi opinión, sólo hay que pulirlo un poquito para poder ser un microrrelato contendor, en cualquier concurso.

  6. Llegado el momento de la verdad, me descubro. Sí, el anfibio es una criatura de mi creación. Un trabajo que causó cierto desconcierto a sus primeros lectores y de ahí que quisiera exponerlo a vuestro análisis.
    Lo primero es daros las gracias: por invitarme a participar, por leer y comentar mi trabajo con cariño y respeto y, muy especialmente, por la música (Ginette, has hecho una elección acertadísima) y la ilustración (Miguel, has reflejado perfectamente la esencia del texto e incluso el tono irónico y tierno, es todo un regalo).
    Queridos comentaristas, tenéis razón en el tema de las repeticiones: la de “entiendo” en el primer párrafo se me coló y será corregida. Gracias. La repetición del “Juan” en cambio era premeditada, aunque quizás no acertada (o discutible), visto lo visto. La idea era remedar la forma de hablar del protagonista: un anciano con demencia, que tiene problemas con el lenguaje, confunde palabras y repite otras (probablemente aquellas que le dan seguridad).
    También me apunto lo del uso del punto y coma: no es que me guste especialmente, es que antes no lo usaba nunca. La puntuación es uno de mis puntos débiles, así que leí varios artículos y me propuse usar el “;”. Ahora veo, gracias al comentario de “Y” que se me ha ido un poco la mano en el primer párrafo. Gracias, me has ayudado a ver algo de lo que no era consciente. Y de paso, quizás a solucionar otro de los errores que apuntaba “Z”, que es la discordancia de ese “gente” con el verbo de la frase siguiente. Si lo separo por un “punto y seguido”, ¿queda corregido el error? Ruego respuesta.
    El título también ha generado discrepancias. Confieso que en un primer momento el relato se tituló “Mi anfibio Juan” (como sugería María) pero finalmente mutó a “Anfibio” y creo que no lo cambiaría. Es una palabra clave que aparece en dos contextos: como indicativo del problema de comprensión del lenguaje que padece el protagonista y como sinónimo de “amigo” en el nuevo código que utilizan los dos internos.
    También leo en algunos comentarios, varias sugerencias para eliminar alguna frase del primer párrafo, concretamente dónde aparece el famoso “anfibio”. Son diferentes propuestas, todas muy interesantes, pero que al final lo que indican es que ese trozo no funciona del todo y tendré que revisarlo.
    Por último, en respuesta directa a Paloma que pedía que le aclarase que relación había entre las palabras “anfibio” y “manzana”, he de decir que ninguna. Precisamente ahí estaba el problema del protagonista, que cuando creía reconocer el sonido de una palabra se daba la vuelta y descubría que el otro le estaba diciendo algo completamente distinto. Esta justamente era la misma duda que tenían los primeros lectores del relato, que la imagen no acababa de transmitirles el problema con el lenguaje que tenía el protagonista. Gracias, porque de nuevo aquí, con lectores más atentos, veo que se repite el problema y que tengo que pulir más ese párrafo.
    Reiteraros mi agradecimiento por el tiempo que habéis dedicado a diseccionar a esta pobre rana. A ver si con vuestros sabios consejos consigo convertirla en príncipe.
    Abrazos.

  7. María José Escudero

    Hola, soy la Y. Ha sido un placer participar en esta puesta en común y, aunque al principio me daba un poco de reparo, reconozco que me ha gustado la experiencia y me siento agradecida por la oportunidad.
    En primer lugar, quiero destacar la valentía y generosidad de la autora por prestarse a este ejercicio en el que todos aprendemos y que es sobre todo un ejercicio de humildad. Personalmente, he expuesto mi opinión siguiendo la tónica de este espacio: con cariño y sinceridad. Y lo más importante, sin pretensión alguna. La mía es
    sólo una opinión, en absoluto sabia.
    También quiero felicitar a Mel, a Paloma, a Gina y a Miguel por su trabajo. Me declaro fan de esta sección y me pasaré por aquí más a menudo. Y para no haceros el cuento largo, decir que me ha enternecido tu «Anfibio», Ana y es que la palabra amigo es una de las palabras más bonitas que existen. Besos para todos. Vuestra anfibio María José.

  8. yallegue2002@yahoo.es

    No he leído ningún comentario para no estar influenciada, así que voy a ir por libre, o sea, a lo bruto:
    La historia me parece atractiva y bien narrada, pero realmente no entiendo la situación del protagonista. Me desconcierta y me despista ese reconocer una palabra y a la vez que le produzca extrañeza. Se me escapa lo de quien le tiende la manzana y que luego utilice la palabra que da título «anfibio», para nombrar a alguien a quien considera afín a él.
    En fin que no consigo entenderlo, pese a que pueda captar la idea o el mensaje. No obstante, me sigue pareciendo bueno en las secuencias, ritmo, cercano en las emociones.
    Espero que el autor o autora y las lecturas , ahora sí, de los comentarios me ayuden. De lo contrario opinaré otra vez 🙂

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