25. SERAFÍN (Mariángeles Abelli Bonardi)
Tras ese primer, maravilloso baño, notamos la pelusa blanca, que atribuimos a su piel de bebé, una piel que ganaba en lozanía, con esa pelusa que medraba en su espalda, tenaz e iridiscente…
No había cumplido un mes cuando por fin lo aceptamos: las cosas tomaban otro cariz, otra textura, que tocaba aprender a manejar… Al principio fue sencillo, con las batas y los saquitos bastaba, pero crecían y crecían, cada vez más evidentes… “¿Y por qué seguirlo ocultando?”, nos dijimos, y así, con el correr de los meses, llenas de amor y de cuidado, se fueron convirtiendo en lo que eran, por eso no lloramos cuando, apenas un año después, lo vimos alzar vuelo en el balcón: en el fondo, siempre supimos que era un angelito.
Hola, Mariángeles, me encanta cómo has narrado la evolución de ese angelito. Un micro aleccionador, que nos enseña a aceptar y respetar al diferente, aunque no se cumplan las expectativas que, en un principio, teníamos sobre él. Muy interesante propuesta. Un abrazo y suerte.
Si algo merece todo el respeto del mundo es la naturaleza de cada uno. No se puede ni se debe ocultar lo que es propio, ir en contra de la realidad y la evidencia solo conduce a frustraciones y tormento. A quienes más queremos debemos un día dejarles volar, si se trata de ángeles la frase se torna literal y seguramente la acción se anticipe.
Un relato breve y hermoso, en la forma y en el mensaje.
Un abrazo y suerte, Mariángeles
Qué preciosidad de relato, qué tierno y dulce, que bello. No puedo decir más. Lo he visto volar y me he emocionado. Gracias, amiga. Mil besos.
Hola, Mariángeles.
De los niños suele decirse que son unos «angelitos», a veces, dicho con cierto tono de sarcasmo puede significar justo lo contrario: «menudo angelito está hecho el niño». En este caso, el niño es literalmente un angelito y como tal lo aceptan y lo dejan volar. Un relato, este último tuyo, ante todo tierno.
Un angelical saludo de mi parte, que se va volando hasta Argentina, ni más, ni menos.
Breve, pero grande. Delicado, pero contundente. Directo y metafórico. Angelical.
Una delicia de micro, Maríángeles que nos hace imaginar al misterioso protagonista, en mil seres diferentes hasta descubrir al Ángel.
Mucha suerte y un besito virtual.
¡Muchas gracias, JUANA! Lo que más me gusta de tu comentario, aparte de todas las cosas lindas que decís, es que me hiciste dar cuenta de que, a nivel inconsciente, terminé escribiendo sobre mi sobrina, que tiene Síndrome de Down… Aceptar y respetar al diferente, hoy en día, con todo lo que se ve, todo lo que está pasando, es más importante que nunca. Otro abrazo y besos para vos 😘😘😇😇
Querido ÁNGEL: me encanta que el micro te parezca hermoso sobre todo en el mensaje, porque lo que más deseaba era que ese mensaje se entendiera. Tenés toda la razón; cuanto más nos resistimos a aceptar a ese hijo o hermano diferente que nunca pensamos que íbamos a tener, más sufrimos y, peor, lo hacemos sufrir a él. Por suerte, los papás del micro terminaron aceptando que su hijo era un angelito con todas las letras y lo amaron y acompañaron hasta el último instante…
Abrazos y besos para vos😘😘😇😇
Querido ÁNGEL: me encanta que el relato te pareciera hermoso sobre todo en el mensaje, porque lo que más deseaba era que ese mensaje se entendiera…
No aceptar al hijo o hermano que nunca imaginamos que íbamos a tener sólo nos puede traer sufrimiento y, peor, lo hace sufrir a él… Por suerte los papás del micro terminaron aceptando que su hijo era un angelito con todas las letras y lo amaron y acompañaron hasta el último instante…
Besos y abrazos para vos 😘😘😇😇
¡Muchas gracias, MERCEDES! Que te haya emocionado, que lo hayas visto volar, es la alegría más grande para mí… Besos y abrazos para vos, amiga😘😘😇😇
Hola, BARCELÓ. Es cierto que existe esa acepción irónica del término «angelito» y me hiciste pensar justamente en la peli «Mi pobre angelito», donde el angelito en cuestión era poco menos que la piel de Judas, pero como bien decís, éste no es el caso… Este micro surge de mi recuerdo de la última escena de una peli del ’78, «Tobi, el niño con alas». Me debe haber impactado muchísimo cuando la vi de chica, porque sólo recordaba esa escena y fue a partir de ella que armé esta historia (si te pica la curiosidad, por suerte se puede ver esa escena e incluso la peli completa en Youtube).
Me encanta que te haya parecido tierna.
Besos de ángel para vos😘😘😇😇
¡Muchas gracias, EDITA! Me encanta que le veas tantas cosas, y tan bonitas. Besotes😘😘😇😇
¿Sabes, MARÍA JESÚS, que tenés razón? Una lee «pelusa blanca» y podría bien tratarse del plumón de un pichoncito, ¡hasta del pelo de una cría del Yeti, jaja! Menos mal que al final se entiende que es un ángel, porque ya me estaba preocupando… 😉
Besos virtuales y suerte para vos😘😘😇😇