3. Nunca se da por…¿perdido? (J.Antonio Vázquez)
Agotado y ojeroso susurré entre dientes la letanía de maldiciones con las que solía recibir las vísperas. Ni me acordaba ni quería de los motivos que me empujaron a aquella locura. Ignoraba entonces que de visita en el infierno solo cabe perder batallas, aunque optimista, abrazaba cada nuevo día con renovada esperanza.
En las trincheras –así las llamábamos –, estaban los desconocidos que a fuerza de compartir sinsabores dejaron, sin quererlo, de ser extraños. Como Doña Julia, que nos amenizaba las esperas con sus exquisitas croquetas, o Blas, el jubilado, con quien arañaba al aburrimiento blandiendo trampas al mus; todos éramos tropa.
Hoy, después de seis horas de cola esgrimí sobre el mostrador con furibunda determinación, a saber: referencia catastral, duplicado del certificado de vacunación, volante de residencia, autoliquidación del impuesto sobre terrenos urbanos, licencia de ocupación de terceros e incluso un carné de préstamo que Genaro, un buen amigo, encontró en la biblioteca municipal durante su turno de limpieza.
La funcionaria, bruja arrugada con bolígrafo pero sin gato, sin desviar la mirada de la pantalla y ostentando el mismo asco que desgana sentenció con monocorde voz de autómata programada : « Aquí no es. Falta una fotocopia. Vuelva usted mañana »
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Juan Antonio, tu relato tiene un regusto añejo que hasta que no he llegado al final me ha despistado: no sabía si te referías a las colas del racionamiento de la posguerra o a la de una ventanilla de la administración, aunque tienen muchas similitudes, tristemente, verdad???
Buena ambientación y estupenda escritura «viperina», ja, ja… Me ha encantado lo de la «funcionaria arrugada con bolígrafo pero sin gato», dice mucho, una imagen perfecta!!!
Enhorabuena y te deseo mucha suerte
Un abrazo
Marta
Hola Marta. El principio es un poco desconcertante. Además como hablo de infiernos incluso hay quién pensó que se trataba de muertos. Luego ya lo desenredo. Como dices existen similitudes aunque mejor vernos en estas que no en las otras ;). Me alegra que te haya gustado y te envío otro fuerte abrazo 🙂
¡Jolín, Juan Antonio! después de lo que he pasado la semana pasada vengo a leer tu relato, y ¡mira que me he sentido identificada! todos los días me faltaba algo que «alguien» no se había molestado en pedirme, y todo para llegar al viernes y encontrar una cara con una sonrisa y con un golpe en una tecla solucionarlo. Durante las esperas, contemplando el numerito que llevaba me acordaba de Larra, ahora la próxima vez, qué la habrá, me acordaré de tu texto y la bruja arrugada, en mi caso con ordenador. ¡Muy buena crítica!
Mucha suerte
Besitos
Hola Elysa. No sé que te ha pasado la semana pasada pero ya pasó XD. Ahora toca recuperarse y desear no tener que entrar más en ese laberinto en mucho tiempo. Un honor que me leas, ni te digo que te acuerdes de uno de mis relatos alguna vez que te pase algo, además hombro con hombro con ese gran Larra. Muchas gracias por pasarte y comentar incluso a estas alturas de mes. Un abrazo y muchos besos 🙂