28. AJADAS PIELES (Marcos Santander)
La bolsa de viaje a medio hacer ―calzoncillos, camisetas casual, jabones, perfumes y afeites― como una mascota paciente esperando una señal del amo que le impele a salir. La bolsa de viaje con una piel que se ha cansado y envejecido a vuelta de kilómetros de caminos de asfalto y de tierra, casi tan vieja como la piel que tú portas. La bolsa de viaje que ha respirado contigo el aire viciado y los miasmas de cada habitación que habéis visitado y que casi te ha avisado, infinidad de veces, de que olvidabas algo en el baño, junto a la bañera o la ducha. La bolsa de viaje que te acompañaba en la parte trasera del coche y que con frecuencia se inquietaba cuando el cansancio hacía mella en tus ojos y evitaba que los cerraras para siempre. La bolsa de viaje, compañera abandonada años atrás cuando en la habitación triste y sobria de aquel hotel de carretera decidiste que a partir de aquel momento renunciabas a una vida de pareja procaz y libertina, y continuarías el camino en perpetua soledad.
Que maestría animando un objeto. La bolsa de viaje, un fetiche, pero finalmente la única compañera discreta.
Saludos Marcos.
Pues parece que en hotel decidió continuar su vida en soledad pero por otro lado parece que esa maleta ha envejecido junto a él como la mejor de las esposas.
Marcos, me gusta la excusa de la bolsa de viaje para contarnos toda una vida. Muy bueno. Un saludo
Esa frágil línea que se mueve entre la irrealidad y el inevitable pesar de la existencia, junto al desfallecimiento contenido de una asumida nostalgia es lo que impregna a este relato de una belleza decadente que se corona con la última frase : » ……y continuarás el camino en perpetua soledad». Las cinco veces en las que » la bolsa de viaje» aparece con calculada discreción, son suficientes para inducirnos en esa atmósfera de indolencia que recorre un texto elegantemente construido. Un precioso relato de un autor que nunca deja indiferente.
Das vida a esa bolsa, la haces compañera y cómplice. Como se merece.
Yo acabo de limpiar mi vieja mochila.
Un personaje impensado esa bolsa de viaje, pero fiel compañera hasta en este ocaso donde quedarán solos.
Muy bueno y descriptivo.
Un abrazo y suerte.
Felicitarte por tu relato donde has centrado la atención en un objeto inanimado y vas desarrollando la trama de tan animada vida. Fantastico.
Un beso
Marcos, nos adentras en una vida construida a base de retales, de vivencias sin futuro. Sin la bolsa de viaje que personifica esta realidad, tu protagonista empieza de nuevo, en soledad, pero sin cadenas. Me ha gustado mucho. Abrazos.
¿Qué puedo decir sino gracias?
Gracias a un maestro que me regala maestría, mi querido Jesús. A Isabel que da en el clavo con la constatación del paso de la vida inexorable. A Concha por sus amables palabras. A Nieves por ese mundo analítico que crea al comentar nuestros relatos. A mi buen un tal Miguel por su complicidad, yo mi bolsa, el su mochila. A el Moli por sus palabras de apoyo. A Esther por sus bonitas palabras y su beso. A Salvador que describe perfectamente al personaje de mi relato. Sois todos amables y comprensivos ¿Suma y sigue?
Original relato por hacer participe y protagonista a un elemento que siempre nos acompaña en cada viaje. El tono poético le da un ambiente un tanto melancólico. Me ha gustado
Un abrazo Marcos.
Gracias,María Belén, gracias por tus palabras y por asomarte a mi ventanita. Abrazos.
Ese desenlace me hace pensar en un final inquietante. Esa bolsa que le solicitaba prudencia en sus desplazamientos es abandonada en un triste y sombrio hotel de carretera. ¿No la necesita o no la desea ya?
He leido esta historia como una pequeña novela negra con gran mérito, dada la brevedad. También pienso que no ha terminado y tengo la esperanza de comprobarlo en el futuro.
Otro estupendo giro en tus grandes microrrelatos.
Un abrazo.
Gracias, Ricardo, por tus halagos y tu sugerencia . Pensaré en la continuidad que sugieres . Abrazo.
Has logrado articular una vida alrededor de un objeto. La historia a mi entender va apagando poco a poco cualquier esperanza para los protagonistas. Muy bien logrado. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio , siempre agradezco tus palabras y tus ánimos. Un abrazo.
Marcos, tengo esa bolsa de viaje en mi casa, todavía no ha sido abandonada. ¿Cuándo te la he presentado? Creo que la viste cerrada porque no guarda calzoncillos (por razones obvias). Está encantada de que le hayas regalado estas palabras. Me pide que te lo diga.
Abrazo.
Aurora, dile que la echo de menos, dile que le agradezco sus desvelos y sus esperas, callada pero atenta como sólo ella sabía estar, dile que me gusta que haya recalado en tu casa, dile que la vida es larga y podemos volver a encontrarnos. Que nadie desespere.
Abrazos
Yo le veo un cierto aire vanguardista, de escribir con las emociones que nos transmiten los objetos y cosas cotidianas. Aunque a estas alturas no sé si aún se puede usar ese término para un relato o es algo ya establecido y deberíamos usar otro término. En cualquier caso, sacar sentimientos de una bolsa de viaje está reservado a maestros, recuerdo ahora Las moscas de Antonio Machado. Abrazos, Marcos.
Muchas gracias, Lorenzo, por tus amables y tan poco merecidas palabras. Me gusta haber conectado, así como que alguien diga que un relato mío tiene alguna relación con las vanguardias, lejanas pero tan queridas por mí. Un abrazo.
Muchas gracias, Ana, por asomarte a mi ventana y conectar con lo que un día era una sencilla bolsa de viaje deambulante. Un abrazo.
Un buen relato de una bolsa que lleva de su asa a un hombre. Poético y muy bien estructurado.
Felicidades.
Gracias, María. Son verdad tus palabras, a veces son las cosas las que nos poseen y apenas nos damos cuenta de ello. Un abrazo.