Nací en Madrid. Me gusta echarme la siesta. Todo el año.
25 Responses
Ángel Saiz Mora
Con amigos como éste no hacen falta enemigos. Lo que comienza como un juego inocente puede terminar de la forma más trágica cuando una parte introduce reglas que la otra ni imaginaba. Todo se ha confabulado contra el pobre muchacho, hasta su madre. Dan ganas de ir a rescatarlo al pobre, y de adoptarlo también. Seguro que, pese a la traumática experiencia, no deja de ser sensible, confiado y generoso, alguien que necesita y es capaz de dar mucho, como quien yo me sé en cada relato. Que alguien vaya con una barca o algo antes de que el agua suba del todo, el personaje merecería un indulto.
Un abrazo grande y veraniego, Towi. Suerte
Hola, Ángel.
Ya ves que las apariencias engañan y que no es oro todo lo que reluce. A veces, las ansias por tener algo que añoramos no son buenas consejeras. Es mejor que todo fluya sin tentar a los duendes o a los fantasmas.
Muchísimas gracias siempre por esa forma de desgranar todas y cada una de las lecturas que haces. Seguro que en el cole te encantaba hacer comentarios de texto.
Abrazos de verano y que todo fluya para bien.
¡¡¡Gracias!!!
María José Escudero
El ingenuo protagonista ha pagado muy caro su inmenso deseo de tener un amigo y ha descubierto tarde que no siempre «un amigo es un tesoro», que a veces, más vale estar solo que peligrosamente acompañado.
Me pasa como a Ángel, me da pena el chiquillo y me entran unas ganas tremendas de ser su amigo invisible para echarle un cable, rescatarle y otorgarle un verano inolvidable. Buen relato. Un beso y mucha suerte.
Hola, María José.
No siempre un amigo es un tesoro, tienes toda la razón.
A mí también me da pena el chiquillo, pero si no nos damos prisa no le veo mucho futuro. Te espero en el embarcadero… ¡¡A por él!!
Otro beso enorme y suertísima para ti, también.
¡Qué original y perverso argumento! Cuando sea mayor, quiero ser creativa como tú. 😉
(Relee la tercera línea empezando por el final, creo que se te ha colado una palabra. Seguro que ha sido en la revisión final, me pasa a mí tantas veces…)
Eres la leche!! Tú ya eres una creativa ENORME y con sello propio. No necesitas a nadie más.
Gracias por advertirme de esa palabra duplicada. Corregida está.
Besos gigantes, suertísima para tu historia y feliz verano.
Hasta ahora se sabía de casos de madres que habían robado hijos pero no de hijos que robaran madres, Tu envidiable imaginación lo ha conseguido. Ahora hace falta otra madre que salve al auténtico.
Gran relato. Otra vez apuntando alto.
Suerte y besos,
Hola, Rafa.
Si hace falta otra madre, nos la inventamos para el mes que viene.
Muchísimas gracias y feliz verano. Que no pases mucho calor y no sueltes la pluma. Tenemos septiembre a la vuelta de la esquina.
Besabrazos y suertísima, también, para tu micro.
Yolanda
Siempre destacan tus lecturas. Sobrecogedor ese final, esas miradas, ese agua subiendo…
Mucha suerte y un abrazo de verano.
Yolanda Nava
* destacan tus letras, quise decir.
😉
María Sergia Martín (towanda)
Hola, Yolanda.
Me alegro mucho por haberte sobrecogido. Gracias!!!
Un abrazo también para ti y muchísima suerte con tu micro.
El vello de punta. Así me has dejado,
Qué desazón. Qué miedo. Qué angustia. Qué, qué, qué… fácil nos lo pones para que vivamos la historia hasta el final, ese momento terrible en el que el protagonista anuncia que tiene miedo, que el agua comienza a subir.
No me gustan los amigos invisibles, me dan miedo, pero me ha encantado Baldo.
Un besazooo para una amiga «visible» y admirada. Felices vacaciones!!
María Sergia Martín (towanda)
Hola, Amparo.
Me superalegrounmontón.
Tampoco he sido yo mucho de amigos invisibles, dónde esté la carne y el hueso que se quite todo lo demás.
Gracias, felices vacaciones y estos abrazos!
Como siempre Towuanda «maestra», me has impresionado con tu gran relato. Me ha encantado y ese final que me ha erizado toda entera. Muchas felicidades y suerte.
Besicos muchos.
María Sergia Martín (towanda)
Hola, Nani.
