341. PRIMAVERA, de Musgosu
Aquella mañana primaveral, una docena de mariposas revoloteaba en una danza magistral sobre aquel bosque, con suaves movimientos, al son de una armoniosa melodía de cánticos perfumados de lavanda. Apolos, Limoneras, Sofías, Ortigueras… todas en bello conjunto recibían a la primavera con sus ropajes más bellos y coloridos. Los diversos árboles que habitaban en aquel alegre paraje las contemplaban impasibles mientras una suave brisa mecía sus verdes hojas. Un batallón de hormigas trepaba por uno de los troncos, en hilera, bien organizadas, cada una sabiendo que tarea le correspondía. Las abejas volaban de flor en flor, catando el dulce néctar que las ofrecían. Un par de ardillas correteaba por entre la maleza en divertido cortejo. Aquel bosque rebosaba vida, nada perturbaba esa paz y alegría. Había una mezcla de explosión y júbilo, y aunque pronto llegará el otoño, y las mariposas desaparezcan, y los árboles queden desnudos a la merced del tiempo, el ciclo comenzará de nuevo y otras verdes hojas cubrirán su piel, y habrá otras mariposas… Debemos aprovechar cada segundo, cada ilusión. Todo es tan efímero como esta cálida primavera en la que la vida comienza, acaba y prosigue… Sin pausa…
Bonito el bosque, bucólicas imágenes, buenas descripciones y atmósfera, pero cuidado, tras la primavera, suele venir el verano. Normalmente, claro. Suerte.