266. AL OTRO LADO, de Álamo
Le gustaba acercarse al límite del bosque y asomarse a mirar al otro lado. Lo que veía, oía y sentía allí era tan distinto a su hogar que no podía evitar sentir la fuerte atracción de aquel mundo misterioso. Aquellos colores, aquellos olores, aquellos sonidos evocaban algo en lo más profundo de su ser. ¿Sería paz? Se preguntaba cómo sería cruzar la línea que separaba aquellos dos mundos, vivir como todos aquellos seres maravillosos que veía, oía y sentía cuando su curiosidad le llevaba hasta allí.
¿Cómo sería vivir al otro lado?
El límite del bosque representaba en realidad el límite de un anhelo, de un sueño. Cruzar, adentrarse en un mundo donde su imaginación construía paisajes extraordinarios, magia decorada de infinitos trazos verticales creciendo hacia el sol y sostenidos por el inevitable caos de las pequeñas cosas que pueblan el suelo.
¿Cómo sería vivir al otro lado?
Después de soñar, daba la vuelta hacia su mundo. Tal vez mañana. Y volvía a su hogar, en el centro del bosque.