Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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22. MAESTRA DEL KINTSUGI (Mariángeles Abelli Bonardi)

Lenta, pacientemente, ha unido sus partes rotas con laca de oro. Ahora es incluso más bella de lo que una vez fue… Mira la pieza, suspira… ¡Si pudiera! – piensa – ¡Si pudiera hacer con mi vida lo que hice con la taza!…

12 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Lo malo del pasado es que ahí queda, sin posibilidad de vuelta atrás, con consecuencias que no tienen enmienda, al contrario de lo que puede ocurrir con una taza rota. De todo se aprende y las heridas cicatrizan, aunque también es cierto que algunas supuran.
    Un relato para la reflexión, en el difícil equilibrio entre resignación y superación.
    Un abrazo y suerte, Mariángeles.

    1. Es cierto, Ángel; la protagonista reflexiona, expresa un deseo, pero no sabemos qué pasará: ¿se resignará a su «vida rota» o será capaz de rearmarla, aunque ya no sea la misma? La respuesta, creo yo, la tiene el lector.

      Gracias, como siempre, por pasar a comentar.

      Besos,
      Mariángeles

  2. Rosa Gómez Gómez

    Creo que somos “kintsugis andantes” : quien no tiene una cicatriz en el cuerpo y en el alma.
    Lo importante es que reconstruidos o recompuestos deseemos seguir en pie.
    Conciso, invita a la reflexión.

    1. Me encantó, Rosa, eso de «kintsugis andantes», porque expresa una gran verdad: todos, en mayor o menor medida, tenemos marcas visibles e invisibles; cicatrices de vida que muchas veces nos definen (y en algunos casos condicionan, como a la protagonista del micro) y que nos hacen ser quienes somos… Esperemos que ella decida seguir en pie.

      Cariños,
      Mariángeles

  3. Rosalía Guerrero

    Ay, Mariángeles, el pasado no se puede cambiar, pero sí que nos hace ser quienes somos, y nos da las herramientas y la experiencia que necesitamos para no cometer los mismos errores. Aunque no siempre las sepamos utilizar…
    Un abrazo y suerte.

    1. Tenés razón, Rosalía. Más que no poder, la protagonista quizás no sabe cómo rehacer su vida. A esas herramientas que tan bien maneja a la hora de rearmar una taza, se ve que no las tiene o no las sabe utilizar a la hora de superar lo que sea que le ha pasado… Esperemos que aprenda de sus errores y lo logre, finalmente.

      Otro abrazo y suerte para vos,
      Mariángeles

  4. Barceló Martínez

    Hola, Mariángeles.
    Tu relato es prueba de lo mucho que se puede contar con pocas palabras, sobre todo, si esas palabras las escribe una estupenda autora. Te felicito.
    Un cálido abrazo, amiga.

    1. ¡Muchísimas gracias, querido Barceló! Tremendo subidón de adrenalina me dio tu comentario, porque tenía mis resquemores sobre el micro. Así pasa con los hiperbreves, no hay término medio: o el autor se queda corto, o logra decir mucho con pocas palabras. Tenía otros dos micros escritos con el tema del wabi sabi, pero no me terminaban de gustar, y finalmente me decidí por éste que leíste. Como dice el refrán, «la tercera es la vencida», jaja

      Como siempre, un placer leerte.

      Cariños,
      Mariángeles

  5. Hola Mariángeles, tu conciso micro me ha servido para reflexionar. ¿Quién no ha deseado alguna vez poder volver atrás y borrar lo mal hecho? Aunque mirándolo bien, también a la taza se le notan las costuras, aunque sean de oro. Supongo que la lección es, ya que no podemos cambiar el pasado, aprender de los errores para no volver a cometerlos. Esto del wabi sabi se me antoja complejo. Tú has conseguido recoger la esencia con pocas pero atinadas palabras. Felicidades. Besos y suerte.

    1. Hola, Juana. Es cierto que esta vez he estado más del lado de la concisión y de lo sugerido que de lo narrado, y a los interrogantes que planteas, yo le sumaría otro que surge del título del micro, es decir, podemos ser «maestros» en muchas cosas (muchas veces en dar consejos a los demás), pero a la hora de recoger nuestros pedazos y rearmar nuestra vida, no sabemos cómo hacerlo… Me alegra haber logrado captar la esencia de la propuesta que nos toca.

      Espero leerte pronto.

      Besos y suerte para vos,
      Mariángeles

  6. Jesús Navarro Lahera

    Breve e intenso. Ay, si pudiéramos arreglarnos de forma tan sencilla como a los objetos descascarillados. Mucha suerte

    1. ¡Muchas gracias, Jesús! Creo que si pudiéramos arreglarnos tan fácilmente como a los objetos rotos, no seríamos seres humanos ni tendríamos la capacidad de reflexionar o de aprender de nuestros errores…

      Un abrazo y suerte para vos,
      Mariángeles

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