31. Lo efímero (Susana Revuelta)
No sujetó la mano de Sandra entre las suyas, por más que ella se lo pidió, ni aspiraron y expiraron juntos, acompasadamente, mientras empujaba. No le apartó su flequillo pegado a la frente por el sudor, ni le susurró al oído cuánto la amaba. Tampoco lloró ni moqueó con ella, mejilla con mejilla, juntando sus lágrimas, ni la llenó de besos cuando la cabecita cubierta de pelo negro de Nacho empezó a asomar entre sus piernas. No sujetó al recién nacido entre sus brazos cuando la enfermera se lo ofreció, ni sintió el latido del cuerpecito tibio, ni olió su piel, ni cortó el cordón umbilical. Tenía las manos ocupadas y la vista fija en lo que estaba grabando, muy pendiente de que la imagen quedase bien enfocada.
Mientras ocurría el milagro de la vida, él lo veía a través de la pequeña pantalla de su móvil. Porque las cosas importantes, pensaba, hay que conservarlas.
Cuando salió del paritorio y fue a revisar el vídeo se quedó anonadado: por los nervios, no había pulsado el botón de «Play» y no había grabado nada.
(Fuera de concurso)
Hay quien se empeña tanto en conservar un momento único e irrepetible que termina por no vivirlo, esa paradoja tiene este tiempo nuestro tan acelerado, en el que resulta complicado paladear cada momento con tranquilidad. A tu protagonista le ha salido mal la jugada, porque se lo ha perdido todo, en directo y en diferido, unos nomentos que tendrían que haber sido felices e intebsos, peroen los que, por inmortalizarlos, que tampoco lo consiguió, estuvo presente, pero ausente.
Un planteamiento muy bueno y acorde al tema propuesto.
Un abrazo, Susana
Me ha encantado, Susana. Cuánta razón. Y se perdió un momento absolutamente irrepetible. Ay.
¿Qué te voy a decir que tú no sepas? Siempre me quedaría corta. Así que nada, enhorabuena por estar fuera de concurso. Por algo será.
El mundo de las tecnologías nos está cambiando la vida de forma vertiginosa. Para colmo perdemos capacidad crítica, nos dejamos arrastrar sin más, como el papi del relato, que se ha perdido el momento presente y futuro confiando en una lente externa.
¡La “parienta” tiene que estar contenta!
Felicidades Susana, has sabido captar a la perfección el defecto del que adolecen (a veces incluso adolecemos, debo reconocer) muchas personas obsesionadas por captar esos momentos hermosos o importantes para poder recordarlos en el futuro, olvidando disfrutarlos como es debido en el presente.
Y al final se tienen tantas fotos acumuladas que no da tiempo a repasarlas con calma para obtener ese disfrute pospuesto. O no lo reflejan con fidelidad. O incluso, como le ocurre a tu protagonista, se quedan sin el documento gráfico. En cualquiera de los casos, una pena. Habrá que hacer un esfuerzo para vivir más y grabar menos.
Un besazo.
Susana, está genial, refleja a la perfección una de las paradojas del mundo en que vivimos.
Un abrazo y suerte.