26. ADUANA (Mariángeles Abelli Bonardi)
A medida que llegan, desovillan sus voces por la estrechez del pasillo. La mayoría están nerviosos; solo unos pocos conversan con la tranquilidad de tener todo en regla.
Un hombre intenta colarse en la fila; aduce que su novia— una hermosa pelirroja, según él— lo espera del otro lado. Aparto al sospechoso y paso el sensor por su valija. Hay un pitido; razón de más para pedirle que la abra.
— ¿No leyó el cartel de la entrada?— pregunto señalando el perfume— No puede ingresar con esto, se lo voy a tener que decomisar— y acto seguido desenrosco la tapa para vaciarlo en un tacho, pero no lo hago ¿Por qué habría de hacerlo? ¿Qué puede haber de malo en ese inocente perfume que de seguro trae para su novia?
Vuelvo a ponerle la tapa al frasco y se lo doy, deshaciéndome en disculpas. El hombre no dice nada; se limita a acompañarme al mostrador, donde diligentemente le sello el pasaporte y se lo entrego con mi mejor sonrisa:
—Bienvenido al país, señor Grenouille.
Brillante micro, Mariángeles, en el que Grenouille, el malvado protagonista de la novela «El perfume,historia de un asesino», consigue una vez más su objetivo, haciendo que el agente de la aduana sucumba ante el influjo del perfume que lleva en el frasco. Puede que vaya, como dice, en busca de la pelirroja, o de cualquier otra jovencita a la que asesinar, y poder de esta manera continuar abasteciéndose de esos olores y esencias de los que el carece de nacimiento.
Lo que no veo, puede que me haya levantado muy densa hoy, es el laberinto. Ya me dirás, Mariángeles. No obstante el micro me ha encantado. Suerte y un beso
Brillantes me dejaste los ojitos con tu acertada interpretación, JUANA, no solo por lo acertada sino por lo exhaustiva.
Respecto a lo que me señalás, quizá mencionar ese único y estrecho pasillo no haya sido suficiente para dar la idea del laberinto, pero lo cierto es que ese laberinto de pasillos y más pasillos que es la aduana de lo que yo imagino un aeropuerto está implícito en todas esas voces que se van desovillando a medida que llegan a la fila; al menos esa fue mi intención, no sé si lo habré conseguido. Más allá de eso, qué gusto que te haya encantado el micro.
Te retrbuyo el beso y la suerte.
Cariños, M.
Inquietante es poco, Mariángeles. Supongo que el laberinto de su cabeza le ha llevado a buscar nuevos horizontes… y víctimas.
Besos temblorosos. 🙂
Totalmente de acuerdo, PATRICIA; el laberinto bien puede ser mental; por mi parte yo me imagino todos esos aromas no aromáticos del perfume de Grenouille haciendo de las suyas por los laberintos del cerebro del aduanero o aduanera (ahora que lo veo, no hay marcas de género en el texto para ese personaje) y me sorprende cuán influenciables nos puede volver algo tan evanescente como el olor. Ya lo dice el narrador de la novela: «Porque los hombres podían cerrar los ojos ante la grandeza, ante el horror, ante la belleza y cerrar los oídos a las melodías… pero no podían sustraerse al perfume. Porque el perfume era hermano del aliento… Quien domiinaba los olores, dominaba el corazón de los hombres.»
Espero que para cuando leas esto, ya hayas dejado de temblar 😉 🙂
Cariños, M.
Mariángeles, coincido con los comentarios; nos muestras detallaadamente lo inquietanteque es la mente de esos tipos. Suerte y saludos
Si es así, CALAMANDA, quedo más que contenta. A lo que decís, yo le agregaría que también me interesaba mostrar la impunidad con que se mueven quienes poseen mentes así (espero haberlo conseguido) y la tremenda influencia que ejercen, por cualquier medio, en la psiquis ajena (quien dice perfume, dice labia, influjo, hechizo, etc, etc…)
Retribuyo tus deseos de buena suerte.
Un saludo, M.
La garrapata Grenouille haciendo de las suyas. Has traído a nuestro tiempo con suma brillantez, al maestro perfumero sin escrúpulos capaz de alterar cualquier conducta en su beneficio.
Un buen texto, como nos tienes acostumbrados.
Suerte y un abrazo.
¡Otro más que me deja brillantes los ojitos con su comentario :)! Tal cual, ÁNGEL; mi intención fue situar a «la garrapata Grenouille»(había olvidado por completo su sobrenombre) en un contexto moderno para ver qué tanto lo cambiaba o no. De tu comentario, deduzco que su esencia inescrupulosa sigue intacta.
Un abrazo y toda la suerte para vos, M.
Novelesco, bien situado y deliciosamente inquietante. Te ha quedado redondo. Mucha suerte 🙂
¿Me quedó redondo, decís?¡Muchísimas gracias, JUAN ANTONIO! Lo cierto es que me dio bastante trabajo el señor Grenouille, pero bien lo ha valido.
Mucha suerte para vos también :), M.
Mariángeles, muy original. Más allá del malvado Grenouille haciendo de las suyas , yo veo a políticos embaucadores que con su palabrería sugestiva nos idiotizan con sus ideas y promesas. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Muchas gracias, SALVADOR, me complace que así sea: que te guste, te parezca original, y te abra a nuevas lecturas; creo que la «plurilecturidad», si se me permite el neologismo, es lo mejor que puede tener un micro.
Otro abrazo para vos.
Cariños, M.
El final de tu micro lo hace grande.
Gracias, LORENZO, me alegra que así lo creas; traté de guardar lo mejor para el final 😉
Nos leemos, M.
nada que añadir a los comentarios. Sólo uno, que me gustó y punto.
Si es así, quedo más que contenta, CANTABAILA; me complace que te haya gustado.
Cariños, M.
Vaya que inquietante, ese personaje es terrorífico. El perfume fue un libro que me impactó mucho cuando lo leí, hace bastantes años.
Muy buena recreación, y de verdad tan real que me dejas impactada.
Besos, desde Madrid.
Haberte llevado a la realidad de lo que se narra es más de lo que puedo pedir, ASUN, así que decir que estoy feliz es quedarme corta.
A mí también me impactó y me sigue impactando el personaje de Grenouille cada vez que lo reencuentro en el libro o en la peli; a más de uno debe dejarnos esa mezcla de lástima,fascinación, sorpresa, pánico y espanto.
Gracias por dejarme tu amable comentario.
Cariños,
Mariángeles
Me inquieta imaginar que ese país sea el nuestro y que ande por ahí suelto ese personaje.:-) Me ha recordado el libro leído hace bastante tiempo. Igual que aquel, el relato se hace leer.
Así ES, EDITA. Inquieta pensar que un individuo como Grenouille ande por el propio país haciendo de las suyas, y aunque me gustaría afirmar que por suerte estamos en el terreno de la ficción, no hay que olvidar a todas esas personas de moral cuestionable que no se valen precisamente del perfume para influir en comportamientos y conciencias. Pese al desasosiego, me alegra que el relato sea de tu agrado y se deje leer.
Cariños,
Mariángeles
Mariangeles, Buen micro !!! a la lista del libro y la peli del «perfume» añado tu aportación.
Suerte. besos,
¡Muchas gracias, BMATEOS!!! Me complace que te haya gustado.
Gracias a vos por tu comentario.
Cariños, M.
Diferente y buen laberinto perfumado.
Felicidades
¡Muchas gracias, MARÍA! Me complace que te haya gustado.
Nos leemos,
Mariángeles