36. La fotógrafa (Aurora Rapún Mombiela)
Primero tomo la foto y luego bajo la cámara y los contemplo tranquilamente. Hacen una pareja maravillosa. Tan elegantes, tan serenos. Fueron seleccionados precisamente por eso, porque dan el pego. Dos despiadados asesinos que viajan sembrando la muerte limpiamente, sin despeinarse. Nadie puede imaginar que una pareja tan encantadora transporta en la maleta un arsenal letal. Ese es su fuerte. Se camuflan ocultos tras una sonrisa tierna, tras un perfume suave, tras unas palabras cariñosas. Son los mejores vecinos, los más amables.
Me costó mucho tiempo detectarlos y seguirles el rastro, pero mi tenacidad obtuvo sus frutos. Allí están, frente a mí, fotografiados para la posteridad y como prueba definitiva para mis jefes. Yo también fui seleccionada por algo. Mi cara angelical y mi cuerpo de adolescente ocultan una mente calculadora y fría. Mis manos no han temblado cuando he vertido el veneno en sus cafés. Mi pulso ha sido firme al recoger sus pertenencias y trasladarlas a mi compartimento. No dudaré en volar el vagón entero para borrar mis huellas.
Soy una profesional.
Nadie se corresponde con la imagen que transmite en este juego de apariencias. Profesionales fríos, capaces de quitar la vida sin miramientos, se ocultan bajo un disfraz de mansas ovejas. Para neutralizarlos era necesario alguien de similares características, pero aún más implacable, que hiciese bueno aquello de «quien por la espada mata, por la espada muerte». Todo un personaje esa jovencita. Mejor no tener que cruzarse en su camino.
Un saludo y suerte, Aurora
Muchas gracias, Ángel. Nada es lo que parece. Hay que estar vigilante.
La profesional puede que encuentre el mismo final. Quién a hierro mata, a hierro dicen que muere. Buen relato. Suerte Aurora.
Besicos muchos.
Muchas gracias por tu comentario, Nani. Nunca se sabe. Quizá la última foto se la haga a sí misma.
Hola soy Aurora paradinas mombiela…casualidad y familia..un saludo..te encontré de casualidad…yo vivo en guadalajara