253. FANTASMA, de Fantasma del Río
Tu figura velada se perdió en el bosque. La noche era como aquella noche, la luna segaba virutas de cristal celestes. Las aves pretendían disuadirme con sus graznidos, mientras un lobo acechaba al costado del camino.
La brisa parecía susurrar desde las copas de los árboles.
—Por allí —desde un roble.
—¡No sigas! —lloraba en el sauce.
Yo me quitaba las ramas de encima. Las bocas de oscuridad proponían atajos dudosos. Y, casi tropezando, llegué al claro donde está nuestra casa. Tu carita congestionada asomó por la ventana, y miró hacia mí, pero no me viste. Algo te había llamado la atención. Entonces, el rugido del lobo y al voltear, los faroles de sus ojos sobre mí.
Al caer desaparecí, y despertaste.
Me gustan alguna de tus metáforas, y el juego de focal del final del texto