37. EL NARRADOR (Rosalía Guerrero Jordán)
A pesar de tener vocación de personaje principal, el autor me adjudicó el rol de narrador omnisciente, circunstancia que a menudo resulta incompatible con mi personalidad, de natural sociable y divertida.
Además, en los últimos tiempos mi trabajo me aburre. Y es que conocer la historia de principio a fin no tiene ninguna gracia. Le he pedido a mi creador que me convierta en el héroe de la historia, o en el villano, o incluso en un secundario anodino. Alguien que desconozca el porvenir y pueda saborear la sorpresa de las emociones imprevistas, pero dice que tal cosa es imposible, pues no se puede borrar lo que ya se sabe.
Por eso he decidido solicitar el traslado de obra, a pesar de los riesgos que conlleva: si me convierten en personaje de microrrelato, mi vida durará tan solo unos instantes.
Aun así, he aceptado el reto.
Hola Rosalía, no es fácil ponerse de un lado u otro a la hora de narrar y es cierto quesaberlo todo puede aburrir con la previsibilidad de conocer la trama de antemano. Esperemos que en su próxima narración, en su traslado salga gananod.Una trama reflexiva sobre el deseo de lo inesperado en la narrativa.Suerte! Abrazos
Pues sí, la vida sabiéndolo todo debe ser muy aburrida. De momento ya ha dado el primer paso para romper con su rutina.
Muchas gracias por tu tiempo y tu amable comentario.
Hola Rosalía, tu micro me resulta un texto original y que engarza muy bien con la frase que nos tiene que servir de inspiración. Te felicito.
Nos leemos
Pues muchas gracias, Isabel. En efecto, para este narrador baja el telón. Esperemos que la literatura le depare nuevas y emocionantes aventuras.
Un abrazo y gracias por tu tiempo y tus palabras.
Qué ingenioso. Me ha encantado leerlo. Me llevaba hacia delante sin darme cuenta. Enhorabuena, Rosalía
Me alegro mucho de que te guste, no siempre es fácil enganchar al lector.
Un abrazo y gracias por pasarte, leer, y comentar.
El aburrimiento, la rutina, la molicie, convierten en gris cualquier existencia. Tu protagonista ha sido testigo y cronista de cientos de aventuras ajenas, es hora de que tenga un poco de protagonismo; sl se traslada a un microrrelato, breve e intenso por naturaleza, emociones no van a faltarle, puede que hasta su existencia peligre, pero prefiere una vida corta y llena que una suma de tiempo sin alicientes, viviendo y contando las aventuras de otros, nunca las propias.
Un relato que se pone en el papel de alguien que necesita un giro vivificador. Hará bien en pasarse al microrrelato, ahí no le van a faltar emociones.
Un abrazo y suerte, Rosalía.
Sí sí, esa es la idea: tener una vida intensa, aun a riesgo de que sea breve.
Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.
Nos seguimos leyendo.
Una excelente metáfora, la sorpresa es de las emociones más breves pero intensas que hay como puede ser el género del micro. Y seguro que aceptar ese reto (sin duda, nada fácil) será una buena dosis de dopamina para el narrador. Está genial, Rosalía.
Abrazo
Muchas gracias Aurora. Toda la razón, nada mejor que un micro enteciano para ese subidón emocional.
Un abrazo de vuelta para ti también.
Me encanta! Consigues que el lector empatice enseguida con el protagonista, dan ganas de abrirle los brazos y gritarle: vente p’al micro, chaval, que aquí lo pasamos muy bien! Ya sabes que lo breve, si bueno… aún mejor, jejeje.
Mucha suerte y un besazo Rosalía.
jajaja, sí, que se venga pal microrrelato que igual acaba convertido en autor! Me alegro de que te haya gustado.
Otro beso de vuelta para tí y gracias por pasarte a comentar.
Me encanta Rosalía, qué ingenioso!! Además muy bien atado, no dejas un cabo suelto! Pobre narrador omnisciente, qué vida tan aburrida, nunca lo había pensado… Un abrazo y mucha suerte!!
Muchas gracias por tus palabras, Sara, qué gusto tener lectoras como tú.
Un abrazo de vuelta-
Lo que no sabe, o pretende ignorar el autor, con esa excusa de que «no se puede borrar lo que ya se sabe» es que nada está escrito en piedra, por lo que es muy acertado que el narrador omnisciente pida traslado de obra. No dudo de que como personaje de microrrelato le irá mejor, también tendrá más satisfacciones… Y en cuanto a eso de que su vida durará unos instantes, hará bien en recordar la famosa frase de Einstein: «El tiempo es relativo». 😉
Besos😘😘
Mariángeles😇😇
Es cierto, Mariángeles, el tiempo es relativo, y cada vez que alguien lo lea le regalará una nueva e intensa vida.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Rosalía tu relato es una joyita lo mires por donde lo mires. Es ingenioso, mágico, divertido y hasta reivindicativo. ¡A ver si no puede cambiar de trabajo el narrador omnisciente! Si el jefe no atiende a sus demandas pues que se vaya buscando otro, que él se cambia de empresa.
Será bien recibido entre nosotros, aunque seguirá «sabiéndolo todo» je,je… pero en este nuevo empleo trabajará menos horas y se aburrirá mucho menos.
Un abrazo
Pilar, muchas gracias por tu comentario, ¡así da gusto escribir!
Y sí, que se venga pa ENTC que se lo pasará pipa.
Un abrazo de vuelta.
Rosalía, qué razón tiene tu protagonista. No tiene gracia que otro decida por ti. Ha hecho muy bien en no conformarse con ser solo un simple espectador. Muy gracioso tu relato. Enhorabuena y mucha suerte. Besos.
Muchas gracias Pilar. Que se venga al microrrelato que lo gozará.
Besotes.
Me ha parecido muy original tu relato, Rosalía. Utilizando elementos de la construcción literaria eres capaz de mostrarnos un conflicto que se resuelve de forma sorprendente acabando en el propio microrrelato. Enhorabuena.
Un abrazo, suerte y felices fiestas.
Muchas gracias Josep, y felices fiestas también para tí.