Muchísimas gracias y me das un alegrón si te he sobrecogido. Yupi!!
Un abrazísimo gigante y millones de gracias.
Jesús Garabato Rodríguez
No me extraña que tenga miedo el chaval. Y lo bien que le vendría, ahora que se ha largado Baldo, un «balde» para poder achicar esas aguas que nos hacen presuponer lo peor. Sin bromas, terrorífica historia. Sobre todo, para mí, el hecho de que unos padres no sean capaces de «reconocer» a un suplantador o diferenciarlo de su verdadero hijo. O tal vez sí lo han hecho y lo han preferido, lo que seguramente peor. Me parece que me estoy liando. Bueno, que da para mucho tu relato. Suerte, Towanda. Besos.
María Sergia Martín (towanda)
Hola, Jesús.
Descubres en tu comentario la miga del asunto.
Muchísimas gracias por esa lectura tan atenta y no te estás liando sino todo lo contrario.
Un abrazo inmenso.
Calamanda
(towanda) original punto de vista el de tu relato y fenomenal tu forma de escribirlo. nSuerte y saludos
Calamanda
(towanda) original punto de vista el de tu relato y fenomenal tu forma de escribirlo. Suerte y saludos
Salvador Esteve
Es escalofriante la sensación de angustia que nos transmite el protagonista. Esta sociedad tiene la capacidad de volver invisible a muchos, pero una madre tiene que ver con los ojos del corazón, de las entrañas. Genial, Towanda. Abrazos.
La moraleja podría ser: Hay que tener cuidado con lo que se desea, no vaya a hacerse realidad y… Excelente relato, Towi. El punto de vista escogido lo hace más escalofriante si cabe.
Suerte y abrazo.
Un relato espeluznante, Towanda. Baldo, el amigo tan deseado, pasa de instructor a imitador. Lo que no esperaba el niño -ni el lector- es que se convertiría en un perverso suplantador, una criatura demoníaca capaz de robarle el amor de su madre y condenarlo a una muerte casi segura.
Muy muy bueno. Suerte y besos.
Towanda, ya no se puede fiar uno de nadie. Al protagonista le duele la traición de Baldo, pero muchísimo más la de su madre. Son malos tiempos para el honor, el respeto, la lealtad, etc.
Muy buen relato. Mucha suerte.
Besos apretados.
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San Vicente del Monte
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Con amigos como éste no hacen falta enemigos. Lo que comienza como un juego inocente puede terminar de la forma más trágica cuando una parte introduce reglas que la otra ni imaginaba. Todo se ha confabulado contra el pobre muchacho, hasta su madre. Dan ganas de ir a rescatarlo al pobre, y de adoptarlo también. Seguro que, pese a la traumática experiencia, no deja de ser sensible, confiado y generoso, alguien que necesita y es capaz de dar mucho, como quien yo me sé en cada relato. Que alguien vaya con una barca o algo antes de que el agua suba del todo, el personaje merecería un indulto.
Un abrazo grande y veraniego, Towi. Suerte
Hola, Ángel.
Ya ves que las apariencias engañan y que no es oro todo lo que reluce. A veces, las ansias por tener algo que añoramos no son buenas consejeras. Es mejor que todo fluya sin tentar a los duendes o a los fantasmas.
Muchísimas gracias siempre por esa forma de desgranar todas y cada una de las lecturas que haces. Seguro que en el cole te encantaba hacer comentarios de texto.
Abrazos de verano y que todo fluya para bien.
¡¡¡Gracias!!!
El ingenuo protagonista ha pagado muy caro su inmenso deseo de tener un amigo y ha descubierto tarde que no siempre «un amigo es un tesoro», que a veces, más vale estar solo que peligrosamente acompañado.
Me pasa como a Ángel, me da pena el chiquillo y me entran unas ganas tremendas de ser su amigo invisible para echarle un cable, rescatarle y otorgarle un verano inolvidable. Buen relato. Un beso y mucha suerte.
Hola, María José.
No siempre un amigo es un tesoro, tienes toda la razón.
A mí también me da pena el chiquillo, pero si no nos damos prisa no le veo mucho futuro. Te espero en el embarcadero… ¡¡A por él!!
Otro beso enorme y suertísima para ti, también.
¡Qué original y perverso argumento! Cuando sea mayor, quiero ser creativa como tú. 😉
(Relee la tercera línea empezando por el final, creo que se te ha colado una palabra. Seguro que ha sido en la revisión final, me pasa a mí tantas veces…)
Hola, Edita.
