24. En un segundo (Susana Revuelta)
No se saca las manos de los bolsillos hasta que no sale del ambulatorio; ni con lejía consigue quitar la roña de las uñas. Le da apuro enseñarlas, ya ves. En la farmacia, igual: guarda rápidamente los antibióticos y después, en vez de irse derechito a la cama, como ha insistido el doctor, se encamina al taller. No puede dejar tirada a la clientela otro día. En un rato vendrá el panadero, le urge cambiar las ruedas de la furgoneta. Estuvo ayer, pero encontró la persiana bajada.
Mientras le espera, piensa en su hijo. Es buen chico, aunque un poco mandria, qué le vamos a hacer. Hoy está castigado sin salir, alguna habrá liado. Le gustaría que estudiase una carrera, que encontrara un buen empleo, que no fuera siempre lleno de lamparones, como él. Abogado, por ejemplo. Con traje y corbata, eso es.
Sí, estaría bien. Pero ¿y si cuando el niño le ve alejarse calle abajo coge la pelota y sale corriendo hacia la plaza a jugar y cruza sin mirar y el panadero derrapa en un charco y pierde el control del vehículo y le estampa contra una pared?
Un milagro que finalmente todo quede en un susto.
Hola Susana. Me han confundido un poco los tiempos verbales y los sujetos en el párrafo: «Mientras espera piensa en su hijo» (supongo que te refieres al hijo del protagonista porque pudiera ser el de otro)»hoy está castigado. Algo habrá liado» Hay un cambio de tiempo que, a la vez, me sigue trasladando la duda de si es su hijo, puesto que no sabe lo que ha hecho. Bueno, salvando esto, el texto me gusta, sobre todo cuando desarrollas el conflicto «¿Y si…?» Tal y como aparece en el libro de Lewis Carroll -Alicia a través del espejo- un segundo puede ser eterno.
Un abrazo.
Hola, Manoli. He revisado los tiempos verbales, bueno, no veo el lío, aunque el «su» sí que puede provocar confusión, claro. Un abrazo, y gracias por tu aportación.
Todo puede pasar en un momento, aunque para que algo suceda antes se tienen que haber producido unos antecedentes determinados. El hecho de ir o no al taller y cambiar las ruedas de una furgoneta puede suponer la vida o la muerte de un hijo, con todo lo que ello conlleva.
Una cadena de acontecimientos cosidos en una historia que es una y varias, en un mundo donde todo está relacionado.
Un abrazo, Susana. Suerte
Si uno se coge un catarro y se queda en cama y no atiende sus responsabilidades… aaayyy… qué de cosas pueden pasar.
Ángel, gracias.
Ya lo decía Víctor Jara, «la vida es eterna en cinco minutos», o en doscientas palabras, digo yo… Suerte, Susana.
Toribios, eso mismo. Los microrrelatos contienen taanto que, buff, como para digo yoses….
Nada es casualidad. ¿Está todo escrito? Micro de la vida cotidiana pero casi existencialista. Un abrazo Susana.
Eso mismo, Mar. Eso es el relato.
Abrazo.
Esos rincones de la mente que a veces nos asustan… Me gusta tu micro Susana.
Un abrazo.
Lo que nos inquieta, nos agita, nos menea el corazón.
Eso hacemos.
Moverlo.
Beeso, Paloma.
Qué macabros podemos llegar a ser!!
Besicos muchos.
Jaja, sí hija sí, mucho. Un beso, Nani.
Me gusta como está construido tu relato: partes de pequeños actos cotidianos para presentar una escena. Nos ofreces detalles simbólicos para que conozcamos al personaje (como la vergüenza que siente por la mugre en sus uñas). Y cuando desencadenas el conflicto lo haces a toda velocidad, como la de ese coche que derrapa. Pero lo que más me gusta es que con ese final redimes al protagonista, le salvas de su baja estima: pues si no fuera por él, no hubiera ocurrido el milagro.
Suerte y abrazos