Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

Single Blog Title

This is a single blog caption

22. ¿A qué huele un inocente?

Leo se pasaba horas en la cuneta cronometrando lo que tardaba cada ser en atravesar la carretera que dividía el pueblo. A distancia, si alguno no conseguía cruzar, debía percibir su olor o su alma abandonando el mundo, porque abría los ollares  y me susurraba que habían atropellado a un erizo, a una culebra o a un escarabajo pelotero. Sospecho que disfrutaba, incluso lo propiciaba: cuando despanzurraron  al perro que me había mordido, me lo contó orgulloso. Era su única amiga, a su modo, me quería.

La  tarde que, tras abandonar arrebolados y felices  el granero, Santi me despidió con un beso apasionado, un camión salido de la nada le arrolló. Mis gritos de horror se congelaron cuando vi a Leo en el arcén,  pálido, silencioso, ignorando el cuerpo desmadejado, absorto en los restos espachurrados de una bonita lagartija verde.  Me miró con repugnancia y no volvió a hablarme.

Desde entonces, tuve que aprender a volar como los pájaros sobre la despiadada trampa de asfalto viscoso para protegerte, conteniendo  apenas las náuseas, sintiendo tu latido dentro, imaginándole olisquear satisfecho nuestros cadáveres aplastados entre las ruedas de una furgoneta y escrutar mis vísceras, obsesionado por aniquilar cualquier rastro de ADN rival.

8 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    El amor tiene algo de egoísta, no vamos a negarlo, no se quuere perder, ni siquiera compartir a quien se ama pero si ese a or es verdadero ha de ser generoso, dejando libertad plena a la otra parte, buscando lo mejor para ella, y no alegrándose de que la posible competencia desaparezca. La palabra «rival» deja claro esa actitud malsana.
    Un relato muy trabajado y original, de cuya correcta interpretación espero no haberme alejado mucho.
    Un abrazo y suerte, Eva

    1. Eva García

      Gracias Ángel. Aunque hablando de animales, lo del ‘amor’ es más instinto que otra cosa, imponer el legado genético propio lleva a bastantes especies al infanticidio de las crías del rival, seguro que has visto a los leones hacerlo en los documentales. Un abrazo fuerte.

  2. Rosalía Guerrero

    Madre mía, que mal rollo da ese Leo: pa que te quieran así, mejor que no te quieran. Bueno, y el desarrollo del micro genial, descubriendo poco a poco la historia.
    Un abrazo y suerte.

  3. Antonio Toribios

    Un relato que más parece un caso clínico. Tremendo retrato de interior. Eso sí, tuve que leerlo varias veces… Un abrazo y suerte, Eva.

    1. Eva García

      Supongo que algo de eso hay. Gracias por releerlo Antonio. Yo tuve que reescribirlo varias veces también…. Un abrazo.

Leave a Reply