Eres la leche!! Tú ya eres una creativa ENORME y con sello propio. No necesitas a nadie más.
Gracias por advertirme de esa palabra duplicada. Corregida está.
Besos gigantes, suertísima para tu historia y feliz verano.
Desalentador ese final. Un micro formidable.
Hola, Sechat.
Ya lo creo. Desalentador y, si alguien no lo remedia pronto, pasado por agua.
Un abrazo y muchísimas gracias por pararte a comentar.
Hasta ahora se sabía de casos de madres que habían robado hijos pero no de hijos que robaran madres, Tu envidiable imaginación lo ha conseguido. Ahora hace falta otra madre que salve al auténtico.
Gran relato. Otra vez apuntando alto.
Suerte y besos,
Hola, Rafa.
Si hace falta otra madre, nos la inventamos para el mes que viene.
Muchísimas gracias y feliz verano. Que no pases mucho calor y no sueltes la pluma. Tenemos septiembre a la vuelta de la esquina.
Besabrazos y suertísima, también, para tu micro.
Siempre destacan tus lecturas. Sobrecogedor ese final, esas miradas, ese agua subiendo…
Mucha suerte y un abrazo de verano.
* destacan tus letras, quise decir.
😉
Hola, Yolanda.
Me alegro mucho por haberte sobrecogido. Gracias!!!
Un abrazo también para ti y muchísima suerte con tu micro.
El vello de punta. Así me has dejado,
Qué desazón. Qué miedo. Qué angustia. Qué, qué, qué… fácil nos lo pones para que vivamos la historia hasta el final, ese momento terrible en el que el protagonista anuncia que tiene miedo, que el agua comienza a subir.
No me gustan los amigos invisibles, me dan miedo, pero me ha encantado Baldo.
Un besazooo para una amiga «visible» y admirada. Felices vacaciones!!
Hola, Amparo.
Me superalegrounmontón.
Tampoco he sido yo mucho de amigos invisibles, dónde esté la carne y el hueso que se quite todo lo demás.
Gracias, felices vacaciones y estos abrazos!
Como siempre Towuanda «maestra», me has impresionado con tu gran relato. Me ha encantado y ese final que me ha erizado toda entera. Muchas felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Hola, Nani.
Muchísimas gracias y me das un alegrón si te he sobrecogido. Yupi!!
Un abrazísimo gigante y millones de gracias.
No me extraña que tenga miedo el chaval. Y lo bien que le vendría, ahora que se ha largado Baldo, un «balde» para poder achicar esas aguas que nos hacen presuponer lo peor. Sin bromas, terrorífica historia. Sobre todo, para mí, el hecho de que unos padres no sean capaces de «reconocer» a un suplantador o diferenciarlo de su verdadero hijo. O tal vez sí lo han hecho y lo han preferido, lo que seguramente peor. Me parece que me estoy liando. Bueno, que da para mucho tu relato. Suerte, Towanda. Besos.
Hola, Jesús.
Descubres en tu comentario la miga del asunto.
Muchísimas gracias por esa lectura tan atenta y no te estás liando sino todo lo contrario.
Un abrazo inmenso.
(towanda) original punto de vista el de tu relato y fenomenal tu forma de escribirlo. nSuerte y saludos
(towanda) original punto de vista el de tu relato y fenomenal tu forma de escribirlo. Suerte y saludos
Es escalofriante la sensación de angustia que nos transmite el protagonista. Esta sociedad tiene la capacidad de volver invisible a muchos, pero una madre tiene que ver con los ojos del corazón, de las entrañas. Genial, Towanda. Abrazos.
La moraleja podría ser: Hay que tener cuidado con lo que se desea, no vaya a hacerse realidad y… Excelente relato, Towi. El punto de vista escogido lo hace más escalofriante si cabe.
Suerte y abrazo.
Un relato espeluznante, Towanda. Baldo, el amigo tan deseado, pasa de instructor a imitador. Lo que no esperaba el niño -ni el lector- es que se convertiría en un perverso suplantador, una criatura demoníaca capaz de robarle el amor de su madre y condenarlo a una muerte casi segura.
Muy muy bueno. Suerte y besos.
Towanda, ya no se puede fiar uno de nadie. Al protagonista le duele la traición de Baldo, pero muchísimo más la de su madre. Son malos tiempos para el honor, el respeto, la lealtad, etc.
Muy buen relato. Mucha suerte.
Besos apretados.